Los delanteros viven del gol y en Racing hay uno que los convierte. Se fue Quiñones pero apareció Luis Antonio Gorocito, quien confesó tener a su antecesor como referente. Tras mandarla a guardar tres veces, el joven del barrio Aguada, que hizo todas las inferiores en la “Escuelita”, aseguró estar contentísimo.

“Sentí una alegría muy grande, tanto en lo personal como en lo grupal. Salió todo perfecto de lo que veníamos entrenando. Aprovechamos las pelotas quietas y los espacios. Estoy muy contento por lo que se logró”, le dijo a PDA una vez finalizado el encuentro.

En el primer gol, Gorocito se coló entre los zagueros de Miramar y, con su metro noventa, mandó la pelota a guardar. “Tenía un jugador adelante pero caí justo en el medio. Enzo Ruiz tiene terrible pegada, mete la bocha como si fuera con la mano", contó. Y sobre el tercer gol, el de la "picadita", expresó: "En el tercero me vino un tirón en el pique y ahí pensé en pegarle fuerte o picarla. Vi que el golero se adelantó entonces me salió eso”.

Claro que, como indica la ley, el delantero se llevó la pelota para su casa. “La fui a buscar enseguida que terminó. El canchero, antes que hiciera el tercero, me gritó: `dale hacé uno más que te la llevás´ y por suerte se dio. Es la primera vez que me la llevó”, aseguró.

También Rosario Martínez conversó con PDA y elogió el funcionamiento colectivo de sus muchachos. “No todos los partidos van a ser así, tuvimos la suerte de que se nos abrió el juego. No existió tanta diferencia de goles en la cancha. Lo mejor de Racing fue la actitud, la solidaridad y el grupo, que estuvo compenetrado en todo momento”, sostuvo.

Ahora los "cerveceros" enfrentarán a su clásico rival, Fénix, y Rosario Martínez subrayó que el partido se prepara de la misma forma que los otros pero con el condimento especial que tiene para el hincha.