Luego de perder (muy dignamente) la semifinal contra Argentina, la selección masculina de handball afrontará este sábado a las 18:30 un partido clave: el tercer puesto contra Chile.

De ganarlo, se conseguirá la medalla de bronce, la cual será la primera en la historia del handball masculino en los Juegos Panamericanos. Para ellos, además, es un partido especial porque con los trasandinos vienen perdiendo varios partidos seguidos.

"Para nosotros sería una revancha enorme. Los últimos tres torneos perdimos el bronce siempre con Chile. Tenemos sed de revancha, queremos ganarle a Chile y queremos colgarnos una medalla", admitió Gastón Rudich en diálogo con PDA.

"Creo que seria increíble para todo el handball uruguayo poder estar ahí arriba. Es un equipo super joven y con un futuro fantástico, que sea el comienzo de algo muy grande", agregó uno de los experientes del plantel.

Rudich también valoró el gran partido que se le hizo a Argentina. "Nos veníamos debiendo un partido así contra una de las potencias. El año pasado en Brasil jugamos un partido igual, amistoso, que fue una muestra de que el equipo puede seguir creciendo", dijo.

"Hay jugadores jóvenes que vienen con mucha polenta, un recambio fantástico", sentenció el argentino nacionalizado uruguayo.

Rudich no es el único extranjero que, por la nacionalidad de sus padres, se hizo uruguayo para jugar al handball. Tal es el caso de Máximo Cancio, que nació en España pero defiende a la Celeste.

"Yo vengo al equipo una vez al año y cada vez que vengo me sorprendo más. El equipo no para de mejorar en aspectos técnicos, tácticos, individuales. Es un lujo. Encima con un cambio generacional. Solo se puede estar ogulloso de este equipo", manifestó Cancio a PDA.

Respecto al duelo ante Chile, Máximo señaló: "Tenemos muchas ganas pero tenemos que tomarlo como un partido más. Va a estar en juego una medalla y en algún momento la suerte y el destino nos darán lo que merecemos".