No tiene al goleador del campeonato, e incluso perdió al propio cuando Gorocito partió al fútbol mexicano. No está plagado de figuras y sin embargo es el equipo más goleador; tiene que salir a todas las canchas y sin embargo está invicto. En todos lados se habla del Nacional de Gutiérrez, y no es para menos, pero lo de Racing es para pellizcarse a ver si es cierto.
 
Visita al Olímpico con un Rampla en alza y con la presión de la victoria del sábado de Nacional sobre Wanderers. Los de Larriera pisaron la cancha y, casi automáticamente, se largó el diluvio.
 
Si ya era difícil en la previa, más todavía con el estado del campo de juego, un pantano en varios sectores. Llovió sobre mojado cuando a los 11’, después de que el partido se suspendiera momentáneamente por la tormenta eléctrica, Bruno Barreto aprovechó un despeje de Malrrechauffe y de afuera del área la colgó del ángulo. Los picapiedras se ponían arriba y la escuelita tenía que remar, casi literalmente, para sacar adelante el partido.
 
Sin renunciar a su estilo de buen fútbol, a pesar de la cancha, Racing adelantó las líneas y con la movilidad de Tabó inquietó a un Long que se mostraba muy seguro, pero que minutos más tarde no pudo hacer nada para evitar el empate albiverde. Centro pasado de Torres, Tabó recibió por derecha y le puso una pelota en la cabeza a Juan Pablo Rodríguez, que de pique al suelo la cambió de palo para poner el 1 - 1.
 
Racing era más en la cancha, y rampla no podía hilvanar tres pases seguidos que le posibilitaran alguna chance de cara al arco de Contreras. Nicolini era la manija del equipo visitante, pero la cancha no dejaba que el juego fluyera con claridad. En ese panorama se fue el primer tiempo.
 
En el complemento el trámite se hizo más luchado en el medio, jugándose lejos de los arcos y con los jugadores acusando claramente el cansancio por jugar en el barro. Hubo que esperar varios minutos para que Racing volviera a probar a Long, que primero le contuvo un remate a Zabala y más tarde a Tabó.
 
Los minutos pasaban y era claro que si había un gol, grandes chances había de que fuera por elevación. Rampla, casi inofensivo en el segundo tiempo, avisó con una chilena de Malán que pasó muy cerca. El 9 local fue navegante solitario en un equipo que se olvidó del arco de enfrente en la segunda mitad.
 
El grandote Affonso saltó a la cancha para cargar en el área, en lugar de un deslucido Fernández y finalmente la variante dio sus frutos. Porque el melense pudo romper el maleficio del arco rival cuando, después que Malrrechauffe de cabeza y Nicolini de tiro libre le sacaran astillas a los palos, conectó un centro de Tabó desde la derecha para ponerla abajo, contra el palo más lejano de Long. Era el 2 - 1, la victoria y la punta para un sufrido Racing que volvía a ganar pasada la hora.
 
Con la misma fórmula que en los últimos partidos, Racing se llevó un trabajoso aunque merecido triunfo del Olímpico: gol en la hora y por la azotea. ¿Acaso es un demérito? Sin dudas que no, porque no solo los goles valen lo mismo sean como sean, sino que además el equipo de Larriera no renuncia nunca a la idea de jugar siempre buscando el arco de enfrente, haya pasto, barro o agua.
 
Ficha del partido:
 
RAMPLA: Bernardo Long; César Vargas, Pablo Pereira, Emiliano García, Emanuel Cuello; Jorge Anchén, Marcel Román, Maximiliano Arias (2’ Bruno Barreto) (81’ Gonzalo Vega), Gustavo Aprile; Paul Dzeruvs (75’ Francis D’Albenás) y Gonzalo Malán. DT: Marcelo Saralegui.
 
RACING: Jorge Contreras; Gonzalo Aguilar, Damián Malrrechauffe, Pablo Lacoste, Darwin Torres; Diego Zabala (77’ Daniel Acosta), Ernesto Dudok, Ignacio Nicolini, Juan Pablo Rodríguez; Cristian Tabó (92’ Jesús Trindade) y Gabriel Fernández (74’ Mauricio Affonso). DT: Mauricio Larriera.
 
Goles: 11’ Bruno Barreto (Rampla), 27’ Juan Pablo Rodríguez (Racing), 91’ Mauricio Affonso (Racing)
 
Amarillas: Román, Cuello y Vargas (Rampla); Zabala (Racing)
 
Jueces: Jonathan Fuentes, Carlos Pastorino y Sergio Freire
 
Cancha: Estadio Olímpico.