La noche del ocho
Se cumplen ocho años de la segunda mejor actuación a nivel individual en la NBA, la noche que Kobe anotó 81 puntos.
Un 22 de enero pero de 2006, Kobe Bryant se retiraba ovacionado del Staples Center habiendo logrado no solo su mejor marca, sino que la segunda mejor marca anotadora de un partido en la historia de la NBA.
Uno se imagina un partido redondo de los Lakers, en el cual el escolta sacó a luz todo su repertorio acompañado por brillantes actuaciones de sus compañeros. La realidad dista un poco de la imaginación.
Un mal año
La temporada 05-06 no fue la mejor para Los Angeles Lakers. A pesar de contar con el regreso de Phil Jackson, continuaban extrañando a Shaquille O'Neal que se había marchado a Miami luego de haberse peleado con Kobe dos años atrás.
El técnico comenzó un plan reconstrucción del equipo, buscando contratar figuras jóvenes para así formar en unos años un plantel capaz de pelear por el campeonato. Por eso es que el entrenador, quien era muy rígido con sus sistemas, a principio de temporada le dijo a Bryant que se liberara, ya que el equipo todavía no dominaba el "triángulo ofensivo".
Esto llevó a que Kobe asumiera un protagonismo en el equipo que no había asumido nunca antes, anotando más de 40 puntos en 23 partidos de la serie regular. No era un gran año para los Lakers que todavía buscaban encontrar funcionamiento, pero el escolta le salvaba la plata, llegando a promediar al final de la temporada regular 35 puntos y 5 asistencias por partido.
Promediando la temporada avisó que estaba para cosas grandes, al anotar 62 puntos en 33 minutos ante Dallas, y 51 a los Sacramentos Kings en menos de un mes. Fue durante esa racha de increíbles partidos que le tocó enfrentar a los Raptors.
El día histórico
Esa noche el equipo no tuvo un buen primer tiempo y Kobe se retiró al descanso con 26 puntos en su haber, pero sabiendo que el equipo caía por 18 puntos. Como dato anecdótico, ese partido fue el único en el que su abuela lo fue a ver, ya que se cumplían años del fallecimiento de su abuelo.
Kobe no se conformó con lo que había anotado, y con el aliento de su abuela en la tribuna se puso el equipo al hombro superando -con 55 puntos, 27 en el tercer cuarto y 28 en el último- lo que había hecho en la primera mitad.
Con esos increíbles números llegó a la cifra de 81 puntos, que se desglosan en 28/46 en tiros de campo, 7/13 en triples y 18/20 en libres. En ese segundo tiempo, el escolta arrolló a los Raptors que terminaron perdiendo por 18 puntos.
Con esa actuación superó la marca personal de algunos de los mejores jugadores de la historia, como los 69 puntos de Michael Jordan, quedando solamente por detrás de Wilt Chamberlain, que una vez hizo 100 puntos.
Las comparaciones son odiosas, pero es mucho más que meritoria la actuación de Kobe que no basó sus anotaciones simplemente en una superioridad física para encestar cerca del aro, sino que logró demostrar todo tipo de habilidades, además de jugar en un campeonato más competitivo de lo que era años atrás.
Phil Jackson cuenta en su libro 'Once Anillos', que la pregunta que había atormentado la carrera de Kobe es si iba a ser capaz de ser el nuevo Jordan. Con la madurez que estaba teniendo en su juego, no solo por lo hecho dentro de la cancha, sino liderando el vestuario de forma positiva, comenzaba a tomar cada vez más fuerza la idea de que el escolta tenía pasta para ser de los mejores de la historia.
A pesar de los excelentes números de Kobe durante la temporada, el MVP se lo llevó Steve Nash. El base de los Suns estaba teniendo una temporada muy buena, y sería el encargado de anular al escolta de los Lakers durante la primera ronda de play-off para dejarlos afuera tras siete partidos.
Sumado al título obtenido por Miami, liderado por O'Neal, esa temporada quedó para el olvido. No todas eran amarguras, ya que los Lakers comenzaba a ver como su estrella maduraba en algo más que un buen jugador de básquetbol, para convertirse en el líder que volvería a llevar a Los Angeles a la cima de la NBA años después.
Mirá el resumen de la noche:
Uno se imagina un partido redondo de los Lakers, en el cual el escolta sacó a luz todo su repertorio acompañado por brillantes actuaciones de sus compañeros. La realidad dista un poco de la imaginación.
Un mal año
La temporada 05-06 no fue la mejor para Los Angeles Lakers. A pesar de contar con el regreso de Phil Jackson, continuaban extrañando a Shaquille O'Neal que se había marchado a Miami luego de haberse peleado con Kobe dos años atrás.
El técnico comenzó un plan reconstrucción del equipo, buscando contratar figuras jóvenes para así formar en unos años un plantel capaz de pelear por el campeonato. Por eso es que el entrenador, quien era muy rígido con sus sistemas, a principio de temporada le dijo a Bryant que se liberara, ya que el equipo todavía no dominaba el "triángulo ofensivo".
Esto llevó a que Kobe asumiera un protagonismo en el equipo que no había asumido nunca antes, anotando más de 40 puntos en 23 partidos de la serie regular. No era un gran año para los Lakers que todavía buscaban encontrar funcionamiento, pero el escolta le salvaba la plata, llegando a promediar al final de la temporada regular 35 puntos y 5 asistencias por partido.
Promediando la temporada avisó que estaba para cosas grandes, al anotar 62 puntos en 33 minutos ante Dallas, y 51 a los Sacramentos Kings en menos de un mes. Fue durante esa racha de increíbles partidos que le tocó enfrentar a los Raptors.
El día histórico
Esa noche el equipo no tuvo un buen primer tiempo y Kobe se retiró al descanso con 26 puntos en su haber, pero sabiendo que el equipo caía por 18 puntos. Como dato anecdótico, ese partido fue el único en el que su abuela lo fue a ver, ya que se cumplían años del fallecimiento de su abuelo.
Kobe no se conformó con lo que había anotado, y con el aliento de su abuela en la tribuna se puso el equipo al hombro superando -con 55 puntos, 27 en el tercer cuarto y 28 en el último- lo que había hecho en la primera mitad.
Con esos increíbles números llegó a la cifra de 81 puntos, que se desglosan en 28/46 en tiros de campo, 7/13 en triples y 18/20 en libres. En ese segundo tiempo, el escolta arrolló a los Raptors que terminaron perdiendo por 18 puntos.
Con esa actuación superó la marca personal de algunos de los mejores jugadores de la historia, como los 69 puntos de Michael Jordan, quedando solamente por detrás de Wilt Chamberlain, que una vez hizo 100 puntos.
Las comparaciones son odiosas, pero es mucho más que meritoria la actuación de Kobe que no basó sus anotaciones simplemente en una superioridad física para encestar cerca del aro, sino que logró demostrar todo tipo de habilidades, además de jugar en un campeonato más competitivo de lo que era años atrás.
Phil Jackson cuenta en su libro 'Once Anillos', que la pregunta que había atormentado la carrera de Kobe es si iba a ser capaz de ser el nuevo Jordan. Con la madurez que estaba teniendo en su juego, no solo por lo hecho dentro de la cancha, sino liderando el vestuario de forma positiva, comenzaba a tomar cada vez más fuerza la idea de que el escolta tenía pasta para ser de los mejores de la historia.
A pesar de los excelentes números de Kobe durante la temporada, el MVP se lo llevó Steve Nash. El base de los Suns estaba teniendo una temporada muy buena, y sería el encargado de anular al escolta de los Lakers durante la primera ronda de play-off para dejarlos afuera tras siete partidos.
Sumado al título obtenido por Miami, liderado por O'Neal, esa temporada quedó para el olvido. No todas eran amarguras, ya que los Lakers comenzaba a ver como su estrella maduraba en algo más que un buen jugador de básquetbol, para convertirse en el líder que volvería a llevar a Los Angeles a la cima de la NBA años después.
Mirá el resumen de la noche: