
"Va a ser muy intenso"
PDA habló con Mauricio Larriera, DT de Defensor, sobre el partido que se le viene ante Danubio: "Es un clásico y además una final".

Defensor Sporting afronta una semana crucial en la última recta del campeonato. El sábado será local ante Danubio, en un duelo que tiene gusto a clásico. Si gana, iguala a los de Maroñas y le mete presión a los que andan arriba.
Su campeonato no fue el mejor. Arrancó bien de la mano de Larriera, que sacó segundo a Racing, pero de a poco se desentonó. Eso lo alejó de los puestos importantes y tuvo que pasar zozobras, incluso fue goleado 5 - 0 por Juventud.
Hoy tiene unas fichitas más y no quiere desaprovecharlas. Tiene una buena seguidilla de partidos sin perder y se la juega al todo o nada. PDA entrevistó a Mauricio Larriera acerca del momento violeta.
¿Cómo evaluás el momento que vive Defensor Sporting tras tu llegada?
Llegamos sabiendo que no éramos de la institución y que podíamos a llegar a tener ciertas resistencias, es lo más normal. No pasó a nivel de jugadores. Era un plantel ávido de trabajo y de salir adelante. Los últimos torneos locales fueron regulares para abajo, estaban con la memoria de la Copa.
El proceso fue muy complejo, y lo sigue siendo. Eso porque hay mucha heterogeneidad de los jugadores. Por ejemplo tenés un grupo importante de muchachos en la sub 20, otros venían en proceso de recuperación, otro de lesiones. Había que armar un plantel competitivo para arrancar, con un torneo de verano por delante, fue complejo.
En las primeras fechas se vio la identidad que le queríamos dar, hasta en el partido con Cerro. Después tuvimos un espejismo con Juventud, y no retomamos el nivel. Fuimos contundentes luego. Como balance creo que estamos haciendo un buen campeonato, tenemos buena cantidad de puntos en relación a la competencia que hay, porque todos los equipos juegan por algo.
Desde el punto de vista de rendimiento colectivo, y de idea de juego, arrancamos bien, luego tuvimos una caída. Recién ahora, por momentos, se ve esa identidad que queríamos dejar.
Siempre recalcamos la gran predisposición de todo el plantel para los trabajos y el esfuerzo. En eso estoy muy contento. Siempre tratando de disfrutar el día a día. Los entrenamientos son muy lindos y competitivos. Tenemos una relación muy frontal y transparente entre todos.
¿Vos querías readaptar el estilo que pregonaste en Racing? ¿O eso fue por ese equipo?
La idea no era transpolar una cosa a la otra. Racing tiene la ventaja de que ese estilo es parte de su identidad. No era exactamente llevar eso adelante con las mismas características. Pero sí en la esencia, es el fútbol que a mí me gusta. Por momentos lo logramos, y a los jugadores les gustó.
Lo han intentando con mucha nobleza, a veces salió. Por ahí lo que proponemos en el día a día no era a lo que estaban acostumbrados. Son coyunturas diferentes de los equipos. En Defensor todavía queda eso de ganar a como dé lugar. Siempre les pedimos a los muchachos superar al rival, por el camino que nosotros creemos que, si lo recorremos, estamos más cerca de ganar. Nos adaptamos en algún sentido, porque los equipos son muy distintos.
¿Con qué cosas te encontraste en Defensor Sporting?
Una gran infraestructura, por un lado. En el corto plazo no contamos con toda porque en el Complejo Arzuaga están remodelando. No la hemos podido disfrutar. Me encontré con un plantel de jugadores con gran recorrido, pero que no tienen un gran nivel de autoestima. Muchachos muy humildes.
Encontré que hay una comisión de fútbol, no hay gerente deportivo. La comisión ve tus trabajos y eso tiene puntos positivos. Si los resultados no se dan, te salva tu trabajo. Entonces ellos ven lo que hacemos. Y ven si hay una transferencia de lo que se entrena el fin de semana. Eso está bueno.
También hay cosas negativas, pero hay mucha armonía para trabajar, sobre todo con los colaboradores. Después tengo percepciones de cosas que han pasado, pero no son cosas concretas.
¿Con qué armas está tu equipo para encarar esta recta final en la que pelean cerca del título?
El haber salido de esa debacle, que fue el partido con Juventud, le doy un gran valor. Sobre todo por el carácter, el temperamento y el coraje para salir, más allá de lo futbolístico. El último partido con River fue especial. Creo que nunca se le había ganado al River de Almada.
Eso dio confianza. Fue un partido que se sustentó en la entrega y en la defensa. Y después con algunos destellos del fútbol que queremos. Eso nos hizo crecer. Estábamos expectantes con el torneo. Nos duelen los puntos perdidos con Cerro y con Sud América. Recuperamos el semblante, veo al equipo bien de ánimo y están competitivos los jugadores.
Para los nacidos en el club es un clásico con Danubio, y para los que no, se les ha transformado. El arma que tenemos es la confianza. No quiere decir que si el entrenador no esté conforme con la forma de juego, el torneo sea malo. Uno es muy exigente. Quiero ganar y jugar mejor que el rival, pero muchas veces eso no se da.
Estamos en una zona privilegiada porque estamos en la pelea. Si le ganamos a Danubio entramos a la conversación. Además estamos en puestos de copa, que es el objetivo. Tenemos muchas cosas a favor por el último partido, River es el equipo mejor manejado del torneo. Está muy parejo, se va a definir todo en las últimas fechas.
¿Cómo creés que va a ser ese partido clásico con Danubio?
Lo voy a preparar como si fuera Alfredo Arias en las finales. Creo conocer bastante el pensamiento de Leo Ramos. Es un equipo que viene muy fuerte, más allá del último partido. Le han pasado cosas que lo han fortalecido, como lo del compañero Tabárez (estamos todos los uruguayos apoyándolo). Han adquirido un ritmo por la Copa.
Va a ser muy intenso, de pierna fuerte, trabado. No veo para nada, quizá se dé, que pueda gustar o que sea estéticamente lindo de ver. Es un clásico y además es una final. Lo vivo así y lo preparamos de esa manera. Siempre con el equilibro emocional justo. Puede pasar que te expulsen a alguien, y eso es un gol en contra. Hay que cuidar eso.
Su campeonato no fue el mejor. Arrancó bien de la mano de Larriera, que sacó segundo a Racing, pero de a poco se desentonó. Eso lo alejó de los puestos importantes y tuvo que pasar zozobras, incluso fue goleado 5 - 0 por Juventud.
Hoy tiene unas fichitas más y no quiere desaprovecharlas. Tiene una buena seguidilla de partidos sin perder y se la juega al todo o nada. PDA entrevistó a Mauricio Larriera acerca del momento violeta.
¿Cómo evaluás el momento que vive Defensor Sporting tras tu llegada?
Llegamos sabiendo que no éramos de la institución y que podíamos a llegar a tener ciertas resistencias, es lo más normal. No pasó a nivel de jugadores. Era un plantel ávido de trabajo y de salir adelante. Los últimos torneos locales fueron regulares para abajo, estaban con la memoria de la Copa.
El proceso fue muy complejo, y lo sigue siendo. Eso porque hay mucha heterogeneidad de los jugadores. Por ejemplo tenés un grupo importante de muchachos en la sub 20, otros venían en proceso de recuperación, otro de lesiones. Había que armar un plantel competitivo para arrancar, con un torneo de verano por delante, fue complejo.
En las primeras fechas se vio la identidad que le queríamos dar, hasta en el partido con Cerro. Después tuvimos un espejismo con Juventud, y no retomamos el nivel. Fuimos contundentes luego. Como balance creo que estamos haciendo un buen campeonato, tenemos buena cantidad de puntos en relación a la competencia que hay, porque todos los equipos juegan por algo.
Desde el punto de vista de rendimiento colectivo, y de idea de juego, arrancamos bien, luego tuvimos una caída. Recién ahora, por momentos, se ve esa identidad que queríamos dejar.
Siempre recalcamos la gran predisposición de todo el plantel para los trabajos y el esfuerzo. En eso estoy muy contento. Siempre tratando de disfrutar el día a día. Los entrenamientos son muy lindos y competitivos. Tenemos una relación muy frontal y transparente entre todos.
¿Vos querías readaptar el estilo que pregonaste en Racing? ¿O eso fue por ese equipo?
La idea no era transpolar una cosa a la otra. Racing tiene la ventaja de que ese estilo es parte de su identidad. No era exactamente llevar eso adelante con las mismas características. Pero sí en la esencia, es el fútbol que a mí me gusta. Por momentos lo logramos, y a los jugadores les gustó.
Lo han intentando con mucha nobleza, a veces salió. Por ahí lo que proponemos en el día a día no era a lo que estaban acostumbrados. Son coyunturas diferentes de los equipos. En Defensor todavía queda eso de ganar a como dé lugar. Siempre les pedimos a los muchachos superar al rival, por el camino que nosotros creemos que, si lo recorremos, estamos más cerca de ganar. Nos adaptamos en algún sentido, porque los equipos son muy distintos.
¿Con qué cosas te encontraste en Defensor Sporting?
Una gran infraestructura, por un lado. En el corto plazo no contamos con toda porque en el Complejo Arzuaga están remodelando. No la hemos podido disfrutar. Me encontré con un plantel de jugadores con gran recorrido, pero que no tienen un gran nivel de autoestima. Muchachos muy humildes.
Encontré que hay una comisión de fútbol, no hay gerente deportivo. La comisión ve tus trabajos y eso tiene puntos positivos. Si los resultados no se dan, te salva tu trabajo. Entonces ellos ven lo que hacemos. Y ven si hay una transferencia de lo que se entrena el fin de semana. Eso está bueno.
También hay cosas negativas, pero hay mucha armonía para trabajar, sobre todo con los colaboradores. Después tengo percepciones de cosas que han pasado, pero no son cosas concretas.
¿Con qué armas está tu equipo para encarar esta recta final en la que pelean cerca del título?
El haber salido de esa debacle, que fue el partido con Juventud, le doy un gran valor. Sobre todo por el carácter, el temperamento y el coraje para salir, más allá de lo futbolístico. El último partido con River fue especial. Creo que nunca se le había ganado al River de Almada.
Eso dio confianza. Fue un partido que se sustentó en la entrega y en la defensa. Y después con algunos destellos del fútbol que queremos. Eso nos hizo crecer. Estábamos expectantes con el torneo. Nos duelen los puntos perdidos con Cerro y con Sud América. Recuperamos el semblante, veo al equipo bien de ánimo y están competitivos los jugadores.
Para los nacidos en el club es un clásico con Danubio, y para los que no, se les ha transformado. El arma que tenemos es la confianza. No quiere decir que si el entrenador no esté conforme con la forma de juego, el torneo sea malo. Uno es muy exigente. Quiero ganar y jugar mejor que el rival, pero muchas veces eso no se da.
Estamos en una zona privilegiada porque estamos en la pelea. Si le ganamos a Danubio entramos a la conversación. Además estamos en puestos de copa, que es el objetivo. Tenemos muchas cosas a favor por el último partido, River es el equipo mejor manejado del torneo. Está muy parejo, se va a definir todo en las últimas fechas.
¿Cómo creés que va a ser ese partido clásico con Danubio?
Lo voy a preparar como si fuera Alfredo Arias en las finales. Creo conocer bastante el pensamiento de Leo Ramos. Es un equipo que viene muy fuerte, más allá del último partido. Le han pasado cosas que lo han fortalecido, como lo del compañero Tabárez (estamos todos los uruguayos apoyándolo). Han adquirido un ritmo por la Copa.
Va a ser muy intenso, de pierna fuerte, trabado. No veo para nada, quizá se dé, que pueda gustar o que sea estéticamente lindo de ver. Es un clásico y además es una final. Lo vivo así y lo preparamos de esa manera. Siempre con el equilibro emocional justo. Puede pasar que te expulsen a alguien, y eso es un gol en contra. Hay que cuidar eso.