Mikamino
La historia de Mikael Aprahamian, un judoca uruguayo que recorre el mundo a puro esfuerzo para cumplir el sueño de ser olímpico.
La búsqueda de los cupos a los Juegos Olímpicos es algo que mueve al deporte mundial hoy en día y el Uruguay no es ajeno a esta situación.
El judoca Mikael Aprahamian es un claro ejemplo de esto y se prepara en Europa para el Mundial de Astana (Kazajistán), donde aspira a sumar los puntos que le permitan seguir creciendo en el ranking olímpico y con ello llegar a Río de Janeiro 2016.
Al día de hoy, es el representante del club Náutico quien se alzaría con el cupo continental y de esta forma conseguiría la ansiada clasificación. "Pero hay que seguir creciendo y sumando para completar el sueño por el que tanto esfuerzo y dedicación aplicamos", advierte.
Aprahamian primero estuvo en un centro de entrenamiento Barcelona, lo que definió como una "experiencia increíble". "Entrenar junto a varios de los mejores de tus disciplinas, al lado de campeones mundiales, es de un aprendizaje espectacular", señaló.
De allí fue a Alemania, donde pudo entrenar en el Centro de Alto Rendimiento junto a la selección local. "Me hospedé unos días allí, otros en casa de un ex judoca uruguayo radicado allá y luego en lo de un competidor alemán", comentó Aprahamian, que agregó con una sonrisa: "Era un gitano".
El pasaje por Alemania lo catalogó como muy positivo. "Tener de entrenador y compañeros a medallistas de los Juegos Olímpicos de Londres te ayuda a mejorar y tener en cuenta todo los detalles aplicados al deporte", valoró el uruguayo.
"De mañana alternábamos técnico y táctico con físico, a lo que le sumé la rutina que Bernardo Amarillo me enviaba desde Uruguay y de noche aplicábamos movimientos técnicos y randori (simulación de luchas)", contó. Allí estuvo por tres semanas.
Mikael Aprahamian se encuentra ahora en Valencia, España. "Últimamente se ha transformado en mi segunda casa", confiesa. "Los chicos de acá me acoplaron desde el arranque y somos como una gran familia", agregó.
"Aunque duerma en un sofá, con calor y ruido de tráfico, estoy súper contento. Cuando fue el Open de Montevideo, cinco compañeros vinieron a alojarse a casa diez días y habla de la relación que tenemos", sostuvo.
En Valencia el judoca se unió a la estadía de entrenamiento premundial del equipo español, "trabajando a diario en doble horario".
Pero no es fácil correr atrás del sueño olímpico y Aprahamian lo vive e carne propia. "El año pasado estuve de enero a marzo y de julio a septiembre fuera de casa. Este año me fui en junio y no sé cuándo volveré", narró.
"Pasar fin de año y navidad lejos de la familia no es nada fácil, pero es lo que me toca. Gasto mis ahorros en el deporte y me pierdo cualquier posibilidad de compartir momentos con amigos y allegados que a la larga se siente", siguió explicando.
Pero no se queja. "Es lo que elegí, no soy solitario y no me gusta serlo, pero me acostumbré a viajar solo, sin equipo. Igualmente estoy muy contento con mi desarrollo, me salen las cosas y entreno muy fuerte siempre", concluyó sobre el tema.
A la hora de referirse a su sueño de llegar a Río de Janeiro 2016, Aprahamian dijo: "Hoy en día lidero la plaza y por eso trabajo a morir para mantenerla. Estoy confiado de ganar como el año pasado y me estoy preparando muy bien".
"Mika" expresó que siente que el camino a la cita olímpica lo está "construyendo muy bien". "Me siento orgulloso de mis logros y estoy enfocado en mi objetivo. Acá no hay magia ninguna, más que entrenar. Desde chico siempre fue mi sueño y este trabajo duro es para logralo", añadió.
Aprahamian dije sentir un placer muy grande de poder competir en el exterior representando a Uruguay. "Es mi gran orgullo. Poder ponerme el judogui para competir por mi bandera es un premio en sí mismo, que valoro y defiendo al máximo", manifestó.
Pero sabe que esa distinción es producto al esfuerzo. "Trabajo muy duro para llegar a cada evento de la mejor forma y eso es la clave para ir dando cada día un paso más al frente", sentenció.