Minutos después de obtener la medalla de bronce, Emiliano Lasa charló con PDA y, aparte de expresar su evidente felicidad, confesó que se quedó con un gustito amargo y redobló apuestas para el futuro.

¿Cuáles son las primeras sensaciones después de la medalla?
Felicidad. Objetivo cumplido acá en los Panamericanos. Mejoré mi marca, aunque fue justo con viento más del legal. Pero la verdad que me quedé con un gustito amargo porque se me escapó la medalla de plata. En el último salto la podría haber hecho, además de hacer la marca para Río porque el viento estaba legal.

¿Y qué pasó en ese último salto?
Pasó que hice nulo por un poquito. Bien poquito: por un dedo me pasé. Pero bueno, ya va a salir en la próxima.

O sea que ahora más motivación para seguir...
Sí, hay que seguir soñando en grande. Ahora prepararse para el Mundial, que es lo que viene. Este es el camino para seguir hasta arriba.

Qué curioso que, como en el Sudamericano, ganaste medalla al mismo tiempo que Déborah...
Sí, eso fue una coincidencia. En el Sudamericano los dos fuimos oro a la misma vez, en el mismo minuto. Y ahora pasó exactamente lo mismo: en mi último salto, Déborah estaba llegando a la meta. Los dos fuimos bronce a la misma vez. Una coincidencia y mucha felicidad.

¿Esto te retribuye el gran esfuerzo que hacés, por ejemplo viviendo y entrenando en el exterior?
Sí, sin duda. Esto es lo que me retribuye, esto es lo que me da felicidad y lo que me motiva a seguir sacrificándome. Para mí vale la pena, amo lo que hago y este es el camino para seguir haciendo lo que me gusta. Hay que seguir así.