"La historia familiar me motiva"

Hablamos con Mariana Foglia, quien junto a su pareja, Pablo Defazio, buscan un lugar en los JJOO de Río 2016.

foglia.jpg
Desde hace algunos años, el apellido Foglia es en nuestro país sinónimo de un solo deporte: vela. Las participaciones de Alejandro Foglia en las tres últimas ediciones de los Juegos Olímpicos, y de Andrea Foglia en Londres 2012, son el claro ejemplo de que la pasión de los hermanos por este deporte alimenta su determinación y esfuerzo para alcanzar las metas que se proponen. 

En esta oportunidad hay otra Foglia embarcada en la carrera olímpica. Mariana quiere representar a nuestro país al lado de Pablo Defazio, quien es ni más ni menos que su pareja. Juntos, combinan la vida de entrenamiento y competencias en clase Nacra 17, con la crianza de su pequeña hija Paula. En la metáfora futbolera diríamos que son un equipo tanto dentro como fuera de la cancha, y así lo viven ellos. 

Este año, precisan el mayor apoyo posible para recaudar fondos, financiar su campaña olímpica y alcanzar el sueño de competir en el evento más importante del mundo. Para ello, se han volcado al crowdfunding o financiación colectiva. A través del siguiente enlace, podés conocer su meta económica y colaborar para que la dupla Defazio - Foglia ice la vela celeste lo más alto posible. 

PDA se comunicó con Mariana Foglia para conocer sus expectativas respecto al camino a Río 2016, pero también para acercarnos a las vivencias de estos padres que deben combinar su rutina deportiva con los quehaceres cotidianos y la educación de su hija. Según Mariana, su calendario está marcado por las fechas importantes en lo deportivo como entrenamientos y competencias internacionales, pero también por las fechas importantes para Paula, como comienzo y fin de cursos. "Buscamos un calendario que contemple ambos aspectos para tener algo de equilibrio", aseguró la deportista.

El calendario deportivo se articula con cuatro o cinco entrenamientos semanales, planificados por el preparador físico Óscar Gadea en tierra y por Esteban Blando (Arg) y Andrew Macpherson (Aus) en el agua. Mariana explicó en qué consiste el entrenamiento en el agua: "Hacemos manejo del barco con maniobras, navegadas largas en un mismo bordo y práctica de largadas como si fuera una regata".

Debido a que es caro y dificultoso viajar únicamente para entrenar, estas sesiones las realizan por su cuenta, siguiendo el plan y las recomendaciones de los entrenadores náuticos. Sin embargo, cada vez que hay una competencia fuera de fronteras, aprovechan y llegan 10 días antes para poder entrenar al lado de aquellos contra quienes competirán. 

Terapia de pareja 

La vela es un deporte de decisiones rápidas, de ejecución precisa y que requiere maximizar el rendimiento colectivo cuando se trabaja en equipo. Cualquier acción que demore más de lo necesario en ser relizada, repercute en el resultado final de la regata, y por eso el entendimiento con el otro es fundamental. "Cuando pensamos en el camino olímpico, no pensábamos en el tema pareja - matrimonio y cómo nos íbamos a llevar", confesó Foglia. Sin embargo, los problemas aparecieron, naturalmente, y no siempre la relación en tierra contribuyó para una mejor solución. 

Según ella, sus ópticas eran y son muy distintas, pero reconoce que deben encontrar el punto de armonía. Sin embargo, al vivir bajo el mismo techo pasaban mucho rato "dándole vueltas" a los mismos problemas. "Si no fuéramos pareja eso se cortaría antes", analizó Mariana, "Hasta que pasó lo que en algún momento sabíamos que sucedería".

En el último tramo del 2014, viajaron a Río para competir en el Sudamericano y en la Copa de Brasil, pero la experiencia fue negativa: "Fue un estrés casi permanente en el barco y era una retroalimentación negativa, el aire se cortaba con un cuchillo, la verdad es que padecimos esos campeonatos. Teníamos la sensación de haber tocado fondo. Empezamos a pensar realmente en nuestras reacciones en el barco y en cómo encarábamos las cosas. Nos dimos cuenta y asumimos que nuestra relación como equipo en el barco estaba desgastada y este era un punto de inflexión. Bajamos la pelota al piso y empezamos por ser más objetivos con lo que nos sucedía. Dejamos lo subjetivo a un lado, como por ejemplo “el por tu culpa” o el "viste, te dije” que lo único que hacían era echar más leña al fuego".

Desde entonces la relación cambio, ahora sienten que saben poner límite y dejar los problemas cotidianos fuera del momento de la competencia. "Muchos piensan que esto o bien nos fortalece, o nos desarma… y la verdad que es un poco así. Lo que vivimos en Río, nos abrió la cabeza y tomamos las acciones pertinentes para mejorar nuestra relación a bordo", explicó. En ese proceso, los entrenadores náuticos con los que hoy cuentan han tenido mucho que ver, así como también la cuota de humor a la hora de entrenar, para que no todo sea tomado como algo grave.

Clasificar a los Juegos sería su objetivo cumplido a consideración de Mariana, pero entienden que el riesgo de no clasificar también existe. Por eso planifican a su vez metas cortas, que a medida que se cumplen generan también satisfacción y confianza.

Es inevitable pensar de qué forma la historia familiar influye en la determinación y el deseo de Mariana por ser la tercera hermana en competir en unos Juegos Olímpicos. "La historia familiar pesa sí, mejor dicho motiva", aseguró. "Siempre me generó una gran admiración que mis hermanos fueran a los Juegos. Verlos en el desfile, siendo parte de ese movimiento olímpico era emocionante. El mensaje que me llegó fue muy positivo y me transmitieron esa cosa de que "querer es poder" y esa energía y dedicación para hacer las cosas"

Para alcanzar ese sueño y poder representar a nuestra bandera en aguas cariocas, la ayuda de todos es indispensable. 

Mirá el video de la campaña