
La historia se repite otra vez
En la previa del Mundial comparamos la situación de nuestro fútbol hoy y en 1950.

Advertencia: Quien escribe estas líneas sufre en este momento los efectos alucinógenos resultantes tras ver la película Maracaná y leer el libro de Atilio Garrido. PDA le pide perdón si a usted todo esto le parece una boludez, de lo contrario no le pedimos perdón, pero le recomendamos consultar a su psiquiatra.
Desde el regreso a los primeros planos de la selección uruguaya, me refiero a la obtención del cuarto puesto en Sudáfrica y el título de la última Copa América, no hago otra cosa que ser optimista acerca del Mundial a disputarse en Brasil. La condición de aguafiestas es parte de nuestra más profunda identidad y no podemos esperar menos de los dirigidos por Tabárez.
Con los sucesos de los últimos días, la renuncia del Ejecutivo y la crisis política en el fútbol, sigo siendo optimista. Seguramente se pregunte si estoy en mi sano juicio, pero es que siento que estamos en una especie de regresión histórica, y muchas situaciones se repiten en comparaciòn a las que se dieron en la antesala del “Maracanazo”.
Vale recordar que no fue un trámite fácil para Uruguay llegar a Brasil a disputar la Copa del Mundo; hubo todo tipo de ingredientes. En el libro "Maracaná, la historia secreta" se enuncian de forma muy veraz, y podemos observar elementos que se repiten hoy en día.
Lucha de poder entre los grandes en la AUF En la década del '40 Peñarol reclamaba su poder en la AUF. El presidente mirasol Eduardo Alliaume planteó una política parecida a la que utilizaría Ache casi 60 años después, "recuperar el poder en la AUF".
Las luchas versaron acerca de quién debía ser el futuro técnico de la selección y, según cuenta la historia, dirigentes mirasoles llegaron al límite de no querer ceder jugadores y boicotear técnicos, entre otras cosas.
Intervención del gobierno La FIFA está cada vez más estricta y busca un poder autónomo, negando cualquier posible intervención de los gobiernos de los miembros asociados. En la primera mitad del siglo XX la situación era muy diferente: los gobiernos tenían una injerencia mayor en el fútbol.
En el caso de Uruguay, Luis Batlle Berres tuvo que prometer un puesto público en el Casino a Obdulio Varela para que accediera viajar a Brasil.
Posible ausencia del Mundial A diferencia de lo que sucede hoy con las supuestas amenazas de la FIFA contra Uruguay con la no participación en Brasil 2014, en 1949 era la AUF la que amenazaba al órgano rector del fútbol. La FIFA terminó dándole la razón a Uruguay y acató sus decisiones.
Huelga de jugadores Hoy la Mutual se niega a jugar si no hay policías en los Estadios para resguardar a los jugadores, cuando hace un poco más de 60 años los jugadores pararon por cerca de un año y medio esperando que se les concedieran ciertos derechos tan básicos como la seguridad.
Piñatas en los clásicos, jugadores sancionados Todos lo vimos en el último clásico de verano con jugadores "procesados" que no pudieron disputar gran parte del campeonato. Similar situación vivió Walter Gómez, que debido a una trifulca con un juez en un clásico se quedó sin disputar la Copa del Mundo.
Parafraseando a Einstein, "loco es aquel que hace siempre lo mismo y espera resultados diferentes", no podemos esperar otra cosa que traer la Copa de Brasil. Aunque al final parezca que nos quedamos 60 años estancados en el tiempo.
Será por eso que recordé a Marx, quien empieza su libro “XVIII Brumario de Napoleón Bonaparte” con esta frase: "Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa*", y el miedo comienza a correr en mí.
Al final, ¿no será el próximo Mundial en Brasil nada más que una farsa que ponga en burla a nuestro pobre fútbol uruguayo?
Desde el regreso a los primeros planos de la selección uruguaya, me refiero a la obtención del cuarto puesto en Sudáfrica y el título de la última Copa América, no hago otra cosa que ser optimista acerca del Mundial a disputarse en Brasil. La condición de aguafiestas es parte de nuestra más profunda identidad y no podemos esperar menos de los dirigidos por Tabárez.
Con los sucesos de los últimos días, la renuncia del Ejecutivo y la crisis política en el fútbol, sigo siendo optimista. Seguramente se pregunte si estoy en mi sano juicio, pero es que siento que estamos en una especie de regresión histórica, y muchas situaciones se repiten en comparaciòn a las que se dieron en la antesala del “Maracanazo”.
Vale recordar que no fue un trámite fácil para Uruguay llegar a Brasil a disputar la Copa del Mundo; hubo todo tipo de ingredientes. En el libro "Maracaná, la historia secreta" se enuncian de forma muy veraz, y podemos observar elementos que se repiten hoy en día.
Lucha de poder entre los grandes en la AUF En la década del '40 Peñarol reclamaba su poder en la AUF. El presidente mirasol Eduardo Alliaume planteó una política parecida a la que utilizaría Ache casi 60 años después, "recuperar el poder en la AUF".
Las luchas versaron acerca de quién debía ser el futuro técnico de la selección y, según cuenta la historia, dirigentes mirasoles llegaron al límite de no querer ceder jugadores y boicotear técnicos, entre otras cosas.
Intervención del gobierno La FIFA está cada vez más estricta y busca un poder autónomo, negando cualquier posible intervención de los gobiernos de los miembros asociados. En la primera mitad del siglo XX la situación era muy diferente: los gobiernos tenían una injerencia mayor en el fútbol.
En el caso de Uruguay, Luis Batlle Berres tuvo que prometer un puesto público en el Casino a Obdulio Varela para que accediera viajar a Brasil.
Posible ausencia del Mundial A diferencia de lo que sucede hoy con las supuestas amenazas de la FIFA contra Uruguay con la no participación en Brasil 2014, en 1949 era la AUF la que amenazaba al órgano rector del fútbol. La FIFA terminó dándole la razón a Uruguay y acató sus decisiones.
Huelga de jugadores Hoy la Mutual se niega a jugar si no hay policías en los Estadios para resguardar a los jugadores, cuando hace un poco más de 60 años los jugadores pararon por cerca de un año y medio esperando que se les concedieran ciertos derechos tan básicos como la seguridad.
Piñatas en los clásicos, jugadores sancionados Todos lo vimos en el último clásico de verano con jugadores "procesados" que no pudieron disputar gran parte del campeonato. Similar situación vivió Walter Gómez, que debido a una trifulca con un juez en un clásico se quedó sin disputar la Copa del Mundo.
Parafraseando a Einstein, "loco es aquel que hace siempre lo mismo y espera resultados diferentes", no podemos esperar otra cosa que traer la Copa de Brasil. Aunque al final parezca que nos quedamos 60 años estancados en el tiempo.
Será por eso que recordé a Marx, quien empieza su libro “XVIII Brumario de Napoleón Bonaparte” con esta frase: "Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa*", y el miedo comienza a correr en mí.
Al final, ¿no será el próximo Mundial en Brasil nada más que una farsa que ponga en burla a nuestro pobre fútbol uruguayo?