Bryan Clay, estadounidense él, supo ser un atleta destacadísimo. Competía en decatlón y en su haber tiene dos medallas olímpicas: oro en Pekín 2008 y plata en Atenas 2004. Un fenómeno.

Hoy en día, a sus 35 años, ya está retirado y ocupa su tiempo en otras cosas. No sabemos en qué, pero seguro que en otras cosas. Y cuando su pequeña hija tiene un problema, él está a la orden para solucionarlo.

Por ejemplo, el otro día la niña tiene un diente flojo. Típico. Había que arrancárselo. Entonces Bryan, ni lerdo ni perezoso, agarró una de sus jabalinas (porque el lanzamiento de jabalina es una de las pruebas del decatlón) y la utlizó para arrancar dicho diente.

Sí, así nomás, sin anestesia. El tipo agarró una piola, ató el diente flojo de un lado, la jabalina del otro y realizó el lanzamiento que hacía cuando competía. Fue un éxito.

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