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A Fabricio, jugador de Inter de Porto Alegre, se le fue la moto. Le hizo un gesto obsceno a la tribuna y dijo que se quiere ir del club.

Pasó este miércoles, por la 14ª fecha del Gauchão, el campeonato estatal de Rio Grande do Sul. Internacional e Ypiranga Erechim igualaban 0 - 0 en el Beira Río. Corrían 15' del segundo tiempo y ambos equipos jugaban con diez, por un par de expulsiones que había habido en la primera parte.
Y ahí fue cuando se le soltó la cadena a Fabricio, el lateral izquierdo de Inter. Conocido por ser un jugador polémico, que ya había tenido problemas de diversos tipos, Fabricio dio una muestra de que siempre se puede un poco más.
Los hinchas de Inter no estaban muy a gusto con el juego y lanzaron algunos silbidos. Y Fabricio no respondió de la mejor manera: miró de frente a la tribuna y les levantó el dedo más grande de cada una de sus manos. Gesto muy poco feliz.
Inmediatamente los hinchas subieron su nivel de rabia y los compañeros de Fabricio intentaron calmarlo. Pero Fabricio seguía sacado. Le mostraron la tarjeta roja por el gesto, se sacó la camiseta y se fue a las puteadas, no sin antes hacer algún gestito más a los hinchas. Explosivo.
Luego del partido, que terminó ganando Inter 1 - 0 con gol de penal de D'Alessandro, Fabricio dijo que se quería ir del club. Los dirigentes, a los que no les gustó nada la situación, también opinaban en la misma línea: que se vaya.
De hecho, el jugador quedó suspendido por el club hasta el lunes, día en el que tomarán una decisión sobre su futuro. Los que le intentaron bajarle un poco el perfil fueron los jugadores y el técnico, Diego Aguirre.
"Él es bastante sensible a las críticas. Ha vivido algunas cosas complicadas a nivel personal y familiar", explicó el uruguayo. "Estoy seguro que está arrepentido y va a pedir disculpas", dijo Juan, el capitán.
Y ahí fue cuando se le soltó la cadena a Fabricio, el lateral izquierdo de Inter. Conocido por ser un jugador polémico, que ya había tenido problemas de diversos tipos, Fabricio dio una muestra de que siempre se puede un poco más.
Los hinchas de Inter no estaban muy a gusto con el juego y lanzaron algunos silbidos. Y Fabricio no respondió de la mejor manera: miró de frente a la tribuna y les levantó el dedo más grande de cada una de sus manos. Gesto muy poco feliz.
Inmediatamente los hinchas subieron su nivel de rabia y los compañeros de Fabricio intentaron calmarlo. Pero Fabricio seguía sacado. Le mostraron la tarjeta roja por el gesto, se sacó la camiseta y se fue a las puteadas, no sin antes hacer algún gestito más a los hinchas. Explosivo.
Luego del partido, que terminó ganando Inter 1 - 0 con gol de penal de D'Alessandro, Fabricio dijo que se quería ir del club. Los dirigentes, a los que no les gustó nada la situación, también opinaban en la misma línea: que se vaya.
De hecho, el jugador quedó suspendido por el club hasta el lunes, día en el que tomarán una decisión sobre su futuro. Los que le intentaron bajarle un poco el perfil fueron los jugadores y el técnico, Diego Aguirre.
"Él es bastante sensible a las críticas. Ha vivido algunas cosas complicadas a nivel personal y familiar", explicó el uruguayo. "Estoy seguro que está arrepentido y va a pedir disculpas", dijo Juan, el capitán.