
Martín Lidera
De la mano de la magia de Martín Ligüera, que se mandó un golazo de tiro libre, Fénix derrotó 2 - 1 a Wanderers.

No, para jugar al fútbol no piden cédula. Y la técnica parece no tener fecha de vencimiento. Martín Ligüera fue la figura del partido para que Fénix, que venía de tres partidos sin ganar, vuelva a sonreír y se entrevere de nuevo en la mitad superior de la tabla.
No iba un minuto cuando al 10 lo bajaron al borde del área bohemia. Ejecución sutil y pelota al travesaño. Tan solo fue un aviso de lo que iba a pasar un ratito después: tiro libre desde la derecha, centro de Ligüera y cabezazo de Cavallini. Combinación perfecta entre creador y goleador para poner el 1 – 0 albivioleta. Tempranito los de Bueno se ponían en ventaja.
¿Y Wanderers? Atado, absolutamente anulado. Presión alta de Fénix para no permitir que la bola saliera limpia del fondo. Retroceso de los volantes por afuera y trajinar constante del doble cinco, con Ferro como abanderado. Riolfo fue contenido, y con esa receta la pelota nunca le llegó a Gularte; Wanderers movía horizontalmente la pelota pero sin generar peligro alguno y Fénix, agazapado, buscaba pegar de contra.
Un cabezazo de Gularte, sin mayor peligro, fue el único tiro al arco de la visita en el primer tiempo. Fénix controlaba el partido, y aunque no generaba tanto peligro en el área rival, se las ingeniaba para no sufrir atrás. El que sufría en cada pelota aérea era el fondo bohemio; Blanco lo tuvo tras centro de Ligüera, pero rozó el palo después de entrar solo en el área chica.
Para el complemento Fénix no cambió la receta, pero Wanderers intentó hacerlo. Variante cantada: ingreso de Albarracín, afuera Colombino, para colocar un 4 – 2 – 3 – 1. De todas formas, el trámite no cambió en absoluto. Y Ligüera, con magistral tiro libre al ángulo, se encargó de aumentar la ventaja. 2 – 0 de la mano del cerebro capurrense, y la cosa parecía estar cerrada.
Parecía porque, con el ingreso de Galli, Wanderers se arrimó. Sin pesar en el área, pero con remates lejanos, el pibe se puso el equipo al hombro y tuvo su chance, cuando de 35 metros probó a Tabárez, que respondió notable. Los remates lejanos o la pelota quieta podían ser la solución para un partido donde Wanderers no le encontraba la vuelta, pero cada centro que caía al área de Fénix era mal tirado. Así, imposible.
Pero el fútbol tiene esas cosas; sin merecerlo, y por un error del rival, Wanderers le puso incertidumbre al final. Cavallini desaprovechó un mano a mano primero, y después, casi de casualidad, llegó el descuento. Galli puso un centro desde la izquierda, la pelota se cerró, la zaga y el arquero dudaron y sin que nadie la tocara la pelota entro mansa en el arco. 2 – 1 caído del cielo.
Sin necesidad, Fénix terminó sufriendo. Porque Cavallini marró dos goles que podían liquidar el partido y porque Galli, con sus derechazos lejanos, encendió la alarma. Pero al final la historia no cambió. Fénix volvió a sumar de a tres de manera merecida ante un Wanderers que, como en otros torneos, navega en la irregularidad. Ligüera fue figura, Cavallini volvió a mojar y Ferro y álvez fueron puntos altos en un andamiaje defensivo que funcionó de gran forma.
Ficha del partido:
FÉNIX: Michel Tabárez; Juan Álvez, Fabricio Silva, Ignacio Pallas, Leonardo Zazpe (69’ Ángelo Gabrieli); Andrés Schettino, Raúl Ferro (69’ Agustín Olivera); Cecilio Waterman, Martín Ligüera (80’ Aníbal Hernández), Diego Blanco; y Lucas Cavallini. DT: Gustavo Bueno.
WANDERERS: Federico Cristóforo; Alex Silva, Emiliano Díaz, Gastón Bueno, Maximiliano Olivera; Adrián Colombino (45’ Nicolás Albarracín), Nicolás Freitas, Leandro Paiva (62’ Yuri Galli); Diego Riolfo (74’ Kevin Ramírez); Gastón Rodríguez y Sebastián Gularte. DT: Alfredo Arias.
Goles: 6’ Lucas Cavallini (Fénix), 60’ Martín Ligüera (Fénix), 79’ Yuri Galli (Wanderers)
Amarillas: Zazpe, Waterman, Blanco y Ligüera (Fénix); Rodríguez, Riolfo y Díaz (Wanderers)
Jueces: Martín Vázquez, Carlos Pastorino y César Sebastiani
Cancha: Parque Capurro
No iba un minuto cuando al 10 lo bajaron al borde del área bohemia. Ejecución sutil y pelota al travesaño. Tan solo fue un aviso de lo que iba a pasar un ratito después: tiro libre desde la derecha, centro de Ligüera y cabezazo de Cavallini. Combinación perfecta entre creador y goleador para poner el 1 – 0 albivioleta. Tempranito los de Bueno se ponían en ventaja.
¿Y Wanderers? Atado, absolutamente anulado. Presión alta de Fénix para no permitir que la bola saliera limpia del fondo. Retroceso de los volantes por afuera y trajinar constante del doble cinco, con Ferro como abanderado. Riolfo fue contenido, y con esa receta la pelota nunca le llegó a Gularte; Wanderers movía horizontalmente la pelota pero sin generar peligro alguno y Fénix, agazapado, buscaba pegar de contra.
Un cabezazo de Gularte, sin mayor peligro, fue el único tiro al arco de la visita en el primer tiempo. Fénix controlaba el partido, y aunque no generaba tanto peligro en el área rival, se las ingeniaba para no sufrir atrás. El que sufría en cada pelota aérea era el fondo bohemio; Blanco lo tuvo tras centro de Ligüera, pero rozó el palo después de entrar solo en el área chica.
Para el complemento Fénix no cambió la receta, pero Wanderers intentó hacerlo. Variante cantada: ingreso de Albarracín, afuera Colombino, para colocar un 4 – 2 – 3 – 1. De todas formas, el trámite no cambió en absoluto. Y Ligüera, con magistral tiro libre al ángulo, se encargó de aumentar la ventaja. 2 – 0 de la mano del cerebro capurrense, y la cosa parecía estar cerrada.
Parecía porque, con el ingreso de Galli, Wanderers se arrimó. Sin pesar en el área, pero con remates lejanos, el pibe se puso el equipo al hombro y tuvo su chance, cuando de 35 metros probó a Tabárez, que respondió notable. Los remates lejanos o la pelota quieta podían ser la solución para un partido donde Wanderers no le encontraba la vuelta, pero cada centro que caía al área de Fénix era mal tirado. Así, imposible.
Pero el fútbol tiene esas cosas; sin merecerlo, y por un error del rival, Wanderers le puso incertidumbre al final. Cavallini desaprovechó un mano a mano primero, y después, casi de casualidad, llegó el descuento. Galli puso un centro desde la izquierda, la pelota se cerró, la zaga y el arquero dudaron y sin que nadie la tocara la pelota entro mansa en el arco. 2 – 1 caído del cielo.
Sin necesidad, Fénix terminó sufriendo. Porque Cavallini marró dos goles que podían liquidar el partido y porque Galli, con sus derechazos lejanos, encendió la alarma. Pero al final la historia no cambió. Fénix volvió a sumar de a tres de manera merecida ante un Wanderers que, como en otros torneos, navega en la irregularidad. Ligüera fue figura, Cavallini volvió a mojar y Ferro y álvez fueron puntos altos en un andamiaje defensivo que funcionó de gran forma.
Ficha del partido:
FÉNIX: Michel Tabárez; Juan Álvez, Fabricio Silva, Ignacio Pallas, Leonardo Zazpe (69’ Ángelo Gabrieli); Andrés Schettino, Raúl Ferro (69’ Agustín Olivera); Cecilio Waterman, Martín Ligüera (80’ Aníbal Hernández), Diego Blanco; y Lucas Cavallini. DT: Gustavo Bueno.
WANDERERS: Federico Cristóforo; Alex Silva, Emiliano Díaz, Gastón Bueno, Maximiliano Olivera; Adrián Colombino (45’ Nicolás Albarracín), Nicolás Freitas, Leandro Paiva (62’ Yuri Galli); Diego Riolfo (74’ Kevin Ramírez); Gastón Rodríguez y Sebastián Gularte. DT: Alfredo Arias.
Goles: 6’ Lucas Cavallini (Fénix), 60’ Martín Ligüera (Fénix), 79’ Yuri Galli (Wanderers)
Amarillas: Zazpe, Waterman, Blanco y Ligüera (Fénix); Rodríguez, Riolfo y Díaz (Wanderers)
Jueces: Martín Vázquez, Carlos Pastorino y César Sebastiani
Cancha: Parque Capurro