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A falta de un solo día para el comienzo del Mundial, recordamos un capítulo de gloria: los goles de Maradona a Inglaterra.

"No fue la mano de Dios, ¡fue la mano de Diego! Y me sentí como si estuviera robando a los ingleses". Diego Armando Maradona
Corría el 16 de junio de 1986, Eduardo Acevedo cometía un tonto error y le servía la pelota a Pasculli. En un partido cerrado, la Selección Argentina lograba el pase a cuartos de final de la Copa del Mundo. Dos días después conoció a su rival, Inglaterra. Una rivalidad que no había nacido adentro de una cancha de fútbol.
Los años 80 fueron duros para la economía argentina, la Junta Militar que gobernaba al pais tomó la desición de recuperar las Malvinas para desviar la atención de los argentinos. El 3 de abril de 1982, la bandera argentina ondeó sobre las islas Malvinas, Georgia del Sur y Sandwich del Sur. Rápidamente la diplomacia británica logró el apoyo de toda la comunidad internacional frente al nulo apoyo que recibió Argentina. La ONU exigió el retiro inmediato de las fuerzas argentinas. Ya no había lugar para más diplomacia, el 21 de mayo de 1982 comenzaba la respuesta militar de Reino Unido que le devolvería la soberanía de las islas.
Puertas afuera de la concentración argentina en México, los jugadores declaraban sus intenciones de no mezclar política con deporte. La noche previa al partido Pedro Pasculli compartió cuarto con Diego. En una charla extensa, Maradona le dijo “¿Sabés una cosa Pedrito? No puedo sacarme de la cabeza a los pibes de Malvinas, quisiera ganar por ellos”. No importaba lo que declaraban a la prensa, los jugadores querían devolverle al pueblo una alegría.
Los primeros 45 minutos, quedaron en el olvido. Argentina dominaba el encuentro, pero no lograba establecer diferencias en el marcador. Cinco minutos después de haber comenzado el segundo tiempo, Valdano le intentó devolver una pared a Maradona. Un defensa inglés interceptó el balón, peor le cayó al 10 que había continuado su carrera. Shilton intentó despejar cuando el delantero argentino lanzó un puñetazo limpio y le ganó el salto. Los jugadores ingleses protestaron, Argentina abría el marcador.
Valdano defendió a su compañero de equipo alegando posterirmente que a los argentinos los "han educado para celebrar la picardía y la astucia". Mientras, que Shilton declaró que Diego "lo enferma" y que "perdió la oportunidad de recalcar qué gran jugador era, porque todo el mundo lo recuerda por aquel incidente".
Inglaterra intentó reaccionar, hasta que cinco minutos después volvió a aparecer Maradona. Eludiendo a Hoodle, a Reid, a Sansom, a Butcher, a Fenwick y por último a Shilton, recorrió 62 metros en 10 segundos y anotó el segundo gol para Argentina, "el gol del siglo".
Al contrario del primer gol, del lado inglés no tuvieron otra que elogiarlo. Lineker declaró que ese gol fue el mejor de la historia dadas las circunstancias. La importancia del partido y lo impracticable que estaba la cancha, le daban mayor trascendencia a la apilada del delantero argentino. Burruchaga cuenta que en el festejo del gol, lo abrazó a Maradona y le dijo "lo que acabas de hacer es imposible". El autor del gol le dio la razon y resumió ese gol como "el gol que uno sueña de pibito, te parece que no se puede hacer un gol así que lo podrás soñar pero, nunca concretar". El mítico D10S ponía en duda la palabra imposible y volvía realidad otro de sus sueños.
Como cada cual es feliz con lo que puede, el árbitro del partido dijo años después: "Me considero partícipe de ese gol. Sin mi criterio nunca habría sido posible. Pude marcar falta dos o tres veces durante la jugada, pero apliqué la ley de la ventaja. Estoy muy orgulloso de que ese gol haya pasado a la historia como el mejor de un Mundial gracias a mi decisión". Maradona en una carcajada le agradeció.
A pesar de todo, los ingleses no se rindieron. Pusieron toda la carne en el asador y lograron descontar. En la memoria de algunos pocos quedarán esos minutos finales, Olarticochea, el portero argentino, se iba a lucir y mandaba una pelota al córner. Nada podía impedirlo, Argentina pasaba a semifinales y homenajeaba a los humildes luchadores de Malvinas. "Y esto era una revancha, era recuperar algo de las Malvinas. Estábamos defendiendo nuestra bandera, a los pibes muertos, a los sobrevivientes", evaluó años después Maradona.
Corría el 16 de junio de 1986, Eduardo Acevedo cometía un tonto error y le servía la pelota a Pasculli. En un partido cerrado, la Selección Argentina lograba el pase a cuartos de final de la Copa del Mundo. Dos días después conoció a su rival, Inglaterra. Una rivalidad que no había nacido adentro de una cancha de fútbol.
Los años 80 fueron duros para la economía argentina, la Junta Militar que gobernaba al pais tomó la desición de recuperar las Malvinas para desviar la atención de los argentinos. El 3 de abril de 1982, la bandera argentina ondeó sobre las islas Malvinas, Georgia del Sur y Sandwich del Sur. Rápidamente la diplomacia británica logró el apoyo de toda la comunidad internacional frente al nulo apoyo que recibió Argentina. La ONU exigió el retiro inmediato de las fuerzas argentinas. Ya no había lugar para más diplomacia, el 21 de mayo de 1982 comenzaba la respuesta militar de Reino Unido que le devolvería la soberanía de las islas.
Puertas afuera de la concentración argentina en México, los jugadores declaraban sus intenciones de no mezclar política con deporte. La noche previa al partido Pedro Pasculli compartió cuarto con Diego. En una charla extensa, Maradona le dijo “¿Sabés una cosa Pedrito? No puedo sacarme de la cabeza a los pibes de Malvinas, quisiera ganar por ellos”. No importaba lo que declaraban a la prensa, los jugadores querían devolverle al pueblo una alegría.
Los primeros 45 minutos, quedaron en el olvido. Argentina dominaba el encuentro, pero no lograba establecer diferencias en el marcador. Cinco minutos después de haber comenzado el segundo tiempo, Valdano le intentó devolver una pared a Maradona. Un defensa inglés interceptó el balón, peor le cayó al 10 que había continuado su carrera. Shilton intentó despejar cuando el delantero argentino lanzó un puñetazo limpio y le ganó el salto. Los jugadores ingleses protestaron, Argentina abría el marcador.
Valdano defendió a su compañero de equipo alegando posterirmente que a los argentinos los "han educado para celebrar la picardía y la astucia". Mientras, que Shilton declaró que Diego "lo enferma" y que "perdió la oportunidad de recalcar qué gran jugador era, porque todo el mundo lo recuerda por aquel incidente".
Inglaterra intentó reaccionar, hasta que cinco minutos después volvió a aparecer Maradona. Eludiendo a Hoodle, a Reid, a Sansom, a Butcher, a Fenwick y por último a Shilton, recorrió 62 metros en 10 segundos y anotó el segundo gol para Argentina, "el gol del siglo".
Al contrario del primer gol, del lado inglés no tuvieron otra que elogiarlo. Lineker declaró que ese gol fue el mejor de la historia dadas las circunstancias. La importancia del partido y lo impracticable que estaba la cancha, le daban mayor trascendencia a la apilada del delantero argentino. Burruchaga cuenta que en el festejo del gol, lo abrazó a Maradona y le dijo "lo que acabas de hacer es imposible". El autor del gol le dio la razon y resumió ese gol como "el gol que uno sueña de pibito, te parece que no se puede hacer un gol así que lo podrás soñar pero, nunca concretar". El mítico D10S ponía en duda la palabra imposible y volvía realidad otro de sus sueños.
Como cada cual es feliz con lo que puede, el árbitro del partido dijo años después: "Me considero partícipe de ese gol. Sin mi criterio nunca habría sido posible. Pude marcar falta dos o tres veces durante la jugada, pero apliqué la ley de la ventaja. Estoy muy orgulloso de que ese gol haya pasado a la historia como el mejor de un Mundial gracias a mi decisión". Maradona en una carcajada le agradeció.
A pesar de todo, los ingleses no se rindieron. Pusieron toda la carne en el asador y lograron descontar. En la memoria de algunos pocos quedarán esos minutos finales, Olarticochea, el portero argentino, se iba a lucir y mandaba una pelota al córner. Nada podía impedirlo, Argentina pasaba a semifinales y homenajeaba a los humildes luchadores de Malvinas. "Y esto era una revancha, era recuperar algo de las Malvinas. Estábamos defendiendo nuestra bandera, a los pibes muertos, a los sobrevivientes", evaluó años después Maradona.