Dos partidos decidieron al nuevo campeón intercontinental de FIBA. El campeón americano, Baurú, recibió en San Pablo a un histórico de estas competencias como Real Madrid. A priori, los nombres indicaban que el triunfo se lo llevaría el equipo español, pero no fue así desde el inicio. 

El viernes, en el primer encuentro de esta serie, Baurú se llevó la victoria por 91 - 90 y le hizo un llamado de atención al equipo de Pablo Laso, que tendría que trabajar duro para llevarse la copa en el segundo juego. 

La realidad este domingo fue totalmente distinta. Los primeros cinco minutos de juego fueron íntegros para el Madrid, que se puso en ventaja por 12 - 0. Si bien los brasileros reaccionaron, pudieron empatar el partido pero nunca pasar al frente, y por lo tanto el juego fue madrileño de punta a punta. 

Lo cierto es que, tras perder el primer partido, la necesidad del Madrid era la de ganar por más de un punto, para que la diferencia de puntos favoreciera a los europeos. Por esa razon, nunca sacaron el pie del acelerador y con Carroll encendido (22 puntos), Thompkins perfecto de tres puntos (3/3, 17 puntos) y Llull -Jugador Más Valioso- jugando y haciendo jugar (21 puntos, 6 asistencias), los merengues cerraron el partido con comodidad: 91 - 79.

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La copa vuelve a Europa, tras que el año pasado la conquistara Flamengo. Real Madrid consiguió ganarla por primera vez desde que se volvió a disputar en 2013, y volver a ganarla tras más de tres décadas. La última vez que el equipo español fue campeón intercontinental fue en 1981, también en San Pablo. 

Ahora Real Madrid estiró su ventaja como máximo campeón histórico con cinco títulos y dos subtítulos, por encima de Varese (Ita) tres veces campeón y Akron Wingfoots (EEUU), también tres veces campeón. 

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