“El fútbol uruguayo es increíble”
La historia de dos amigos que lograron transformar su pasión en una empresa: Fanáticos Fútbol Tours. Así lo cuentan.
Franco Pérez e Ignacio Bemeditto son dos gurises que no llegan a los 30 años. Una noche se juntaron y entre largas charlas salió la idea de crear una empresa dedicada a promover y difundir el fútbol uruguayo. Así como todos alguna vez nos dedicamos a soñar proyectos e imaginar el futuro, esa noche nació Fanáticos Fútbol Tours.
Hay cosas que son comunes a todos los jóvenes. Las pasantías sin remuneración económica que te permiten “agarrar experiencia”, y vos sabés que es una forma de entrar en los medios, aunque en realidad también tenés claro que cuando pasen los tres meses marchaste, y casi seguro que entra otro.
Tener el C.V guardado en el escritorio de la computadora, conocer a alguien que trabajó en un call center y tener un usuario en la mayoría de las páginas que sirven para encontrar laburo. Ser joven y emprender. Dar el paso para meterse en el mundo de las personas “grandes”.
“Empezamos como una locura nuestra. Fuimos medio kamikazes. Ninguno había estudiado turismo ni sabíamos mucho cómo funcionaba esa lógica. Lo que teníamos en claro era que nos apasionaba el fútbol y que teníamos que hacer algo con eso”, explica Franco al ser consultado por PDA sobre el inicio de Fanáticos.
En ese camino de transitar de a poco por el mundo de los “grandes”, los contratiempos no tardaron en llegar. “Nuestros amigos nos fueron tirando piques e ideas. Creo que la clave es la responsabilidad y ponerse la camiseta más allá del talento. A eso se le sumó la rebeldía juvenil de que te cierren las puertas de todos lados o que te digan que no y seguir insistiendo”, argumentó Franco, y agregó: “Ahí arrancamos a asesorarnos. Nos juntamos con algunas autoridades y nos guiaron un poco. Cuando nos dijeron que era algo rentable y que siempre se había intentado hacer, decidimos tirarnos al agua”.
Fanáticos lentamente comenzaba a caminar. “De a poco armamos el logo, la marca, los folletos, fuimos a buscar agencias de turismo, hostels, hoteles. Ahí nos ganamos la confianza. Éramos dos guachos. Nos ganamos el respeto con el laburo que mostramos. Somos muy detallistas y no queremos dejar nada librado al azar”, explicó uno de los fundadores de la empresa.
Libertad y responsabilidad son dos palabras que van de la mano en Fanáticos Fútbol Tours. Algo así como cuando en el jardín de infantes te decían “relajo pero con orden”. “No somos una empresa clásica. Nos juntamos en una casa, paramos, laburamos, seguimos al rato. Para nosotros esa es la cabeza. Cada uno sabe lo que tiene que hacer. Está en la responsabilidad de uno”.
Esa necesidad de transformar la pasión por el fútbol en una forma de vida llevó a que entre Franco y “Nacho” surgiera una amistad. “Fanáticos nos hizo amigos. Con Nacho nos conocimos por Fanáticos. Fue un riesgo que asumimos, podía salir bien o mal. Creo que eso nos jugó a favor, nos respetábamos tanto que los dos le metíamos”.
Corrían los meses y la empresa de a poco comenzaba a hacerse un nombre en el medio. Pero el espaldarazo llegó a mitad de año cuando ganaron un concurso que realizó la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), en conjunto con el Ministerio de Turismo y Deporte.
Franco explicó en qué consiste el premio: “Ganamos una financiación económica, apoyo técnico, etc. Nos permite movernos con mayor libertad. Es un respaldo por un año pero para nosotros es una responsabilidad. La ambición que teníamos era ganarlo más allá de lo económico. Se demoró mucho porque la ANII cambió de autoridades. Al principio sabía que lo íbamos a ganar, pero pasaba el tiempo y no nos llamaban y dije… ta, capaz que no. Por suerte salió”, concluyó Franco.
La prueba de fuego
Uruguay jugaba un partido clave por las Eliminatorias ante Colombia. La selección de Tabárez estaba en una situación límite y el partido ante los cafeteros era clave.
“Con Colombia fue la prueba de fuego. Manejamos 160 tipos y por suerte salió bárbaro. Nos pusimos la camiseta y salió. Lo planificamos mucho. El colombiano, más allá del resultado, se copó. Tuvimos que esperar una hora para salir y la gente estaba contenta igual. La AUF nos ayudó bastante para organizar todo dentro del estadio. Nos jodían que los habíamos dejado afuera del Mundial de Sudáfrica”, reconoció Franco.
Rodrigo es un brasilero que se hace llamar “Condorito”. Hincha del Corinthians, llegó a Montevideo para conocer la “mística”, tal como él lo define, del fútbol uruguayo: “Aquí se juega con más determinación y raza. Son más humildes y tienen más ganas de ganar”, responde “Condorito” al ser consultado sobre los motivos que lo llevan a idolatrar al fútbol charrúa.
“Condorito” destacó la creatividad de las hinchadas uruguayas. “Me llevo como recuerdo la creatividad y la pasión de los hinchas desde el lado de las canciones. En este país se respira fútbol todo el tiempo y se nota”.
“El otro día un brasilero se sorprendía de que cantemos la melodía de Xuxa. En Brasil nadie va a cantar una canción uruguaya. Nosotros cantamos inglesas, argentinas. Ahora hay de Tabaré Cardozo, La Vela Puerca. En Brasil nadie canta en la barra de Flamengo a Xuxa”, ejemplificó Franco.
“Vendemos experiencia, ocio y sensaciones. No podés ir a Italia sin ir al Coliseo, a Las Vegas sin visitar un casino. Queremos que Uruguay sea el país del fútbol. Porque la gente habla todo el tiempo de fútbol, el del hotel, el del taxi. Los turistas te dicen “bo acá todo el mundo me habla de fútbol”, argumenta Franco.
Elton es otro brasileño hincha de Flamengo que se interesó por conocer la historia del fútbol nuestro de cada día. “Soy un historiador y un amante del fútbol. Es increíble que siendo menos de tres millones de personas hayan ganado tantos títulos”.
Esta afirmación coincide con la de Liam, un doctor inglés fanático del Liverpool que viajó miles de kilómetros para ver un partido de nuestro Liverpúl. “Uruguay me parece un país increíble. Me cuesta creer que teniendo menos población que Inglaterra tengan más títulos internacionales. Lo de ustedes es asombroso”.
Edgardo es un chileno fanático de la Universidad de Chile. Durante su adolescencia leyó crónicas de la final del Mundo de 1950 y este año quiso venir a conocer más de cerca a los protagonistas.
“Crecí soñando con la hazaña de Maracaná y con la alegría que significó para un país tan pequeño ese logro. En el corto tiempo que estuve en Montevideo aproveché para conocer el Centenario y repasar la rica tradición del fútbol uruguayo. Sin dudas que fue una experiencia que repetiría mil veces”.
Gonzalo es un argentino hincha de Independiente que se vino a ver el clásico y el partido en el que su equipo se enfrentó a Liverpool por la Copa Sudamericana. “Decidí conocer el fútbol uruguayo porque siempre me interesó la idea de poder vivir su clásico, conocer el estadio Centenario que fue el primer estadio mundialista y sede de la primer final del Mundo. La gente acá vive el fútbol con mucha pasión y se asemeja bastante a lo que sucede en Argentina”.
El circuito de Fanáticos de a poco se fue ampliando y de a poco fue saliendo del Centenario. “Cuando vas a otras canchas se sorprenden de otras cosas. Uno decía que era increíble la vista que tenía el Parque Capurro. Que debía tener la mejor vista de los estadios del mundo. La palmera de Jardines del Hipódromo, que se vea la rueda gigante y el río en la cancha del Franzini. Del Parque Central les sorprende que esté ahí, que no lo vean y de repente aparezca. Les sorprende que Peñarol tenga un estadio de básquetbol y no tengan fútbol”.
El fútbol uruguayo tiene cosas para decir y hay gente dispuesta a escuchar sus cuentos. Por la idiosincrasia del uruguayo el darse para atrás es una costumbre. Más allá de que no hay que quedarse en el pasado, creo que tenemos mucho para contar. A veces precisamos recibir los halagos de afuera para valorar lo que tenemos dentro.