Con el corazón
Rodrigo Aguirre, después de su problema cardíaco, le dio una agónica victoria a Liverpool sobre Defensor por 1 - 0, en un deslucido y muy trabado encuentro.
Esperábamos ver un partido entretenido; el pasado reciente de Defensor y el buen plantel que armó Liverpool generaban expectativas. Pero al final nos encontramos con un partido típico de arranque de temporada: poco fútbol, mucha lucha en el medio, imprecisiones. Un partido en donde Liverpool, que en el segundo tiempo fue el que más buscó el arco rival, se lo terminó llevando justamente por eso, por empeño, por intentar buscar el triunfo hasta el final.
El inicio engañó a todos. Los primeros 15’ fueron de gran ritmo, primero con Liverpool plantándose en campo rival, y luego con defensor respondiendo con peligro. De Arrascaeta se perdió un gol abajo del arco, cuando no pudo empujar un centro de Risso desde la derecha, y más tarde fue Hernández quien lo tuvo entrando por el segundo palo, pero De Amores contuvo.
El negriazul apostaba por tocar la pelota y abrir la cancha, con la constante subida sobre todo de Peña por el sector derecho, y con alguna incursión de Aguirre volcado por el sector zurdo. El violeta hacía daño por el costado izquierdo, a espaldas de Peña, con un De Arrascaeta muy activo en el comienzo.
Pero lentamente el partido cayó en un pozo, en un cráter gigante en el mediocampo donde comenzó a primar la pierna fuerte y el contacto físico entre Fleurquin y Ferro, entre Amado y Tamareo. Peña vio una anunciada amarilla cuando De Arrascaeta le ganaba la espalda, y más tarde el “Nico” Olivera, cuando Alles salía de contragolpe, también sería amonestado. Muchos pidieron expulsión, pero dentro del criterio adoptado por el árbitro Pastorino –que dejó jugar bastante- la amonestación pareció coherente con las demás acciones del partido.
El primer tiempo se fue con un bostezo gigante después de arrancar con ojos bien abiertos. Para el cierre quedó la más clara de Liverpool, o quizá la única, después de una jugada de pizarrón ejecutada por Pezzolano. El “Papa” mandó el centro pasado, Aguirre la bajó de cabeza y Almeida conectó con la pelada por encima del horizontal.
Para el complemento Favaro mandó a Ravecca por el amonestado Peña, y el ex Cerro arrancó endemoniado por el carril derecho. Un centro suyo, con mucha rosca, fue desactivado en dos tiempo por el arquero Campaña. Olivera respondió minutos más tarde con un tiro libre que rozó el ángulo superior derecho del arquero local; las 2.500 personas en Belvedere la vimos adentro.
Pero de todas maneras el partido siguió sin abrirse. Ferro y Tamareo rasparon de lo lindo, pero no se quedaron atrás los volantes violetas. Olivera y De Arrascaeta no entraron en juego, y Risso se vio absorbido por los zagueros negriazules. Lo mismo para Alles, el grandote ex Progreso que nunca pudo ser bien habilitado.
Tabaré Silva no tuvo plan B. Las variantes fueron nombre por nombre, sin alterar un ápice el planteo inicial, y la receta no funcionó. Favaro, en cambio, apostó a seguir intentando por abajo, sacando a Alles y colocando al diminuto Puglia; velocidad por altura.
En los últimos minutos el empuje de la Cuchilla fue sustancialmente superior a un Defensor que no encontraba los caminos para dañar a la última línea negriazul. Puglia, aunque un poco entreverado, refrescó la ofensiva de los de Favaro y generó un par de chances algo tibias, pero chances al fin.
Hasta que a los 89’, cuando el partido se iba sin ningún grito, llegó el premio al esfuerzo de Liverpool. Pezzolano, volcado por la derecha, recibió desde un lateral y tocó para la llegada de Puglia, que rápidamente tocó al medio para que Aguirre –que, fiel a su estilo, había luchado hasta el cansancio- rematara de zurda desde el borde del área, y la guinda se terminó metiendo mansita, abajo, contra el palo izquierdo de Campaña. 1 – 0 y locura en Belvedere.
No hubo tiempo para más. En un panorama parejo, de poco fútbol y mucha pierna fuerte, Liverpool se lleva una victoria clave en el inicio de la temporada, demostrando que será un hueso duro de roer en este torneo. Tamareo y Ferro fueron puntos altos en el medio, junto a Barboza, en un equipo de Favaro que al menos intentó jugar siempre por abajo. En Defensor un flaco rendimiento colectivo, fundamentalmente en ofensiva, donde ni Olivera, ni De Arrascaeta ni Risso pudieron desnivelar.
Ficha del partido:
LIVERPOOL: Guillermo De Amores; Agustín Peña (45’ Andrés Ravecca), Martín Bonjour, Christian Almeida, Gastón Filgueira; Lucas Tamareo, Raúl Ferro (78’ Gonzalo Freitas), Jonathan Barboza; Paulo Pezzolano; Gustavo Alles (70’ Miguel Puglia) y Rodrigo Aguirre. DT: Eduardo Favaro.
DEFENSOR: Martín Campaña; Emilio Zeballos, Mario Risso, Matías Malvino, Ramón Arias; Juan Carlos Amado, Andrés Fleurquin; Aníbal Hernández (81’ Leonardo Pais), Nicolás Olivera, Giorgian De Arrascaeta (74’ Felipe Gedoz); e Ignacio Risso (68’ Maximiliano Callorda). DT: Tabaré Silva.
Goles: 89’ Rodrigo Aguirre (Liverpool)
Amarillas: Peña, Bonjour y Ravecca (Liverpool); Olivera y Hernández (Defensor)
Jueces: Álvaro Pastorino, Mauricio Espinosa y Fernando Ríos.
Cancha: Belvedere
Público: 2.500 personas
El inicio engañó a todos. Los primeros 15’ fueron de gran ritmo, primero con Liverpool plantándose en campo rival, y luego con defensor respondiendo con peligro. De Arrascaeta se perdió un gol abajo del arco, cuando no pudo empujar un centro de Risso desde la derecha, y más tarde fue Hernández quien lo tuvo entrando por el segundo palo, pero De Amores contuvo.
El negriazul apostaba por tocar la pelota y abrir la cancha, con la constante subida sobre todo de Peña por el sector derecho, y con alguna incursión de Aguirre volcado por el sector zurdo. El violeta hacía daño por el costado izquierdo, a espaldas de Peña, con un De Arrascaeta muy activo en el comienzo.
Pero lentamente el partido cayó en un pozo, en un cráter gigante en el mediocampo donde comenzó a primar la pierna fuerte y el contacto físico entre Fleurquin y Ferro, entre Amado y Tamareo. Peña vio una anunciada amarilla cuando De Arrascaeta le ganaba la espalda, y más tarde el “Nico” Olivera, cuando Alles salía de contragolpe, también sería amonestado. Muchos pidieron expulsión, pero dentro del criterio adoptado por el árbitro Pastorino –que dejó jugar bastante- la amonestación pareció coherente con las demás acciones del partido.
El primer tiempo se fue con un bostezo gigante después de arrancar con ojos bien abiertos. Para el cierre quedó la más clara de Liverpool, o quizá la única, después de una jugada de pizarrón ejecutada por Pezzolano. El “Papa” mandó el centro pasado, Aguirre la bajó de cabeza y Almeida conectó con la pelada por encima del horizontal.
Para el complemento Favaro mandó a Ravecca por el amonestado Peña, y el ex Cerro arrancó endemoniado por el carril derecho. Un centro suyo, con mucha rosca, fue desactivado en dos tiempo por el arquero Campaña. Olivera respondió minutos más tarde con un tiro libre que rozó el ángulo superior derecho del arquero local; las 2.500 personas en Belvedere la vimos adentro.
Pero de todas maneras el partido siguió sin abrirse. Ferro y Tamareo rasparon de lo lindo, pero no se quedaron atrás los volantes violetas. Olivera y De Arrascaeta no entraron en juego, y Risso se vio absorbido por los zagueros negriazules. Lo mismo para Alles, el grandote ex Progreso que nunca pudo ser bien habilitado.
Tabaré Silva no tuvo plan B. Las variantes fueron nombre por nombre, sin alterar un ápice el planteo inicial, y la receta no funcionó. Favaro, en cambio, apostó a seguir intentando por abajo, sacando a Alles y colocando al diminuto Puglia; velocidad por altura.
En los últimos minutos el empuje de la Cuchilla fue sustancialmente superior a un Defensor que no encontraba los caminos para dañar a la última línea negriazul. Puglia, aunque un poco entreverado, refrescó la ofensiva de los de Favaro y generó un par de chances algo tibias, pero chances al fin.
Hasta que a los 89’, cuando el partido se iba sin ningún grito, llegó el premio al esfuerzo de Liverpool. Pezzolano, volcado por la derecha, recibió desde un lateral y tocó para la llegada de Puglia, que rápidamente tocó al medio para que Aguirre –que, fiel a su estilo, había luchado hasta el cansancio- rematara de zurda desde el borde del área, y la guinda se terminó metiendo mansita, abajo, contra el palo izquierdo de Campaña. 1 – 0 y locura en Belvedere.
No hubo tiempo para más. En un panorama parejo, de poco fútbol y mucha pierna fuerte, Liverpool se lleva una victoria clave en el inicio de la temporada, demostrando que será un hueso duro de roer en este torneo. Tamareo y Ferro fueron puntos altos en el medio, junto a Barboza, en un equipo de Favaro que al menos intentó jugar siempre por abajo. En Defensor un flaco rendimiento colectivo, fundamentalmente en ofensiva, donde ni Olivera, ni De Arrascaeta ni Risso pudieron desnivelar.
Ficha del partido:
LIVERPOOL: Guillermo De Amores; Agustín Peña (45’ Andrés Ravecca), Martín Bonjour, Christian Almeida, Gastón Filgueira; Lucas Tamareo, Raúl Ferro (78’ Gonzalo Freitas), Jonathan Barboza; Paulo Pezzolano; Gustavo Alles (70’ Miguel Puglia) y Rodrigo Aguirre. DT: Eduardo Favaro.
DEFENSOR: Martín Campaña; Emilio Zeballos, Mario Risso, Matías Malvino, Ramón Arias; Juan Carlos Amado, Andrés Fleurquin; Aníbal Hernández (81’ Leonardo Pais), Nicolás Olivera, Giorgian De Arrascaeta (74’ Felipe Gedoz); e Ignacio Risso (68’ Maximiliano Callorda). DT: Tabaré Silva.
Goles: 89’ Rodrigo Aguirre (Liverpool)
Amarillas: Peña, Bonjour y Ravecca (Liverpool); Olivera y Hernández (Defensor)
Jueces: Álvaro Pastorino, Mauricio Espinosa y Fernando Ríos.
Cancha: Belvedere
Público: 2.500 personas