Luis Suárez nació en La Coruña el 2 de mayo de 1935. Comenzó jugando al futbol en las calles de la ciudad, pero gracias a su habilidad innata logró debutar profesionalmente a los 17 años en el Deportivo La Coruña.

En una entrevista a El País de Madrid, se definió como un jugador "técnico, con muy amplia visión del juego, pase en largo... Me gustaba tocar, pero más profundizar. Tenía cambio de ritmo y llegaba hasta el borde del área. Marcaba goles, pero no por arriba". Por esta calidad al jugar es que Alfredo Di Stéfano lo bautizaría como "El Arquitecto".

En La Coruña duró solamente un año y medio, ya que el equipo gallego no supo ver la exquisitez del jugador y pensaron que era un buen negocio venderlo a cualquier costo a Barcelona. El equipo catalán venía de sufrir la ida de Di Stéfano al Madrid, y buscaba encontrar una pareja de juego para su superestrella, Kubala.

Con el nombramiento de Helenio Herrera como técnico, Barcelona despegaría y lograría el éxito, convirtiéndose en uno de los mejores equipos de Europa. Luis se desempeñaba como mediocampista por la izquierda siendo fundamental para ganar dos Ligas, dos Copas Nacionales (llamadas del "Generalismo" en ese momento) y dos Copas de Ferias.

En 1960 fue nombrado por France Football el mejor jugador del año y le otorgó el Balón de Oro, sobreviviendo a los Xavi e Iniesta como el único jugador español en lograr este premio.

Ese mismo año Barcelona había arrasado con la Liga, la Copa del Generalisimo y la Copa de la Feria (variante de lo que sería hoy la Europa League).

Un año después le tocó perder la final de la Copa de Europa (hoy Champions League), su mayor frustración como futbolista. Barcelona buscaba obtener el título, que su clásico rival, Real Madrid, había logrado en cinco oportunidades seguidas. Lamentablemente para sus intereses, Benfica le ganó la final por 3 - 2.

En una entrevista concedida a la página de la FIFA el mediocampista afirma: "Fue la nota negativa de mi paso por Barcelona. Siempre digo que de todas las finales que he jugado es la única que he perdido y, sin embargo, por cómo se desarrolló el partido, era la que tenía que haber ganado. Se me quedó esa espinita porque es una competición muy grande".

Con el dolor de haber perdido esa final, Luis Suárez emprendió camino a Italia para fichar por Inter de Milán. La operación costó 250 millones de liras, siendo el pase récord del momento, convirtiéndose a su vez en el primer español en jugar en el futbol italiano.

Este pase no hubiera existido de no haber sido por la salida de Helenio Herrera del equipo catalán un año antes, debido a un enfrentamiento con Kubala, y su llegada a Inter.

El técnico convenció a Moratti, presidente del equipo italiano, que invirtiera el dinero en el jugador y ya que a través de él se podía montar un equipo más que competitivo. Helenio Herrera armaría un equipo defensivo al estilo del fútbol italiano, con el español como figura en el armado de la ofensiva.

En su segunda temporada, Suárez ayudó a Inter a ganar su primer Scudetto en diez años, mientras que en la temporada 63/64 tocó el cielo con las manos al alzarse con la Copa de Europa, Copa Intercontinental y la Eurocopa con la selección española.

Increiblemente en esa temporada no logró repetir el Balón de Oro, teniéndose que conformar con el de Plata. Una temporada después repetiría logrando la Copa de Europa y la Copa Intercontinental.

Con 35 años abandonó Inter para jugar su última temporada como jugador en Sampdoria. Tras su retiro, continuó trabajando como entrenador en equipos italianos como Genoa o Como, y tuvo también ciclos en Barcelona e Inter.

Su pasaje más importante como entrenador fue en la selección de España, con la cual clasificó para el Mundial de Italia 90.

Al ver que no tenía la misma suerte que como jugador, decidió abandonar y dedicarse a trabajar en Inter como ojeador y secretario técnico. Hasta el día de hoy sigue muy ligado al equipo italiano.