Cerca del final del partido entre Marathón y Real Sociedad por la liga hondureña, el golero del primero, Júnior Morales, quiso saludar a un rival tras una jugada y decidió tocarle las nalgas. El delantero Henry Martínez no se ofendió por el gesto, que se ve a menudo en el fútbol y varios deportes más, y todo continuó como si nada, pero por pocos segundos.

Denis Mazariegos, uno de los líneas del encuentro malinterpretó la situación y denunció al árbitro lo que vio. De inmediato el juez, Manuel Zelaya, decidió expulsar a Morales y cobrar penal, que no llegó a tirarse.

"Suspendo el partido definitivamente al 90+3 ya que el jugador Junior Morales después de ser expulsado no quiso abandonar el terreno de juego y sus compañeros le decían que no se saliera de la cancha y no quisieron aceptar el tiro penal y la tarjeta roja, di un tiempo prudencial para reanudar el juego, pero no se dio en vista que el club Marathón se puso en rebeldía" escribió el árbitro en el acta al dar por finalizado el partido tras diez minutos de confusión. Insólito.

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