"Me encantaría ser profesional"

Magdalena Boado, de 16 años y representante de Uruguay en la Fed Cup y los Juegos Sudamericanos, contó a PDA.

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Foto: Facundo Castro
En Uruguay, tenis femenino y profesionalismo no van de la mano. Como en la mayoría de los deportes, las que lo practican deben dedicarse a otras cosas y, entonces, no pueden desarrollarse al máximo.

Hace varios años que, por ejemplo, no figura una tenista uruguaya en el ranking WTA. Por eso, cuando aparece un caso que pretende, o al menos intenta, superarse y trascender las limitantes que existen, es digno de ser destacado.

Magdalena Boado tiene 16 años y cumple 17 en noviembre. Este año representó a Uruguay en la Fed Cup, máximo torneo por naciones a nivel tenístico, y en los Juegos Sudamericanos de la Juventud. En charla con PDA, contó sus inicios, sus objetivos y sus motivaciones en un deporte en el que no es fácil, ni barato, ganar terreno.

"Empecé a jugar a los 9, 10 años, en una escuelita en el Parque Rodó, pero muy poco, la verdad que era bastante lamentable", contó. "A medida que me fue gustando, me hice socia de Biguá y empecé a jugar en la escuelita", siguió.

Actualmente continúa entrenando en Biguá, donde lleva una rutina exigente. Todos los días de mañana entrena más de tres horas, entre tenis y trabajo físico, con un profesor personal (Gabriel Macagno). Y de tarde vuelve para hacer un nuevo turno de ejercicio físico y tenístico, en este caso bajo las órdenes de Macagno y Roberto Pavesio.

El de la tarde es un entrenamiento que brinda el club a sus socios, pero el de la mañana se lo organiza la propia tenista. "Lo que hago es reservar cancha, como hacen todos los socios, y vengo con el profesor a hacer la clase", explicó Boado, que ha solicitado más facilidades al club pero aún no las ha conseguido.

Otra complicación que hay es la falta de competencia interna. "Lo que falta acá son torneos y, a su vez, gente. Porque aunque tengas torneos, jugar siempre contra las mismas cinco, llega un momento que no tiene mucha gracia y te estanca", describió.

Entonces, suele viajar al exterior, casi siempre a Argentina, para foguearse mejor y poder crecer. Incluso ha disputado qualys de Futures, aunque todavía no ha accedido a un cuadro principal. "Estoy jugando bastante en Argentina porque hay buen nivel, hay bastantes chicas y porque es lo que queda más cerca y más económico", dijo Boado, dejando claro que los gastos corren por cuenta propia.

"Magui", como la llaman, cruza el charco aproximadamente dos veces por mes, siempre sustentada por su familia. Sponsors por ahora no tiene. "Ojalá se pueda llegar a conseguir uno, pero es complicado", asume.

Adonde sí viajó con apoyo económico fue a El Salvador y Lima, donde compitió en la Fed Cup y Juegos Sudamericanos de la Juventud respectivamente. Boado destaca que ambas fueron "experiencias muy buenas" y sobre todo posibilidades de medirse en un nivel importante. "Te deja cosas para mejorar", subraya la joven tenista.

A todo esto, Boado continúa con sus estudios en el liceo. Este año cursa 5º y se cambió a un plan semipresencial para que sea compatible con el tenis. La pregunta que surge es: ¿hasta cuándo se puede seguir así? "A lo que aspiro es a poder dedicarme estos años y ver cómo me va yendo. Como sueño, me encantaría ser profesional, pero todo no se puede. Hay que ver a qué se puede llegar, nunca está de más intentarlo", responde.

El camino es difícil, pero Boado tiene claro qué hay que tener para no abandonar: "La perseverancia es fundamental. La motivación de uno mismo, también. Y las ganas de desafiarse, de luchar y la confianza en uno mismo para poder sacar lo mejor que tiene".

Una de sus principales referencias, en concordancia con sus ideales, es Maria Sharapova. "Siempre me gustó. No tanto por su juego, sino por su perseverancia. Nunca vas a ver que te tira un partido. Eso es algo a imitar, y es lo que más me gusta", contó sobre la rusa.

"Magui" se define como "una jugadora bastante ofensiva". "Lo que trato de hacer es, con mi saque, ir armándome el punto. Poder sacar y que en la próxima bola ya me quede para definir. Ahora para definir, defino mejor con el drive. También me gusta subir a la red y definir los puntos ahí", agregó.

Seguir creciendo, ir adaptándose al nivel internacional y, ¿por qué no?, sumar puntos para el ranking WTA, algo que en Uruguay es muy poco común. Son las metas a corto y mediano plazo de una joven tenista que lucha contra un medio donde hay poca inversión y, encima, está a la sombra de la rama masculina.

Pero Boado, pese a su corta edad, parece tener las cosas claras: "No va en dónde pongan la plata, sino en que quieran ponerla".