El número 1 del mundo, Novak Djokovic, seguirá siéndolo luego del US Open ya que con la victoria sobre Stanislas Wawrinka por 2-6 7-6 3-6 6-3 6-4 se aseguró que pase lo que pase en la final, nadie lo bajará de ahí, al menos no por ahora.

El serbio no deja de asombrar a todos por varios aspectos. Otra vez protagonizó una lucha larga y dura, de esos encuentros en los que se termina creyendo que cualquiera de los dos podría haberlo ganado, sin embargo, lo ganó él. Lo hizo viniendo de atrás, set abajo y quiebre en el segundo, pero además, jugando mal, plagando su juego de errores no forzados y doble faltas, incluso llegó a recibir un warning por couching. Con la victoria y clasificación a su quinta final consecutiva en el US Open, Djokovic nos reafirma que con él, nunca se sabe, que por más que parezca no estar en su mejor día, él sabe encontrarle la vuelta y gane o pierda, nada quedará echado a la suerte ni se definirá con mucha anterioridad.

En frente estuvo Stanislas Wawrinka, por primera vez semifinalista, instancia que se hizo esperar mucho ya que llegó recién en su Grand Slam número 35. Pero el nivel que viene desplegando el suizo en esta temporada hace entender porque no solo llegó sino que le peleó de igual a igual al 1 del mundo. Para confirmar esa igualdad está el dato: ambos sumaron 165 puntos en el partido. Pero la clave está en cuándo los obtenés. Stan aprovechó cada oportunidad que Djokovic le dio, pero cuando él se puso más firme y contundente, lograr una chance se hizo casi imposible mientras Wawrinka no lograba ajustar sus primeros servicios, cosa que al principio no fue relevante pero al mejorar las devoluciones de Nole, esto se convirtió en un problema.

 La descarga de a quién la presión le jugó una mala pasada en partes del encuentro, Djokovic, y las casi lágrimas de un ilusionado Wawrinka, que tiene razones de sobra para irse con la frente en alto.

Novak irá ante Nadal o Gasquet en la final, la cual se disputará el lunes a las 18 hs. (horario Uruguay).