Si cuando Alemania venció a Francia se repitió la frase de Gary Lineker hasta el cansancio ("el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y siempre gana Alemania"), luego de la primera etapa del Tour de France, todos recuerdan la máxima de Unzué: "Para ganar el Tour hay que esperar a la tercera semana, pero se puede perder en la primera".

Con esa mentalidad salieron los favoritos en la segunda etapa, que unía York con Sheffield y tenía 9 puertos de montaña, no muy exigentes, pero que hicieron estallar el pelotón.

No era una etapa para sprinters y Kittel -el ganador de la 1ª etapa- lo sintió, ya que llegó con casi 20 minutos de retraso. Los últimos kilómetros fueron una muestra de lo que será este Tour: los favoritos atentos siempre, aún en etapas que no los debería tener como protagonistas.

Se movieron todos. Primero atacó Sagan, luego Contador, Froome también probó suerte, pero ninguno pude sacar diferencias, hasta que llegó Nibali.

El Tour partió de Inglaterra y, será porque allí se maneja por la derecha, Contador controlaba a Froome por arriba de su hombro derecho. Nibali prendió motores por el otro lado y cuando quisieron reaccionar fue tarde.

El italiano abrió unos metros de distancia que fueron indescontables. En meta fueron solo dos segundos, pero sicológicamente fue una advertencia: Nibali vino a dar pelea.

Nibali (Astana) lidera la general con dos segundos de ventaja sobre 20 corredores. Sagan (Cannondale) segundo y Van Avermaet (BMC) tercero, completan el podio.

Mirá el video de la llegada: