Christoph Kramer fue uno de los protagonistas de la última final del mundo. Primero porque apareció en el equipo titular de Alemania cuando nadie lo esperaba, y después porque tuvo que salir a raíz de un golpe fuerte en la cabeza que le generó conmoción cerebral.

"Los médicos están seguros de que los recuerdos de la final del Mundial no regresarán", dijo el jugador de Borussia Moenchengladbach a la revista Focus, sobre las secuelas que le dejó ese golpe con el zaguero argentino Ezequiel Garay cerca de los 20 minutos de juego.

El juez del partido, Nicola Rizzoli (Italia), declaró que el alemán le preguntó después del golpe si esa era la final del mundo, y que allí tomó la decisión de pedirle al cuerpo médico, del posterior campeón, que lo saque de la cancha.

El momento del golpe: