Tips para corredores
Cómo mejorar el rendimiento personal, en el marco del entendimiento y el resguardo de la dignidad individual y colectiva, sin parecer un pelotudo.
Por motivos desconocidos difuminamos el rostro de algunos corredores. (Foto: soydeportista.com.uy)
Capítulo 1. Accesorios
Para un corredor es fundamental correr ligero. Evite cargar excesivamente con accesorios y artículos que haya comprado los días previos a la carrera y no pretenda estrenarlos todos juntos en el mismo evento. Controle su ansiedad. Carreras de calle hay muchas, y usted podrá estrenar un artículo por carrera.
Y siempre recuerde que un tipo que carga con vincha, bandana, muñequera para el sudor, brazalete con velcro para dispositivo de audio, auriculares, riñonera, calza, rodilleras y championes nuevos, quedará grabado por siempre en la mente de quienes lo vean como: “Este tipo tiene que correr, zarpado”.
Evite decepcionar a todas esas personas y básicamente a usted mismo. No se mienta ni se haga trampas al solitario, usted es un corredor, no un jugador de fútbol 5 con medias por la rodilla, canilleras y championes rosados y naranjas en degradé.
Capítulo 2. Previo a la largada y de la salida
La salida es el primer golpe adrenalínico que se sufre. Trate de ubicarse en el callejón de largada según el tiempo que habitualmente realice, evitando molestar a aquellos que usted considere a simple vista que tienen mejor tiempo que usted.
Como sugerencia, recomiendo incluso ubicarse con personas que estén muy por debajo de su tiempo, ya que al momento de la salida, al sobrepasarlos, su motivación crecerá, mejorará su autoestima, además de poder babosear y realizar el típico gesto de Mr. Bean adjunto a continuación.
Tras realizar el gesto, eleve considerablemente su ritmo a fin de no ser alcanzado por la horda furiosa que pretenderá golpearle. Se estima que durante al menos dos kilómetros usted habrá reducido considerablemente su tiempo habitual. ¡Bien hecho!
Capítulo 3. Pacers
Para quienes no lo saben, los Pacers son aquellos que llevan consigo durante una carrera, un vestuario llamativo compuesto por pelucas y vestimenta flúor, junto con un banderín que indica el tiempo que realizarán para la carrera, además de correr en parejas de a dos.
Para los corredores amateurs, los Pacers son de gran ayuda y una gran guía, en momentos tanto de dificultad como de superación. Ni bien usted vea al Pacer que realiza su tiempo en el callejón de salida, péguese a él/ella cual estampilla babeada en la parte posterior a un sobre.
Sígalo en todos sus movimientos y en todo lo que haga. Imite su andar, su estiramiento, su calentamiento y si el Pacer realiza un chiste, ríase. Nada mejor que pegarse a una persona y reírse de sus chistes a fin de caer simpático.
Durante la carrera, continúe siguiéndolo y, si le da el aire, ríase de los comentarios que el Pacer realiza con su compañero, y métase en el medio de ambos si es necesario, a ellos no les molesta.
Luego de culminado el evento, tenga la amabilidad de saludarlos y de darles las gracias. Que usted sea un parásito que se pegó a ellos solamente para cumplir con su objetivo personal y egoísta, no implica que ellos también lo sean. Y si tiene a mano, deles una propina también.
Capítulo 4. Sobre escupir
Aunque no lo parezca, escupir es un momento clave para cualquier corredor. Es donde se da el recambio de fluidos en la boca y donde hacia el exterior se transmite la imagen de ser una persona completa en la vida.
Para lograr dar esa imagen, mientras se corre se debe mantener una postura erguida, cabeza y cuerpo mirando al frente, y al momento de saber que se va a escupir, se mira despectivamente hacia el costado, para cotejar no haya nadie. Se pone cara de sobrador, se entrecierra los ojos y se larga el escupitajo.
El mismo debe ser macizo, conciso y directo, saliendo en su totalidad, evitándole a usted el mal trago de correr con hilos de saliva saliendo de su boca, los cuales mantienen colgando el fruto de su esfuerzo y lo último que le quedará de vergüenza y dignidad.
Recuerde que, según la Constitución de nuestro país, el trabajo dignifica a las personas, y todos nosotros sabemos que una buena manera de salivar también lo hace.
Capítulo 5. De las ganas de orinar
La hidratación previa, durante y luego de la carrera es fundamental, pero se debe subsistir con su consecuencia: la orina.
Trate de llegar con anticipación a la hora de largada, de tal manera de poder hacer uso del baño químico sin necesidad de largas filas. En caso de verse apremiado por el tiempo y la vejiga, recuerde que ahora orinar en la vía pública es considerado como falta, por lo que si no quiere tener que limpiar la orina de las demás personas en los canteros de Av. Italia, aguántese.
Si durante la carrera siente ganas de orinar, tómelo como motivación para culminar más rápido. Ni bien llegue, sáquese el chip como pueda, canjee su medalla, ingrese al baño químico y sostenga su aparato reproductor masculino (este ejemplo es solo para hombres) y, como si fuera Leonardo Di Caprio en la proa del Titanic, orine al grito de "¡Soy el rey del mundo!".
Capítulo 6. Puestos de hidratación
Una motivación para muchos, casi tanto como un oasis en el desierto. Es en estos lugares donde se aprecia la avaricia, la codicia y la miseria humana.
Como sugerencia, en carreras donde existan puestos de bebidas isotónicas, no intente acercarse. De seguro perderá alguna de sus extremidades debió a la sarta de salvajes que pretende sentirse como Mariano López en la publicidad de Gatorade.
Inclínese y prefiera siempre los puestos con agüita fresca y aguarde al final de la carrera para conseguir su bebida isotónica. Ni bien obtenga su agua, ya sea en forma de botella o bolsa, tómese una pausa mental, respire e inmediatamente trate de coordinar el siguiente ejercicio:
Pierna derecha hacia adelante, pierna izquierda hacia adelante, suba el contenedor (botella o bolsa) de agua con la mano de su preferencia, pierna derecha hacia adelante, abra la boca, pierna izquierda hacia adelante, buche, pierna derecha hacia adelante, buche, pierna izquierda hacia adelante, mójese la cabeza, pierna derecha hacia adelante, elimine el exceso de agua sacudiendo la cabeza como si fuera una modelo en un reclame de Pantene, beba agua, trague, moje sus extremidades, vuelva a tragar y dese cuenta que desde hace un buen rato, y según este ejercicio, usted ya no está moviendo sus piernas.
Por favor fíjese si es por mera motricidad, o ha decidido tomarse una pausa para hidratarse, o bien se encuentra desmayado.
Capítulo 7. A la llegada. Fin de la agonía, principio del sentirse bien
Sin importar la distancia de la carrera, la llegada es el punto cúlmine y de finalización de su esfuerzo y como tal usted tiene que llegar de la mejor manera.
La mayoría del público es exitista, no le interesa apostarse al comenzar la carrera, ni mucho menos presenciar las vicisitudes, peripecias y penurias que usted pasó a lo largo de la misma. Le interesa verlo llegar. Además van a estar presentes muchas cámaras, tanto para grabar como para tomar fotos.
No propongo que llegue de smoking y con un short a tono, pero si se siente cansado y está corriendo de cabeza gacha, levante ese ánimo, focalícese en la meta, sonría y salude como si fuera una vedette.
En la mayoría de las fotos se lo verá llegando como un campeón, como un duque, feliz de haber logrado su cometido y nadie sabrá que, cuatro kilómetros atrás, usted era una babosa cansada, moribunda y con tendencias suicidas que no quería nada, tanto con su vida como con esta carrera.
¡Finalmente llegó! ¡Felicitaciones! Abrácese consigo mismo y con el atleta que se encuentre a su lado o sea de su preferencia.
Para un corredor es fundamental correr ligero. Evite cargar excesivamente con accesorios y artículos que haya comprado los días previos a la carrera y no pretenda estrenarlos todos juntos en el mismo evento. Controle su ansiedad. Carreras de calle hay muchas, y usted podrá estrenar un artículo por carrera.
Y siempre recuerde que un tipo que carga con vincha, bandana, muñequera para el sudor, brazalete con velcro para dispositivo de audio, auriculares, riñonera, calza, rodilleras y championes nuevos, quedará grabado por siempre en la mente de quienes lo vean como: “Este tipo tiene que correr, zarpado”.
Evite decepcionar a todas esas personas y básicamente a usted mismo. No se mienta ni se haga trampas al solitario, usted es un corredor, no un jugador de fútbol 5 con medias por la rodilla, canilleras y championes rosados y naranjas en degradé.
Capítulo 2. Previo a la largada y de la salida
La salida es el primer golpe adrenalínico que se sufre. Trate de ubicarse en el callejón de largada según el tiempo que habitualmente realice, evitando molestar a aquellos que usted considere a simple vista que tienen mejor tiempo que usted.
Como sugerencia, recomiendo incluso ubicarse con personas que estén muy por debajo de su tiempo, ya que al momento de la salida, al sobrepasarlos, su motivación crecerá, mejorará su autoestima, además de poder babosear y realizar el típico gesto de Mr. Bean adjunto a continuación.
Tras realizar el gesto, eleve considerablemente su ritmo a fin de no ser alcanzado por la horda furiosa que pretenderá golpearle. Se estima que durante al menos dos kilómetros usted habrá reducido considerablemente su tiempo habitual. ¡Bien hecho!
Capítulo 3. Pacers
Para quienes no lo saben, los Pacers son aquellos que llevan consigo durante una carrera, un vestuario llamativo compuesto por pelucas y vestimenta flúor, junto con un banderín que indica el tiempo que realizarán para la carrera, además de correr en parejas de a dos.
Para los corredores amateurs, los Pacers son de gran ayuda y una gran guía, en momentos tanto de dificultad como de superación. Ni bien usted vea al Pacer que realiza su tiempo en el callejón de salida, péguese a él/ella cual estampilla babeada en la parte posterior a un sobre.
Sígalo en todos sus movimientos y en todo lo que haga. Imite su andar, su estiramiento, su calentamiento y si el Pacer realiza un chiste, ríase. Nada mejor que pegarse a una persona y reírse de sus chistes a fin de caer simpático.
Durante la carrera, continúe siguiéndolo y, si le da el aire, ríase de los comentarios que el Pacer realiza con su compañero, y métase en el medio de ambos si es necesario, a ellos no les molesta.
Luego de culminado el evento, tenga la amabilidad de saludarlos y de darles las gracias. Que usted sea un parásito que se pegó a ellos solamente para cumplir con su objetivo personal y egoísta, no implica que ellos también lo sean. Y si tiene a mano, deles una propina también.
Capítulo 4. Sobre escupir
Aunque no lo parezca, escupir es un momento clave para cualquier corredor. Es donde se da el recambio de fluidos en la boca y donde hacia el exterior se transmite la imagen de ser una persona completa en la vida.
Para lograr dar esa imagen, mientras se corre se debe mantener una postura erguida, cabeza y cuerpo mirando al frente, y al momento de saber que se va a escupir, se mira despectivamente hacia el costado, para cotejar no haya nadie. Se pone cara de sobrador, se entrecierra los ojos y se larga el escupitajo.
El mismo debe ser macizo, conciso y directo, saliendo en su totalidad, evitándole a usted el mal trago de correr con hilos de saliva saliendo de su boca, los cuales mantienen colgando el fruto de su esfuerzo y lo último que le quedará de vergüenza y dignidad.
Recuerde que, según la Constitución de nuestro país, el trabajo dignifica a las personas, y todos nosotros sabemos que una buena manera de salivar también lo hace.
Capítulo 5. De las ganas de orinar
La hidratación previa, durante y luego de la carrera es fundamental, pero se debe subsistir con su consecuencia: la orina.
Trate de llegar con anticipación a la hora de largada, de tal manera de poder hacer uso del baño químico sin necesidad de largas filas. En caso de verse apremiado por el tiempo y la vejiga, recuerde que ahora orinar en la vía pública es considerado como falta, por lo que si no quiere tener que limpiar la orina de las demás personas en los canteros de Av. Italia, aguántese.
Si durante la carrera siente ganas de orinar, tómelo como motivación para culminar más rápido. Ni bien llegue, sáquese el chip como pueda, canjee su medalla, ingrese al baño químico y sostenga su aparato reproductor masculino (este ejemplo es solo para hombres) y, como si fuera Leonardo Di Caprio en la proa del Titanic, orine al grito de "¡Soy el rey del mundo!".
Capítulo 6. Puestos de hidratación
Una motivación para muchos, casi tanto como un oasis en el desierto. Es en estos lugares donde se aprecia la avaricia, la codicia y la miseria humana.
Como sugerencia, en carreras donde existan puestos de bebidas isotónicas, no intente acercarse. De seguro perderá alguna de sus extremidades debió a la sarta de salvajes que pretende sentirse como Mariano López en la publicidad de Gatorade.
Inclínese y prefiera siempre los puestos con agüita fresca y aguarde al final de la carrera para conseguir su bebida isotónica. Ni bien obtenga su agua, ya sea en forma de botella o bolsa, tómese una pausa mental, respire e inmediatamente trate de coordinar el siguiente ejercicio:
Pierna derecha hacia adelante, pierna izquierda hacia adelante, suba el contenedor (botella o bolsa) de agua con la mano de su preferencia, pierna derecha hacia adelante, abra la boca, pierna izquierda hacia adelante, buche, pierna derecha hacia adelante, buche, pierna izquierda hacia adelante, mójese la cabeza, pierna derecha hacia adelante, elimine el exceso de agua sacudiendo la cabeza como si fuera una modelo en un reclame de Pantene, beba agua, trague, moje sus extremidades, vuelva a tragar y dese cuenta que desde hace un buen rato, y según este ejercicio, usted ya no está moviendo sus piernas.
Por favor fíjese si es por mera motricidad, o ha decidido tomarse una pausa para hidratarse, o bien se encuentra desmayado.
Capítulo 7. A la llegada. Fin de la agonía, principio del sentirse bien
Sin importar la distancia de la carrera, la llegada es el punto cúlmine y de finalización de su esfuerzo y como tal usted tiene que llegar de la mejor manera.
La mayoría del público es exitista, no le interesa apostarse al comenzar la carrera, ni mucho menos presenciar las vicisitudes, peripecias y penurias que usted pasó a lo largo de la misma. Le interesa verlo llegar. Además van a estar presentes muchas cámaras, tanto para grabar como para tomar fotos.
No propongo que llegue de smoking y con un short a tono, pero si se siente cansado y está corriendo de cabeza gacha, levante ese ánimo, focalícese en la meta, sonría y salude como si fuera una vedette.
En la mayoría de las fotos se lo verá llegando como un campeón, como un duque, feliz de haber logrado su cometido y nadie sabrá que, cuatro kilómetros atrás, usted era una babosa cansada, moribunda y con tendencias suicidas que no quería nada, tanto con su vida como con esta carrera.
¡Finalmente llegó! ¡Felicitaciones! Abrácese consigo mismo y con el atleta que se encuentre a su lado o sea de su preferencia.