Mateo es un niño que tiene cáncer. Como habitualmente, fue a atenderse a la Fundación Pérez Scremini, pero esta vez le dijeron que la consulta sería con un médico español, vía Skype.

El médico español comenzó a hablar, dijo llamarse Federico González y su acento español era bastante fingido. Pero rápidamente se descubrió: primero dio una pista a Mateo, diciendo que tenía otro trabajo aparte de ser doctor, y luego descubrió su cara.

El médico español era Luis Suárez. Sí, el mismísimo. El delantero de Barcelona, ya con su acento normal, le dio tremendas palabras de aliento al niño y le prometió una remera de Barcelona.

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