"Siempre venimos atrás"
Cristhian Meneses volvió de su primer Mundial y habló con PDA acerca de su rendimiento y el estado actual de la gimnasia en Uruguay.
Cristhian Meneses durante los Panamericanos de Toronto 2015.
Cristhian Meneses es, desde este año, el único hombre uruguayo en haber competido en un Mundial de gimnasia artística. Muy joven, a sus 19 años, Meneses lidera con su ejemplo y sus buenos resultados a una naciente generación de gimnastas que pronto darán que hablar. Junto a sus compañeros más jóvenes, Meneses conformará el equipo que representará desde 2016 a Uruguay en diversas competencias internacionales.
Recién llegado de Escocia conversamos con él en la biblioteca de la Universidad Católica, donde cursa la carrera de derecho mientras dedica todo su tiempo libre al deporte. Sobre su experiencia en Glasgow 2015, los progresos de su deporte en nuestro país y las perspectivas de futuro, PDA habló con Cristhian.
¿Con qué nivel viajó Uruguay a este Mundial de gimnasia?
Yo veo que se podría estar mejor siempre, pero llegamos con un nivel como para presentarse en un Mundial. Capaz que si hubiera hecho una muy buena actuación, estaba a dos puntos de clasificar al Preolímpico. La competencia no me agarró en mi mejor momento pero dio la pauta de que no estamos lejos de llegar.
¿Fue difícil mantener la concentración al ser debutante?
Cuesta concentrarse más que nada por la iluminación que era muy distinta a la de los Panamericanos por ejemplo. Se oscurece todo y la iluminación se centra en el podio. Es un espectáculo pero te pesa porque en anillas y en barras te quedan los focos apuntando a la cara y te perdés. Mucha gente dijo lo mismo. El que tiene más experiencia, obviamente te va a decir que es igual.
¿Con qué nivel de gimnastas te encontraste?
Me impresionó el nivel de desarrollo que últimamente tiene Latinoamérica. En 2011 capaz había un latinoamericano en la final. Ahora tenés un campeón mundial cubano. Eso habla bien. Acá (en Uruguay) se lograron varios avances como el gimnasio de Canelones y la región viene avanzando también. Se lograron varias plazas de clasificación para los latinos al Preolímpico.
Hablás del gimnasio de Canelones, pero eso no nos pone al nivel de la región todavía.
Nosotros siempre venimos atrás. Cuando nosotros tenemos un gimnasio nuevo, ellos ya tienen dos más. El Cenard de Argentina es del 2002. Hace 13 años que lo tienen y están al lado nuestro. Nosotros no lo tenemos. Vos ahí no solamente tenés la infraestructura, tenés personal médico, técnico, comedor pensado para los deportistas, nutricionistas, salas de fisioterapia y rehabilitación. Acá tenés que moverte vos solo, pedir hora en la mutualista y esperar tres meses.
¿Cuáles son los objetivos para el próximo año?
Ahora vamos a conformar un equipo de cuatro para el año que viene. Víctor Rostagno, Manuel Fernández, Gerardo Cabrera y yo. Se está planificando organizar una selección oficial con Mario Martínez a la cabeza y básicamente avanzar a paso firme con el equipo. Si van cuatro a competir, se toman las tres mejores notas, por lo que si uno falla, puede no sumar ni afectar al rendimiento colectivo.
Se está apuntando entonces a llevar el equipo de cuatro a los Odesur. Para eso hay que clasificar en el Sudamericano del 2017. Antes, en 2016, tenemos el Sudamericano de Lima para empezar a medirnos a nivel internacional e intentar lograr una buena actuación por equipos. Tenemos que aprender a competir como equipo porque si bien la gimnasia es individual, hay que aprender cuándo hay que ayudar al otro y darle para adelante. Eso hace muy distinta a la competencia.
Y en términos de resultados ¿a qué se puede aspirar?
Para el Sudamericano que viene pienso más que nada en el buen desempeño por equipo y trabajar para la clasificación a los Odesur en el del 2017. A nivel individual apuesto a las medallas de mis dos aparatos (salto y suelo) y ponerme en cuatro finales por lo menos. El año que viene es muy especial porque el Sudamericano es después de los JJOO y los Olímpicos van a estar descansando. Van a ir equipos B o equipos enteros que aprovechen la oportunidad.
Para el próximo ciclo olímpico el gran objetivo es clasificar como equipo a los Odesur de 2018. Realmente me veo en condiciones de repetir final all around en los Panamericanos de 2019 en Lima, seguir compitiendo en mundiales y mejorar mi rendimiento cada vez más. En cuanto a medallas por ahora apuesto más que nada a las sudamericanas. En 2018 tendríamos también el Prepanamericano al que pretendemos llegar con equipo.
También está la posibilidad de participar en las Copas del Mundo, que son solo por aparatos. Ahí competís con gente de América, Europa y Asia. Hay que tener la plata para viajar, son muy elitistas. Es una buena oportunidad para empezar a foguearse. A Uruguay le falta eso.
¿El rendimiento del equipo uruguayo es parejo en todos los aparatos?
Lo que estamos intentando es ponernos a la par. Arzones que es lo que nos tira para abajo y tenemos que trabajar mucha base y tener la dificultad necesaria para mejorar la ejecución. Para eso tenemos que consultar a otros entrenadores que son especialistas en eso. Por ejemplo, los colombianos. Allá en Glasgow se hizo mucho contacto y mucha gente nos invitó a entrenar por ejemplo a España. Pero tenés que poner en la balanza si podemos viajar todos a España o es mejor viajar a Chile. El gobierno viene apoyando mucho toda la actividad y si no fuera por eso, capaz yo no hubiera estado en el Mundial. Lo que yo veo es que algo está faltando. ¿Cuántos desearían poder entrenar en España, Europa, Japón?
Eso que falta es la diferencia entre recibir algunos apoyos o ser un profesional.
Vos ves a todo el mundo allá afuera y están llenos de patrocinadores. Acá vas a buscar y te preguntan si sos futbolista. No se quieren meter en otro rollo. Marca la diferencia. No solo recibir apoyo del gobierno sino también de empresas particulares que quieran publicidad o solamente apoyar. En nuestro medio falta. Por ley, existe la posibilidad pero no se da. Está escrito, pero en los hechos no se da fácilmente. Tenés que ser de renombre y tener un medallero de una pared entera para recibirlo. Lo que quieren ver es algo colgado de tu cuello, solamente el resultado, sin darse cuenta de que para llegar al resultado, se precisa un empujón. Es lo que a todo deportista le pasa.
Con ese apoyo del gobierno ¿hay un crecimiento significativo de la gimnasia?
Si yo veo para atrás, claramente se ve el crecimiento lento pero continuo, como dice Mario Martínez (entrenador). Hace quince años no teníamos un gimnasio, no teníamos todo el material que tenemos en la fosa del Olimpia. Tenemos algo más, pero no es suficiente para poder medirnos al nivel que lo estamos haciendo. En aquella época Uruguay no iba a un Sudamericano siquiera. Si queremos ir a Panamericanos o Mundiales, tenemos que entrenar como si estuviéramos ahí.
El gimnasio de Canelones satisface esas necesidades en cuanto a infraestructura, pero lo que tiene es que está sumamente compartido. Todavía no se ha regulado su funcionamiento. Lo están pudiendo usar quienes viven allí. Yo creo que se debe instaurar un reglamento para su funcionamiento óptimo. Regular las horas que pueden repartirse los clubes, porque el gimnasio es de todos, es de toda la federación y sus afiliados. La posibilidad de poder acceder a eso nos pone al nivel de otros países.
Recién llegado de Escocia conversamos con él en la biblioteca de la Universidad Católica, donde cursa la carrera de derecho mientras dedica todo su tiempo libre al deporte. Sobre su experiencia en Glasgow 2015, los progresos de su deporte en nuestro país y las perspectivas de futuro, PDA habló con Cristhian.
¿Con qué nivel viajó Uruguay a este Mundial de gimnasia?
Yo veo que se podría estar mejor siempre, pero llegamos con un nivel como para presentarse en un Mundial. Capaz que si hubiera hecho una muy buena actuación, estaba a dos puntos de clasificar al Preolímpico. La competencia no me agarró en mi mejor momento pero dio la pauta de que no estamos lejos de llegar.
¿Fue difícil mantener la concentración al ser debutante?
Cuesta concentrarse más que nada por la iluminación que era muy distinta a la de los Panamericanos por ejemplo. Se oscurece todo y la iluminación se centra en el podio. Es un espectáculo pero te pesa porque en anillas y en barras te quedan los focos apuntando a la cara y te perdés. Mucha gente dijo lo mismo. El que tiene más experiencia, obviamente te va a decir que es igual.
¿Con qué nivel de gimnastas te encontraste?
Me impresionó el nivel de desarrollo que últimamente tiene Latinoamérica. En 2011 capaz había un latinoamericano en la final. Ahora tenés un campeón mundial cubano. Eso habla bien. Acá (en Uruguay) se lograron varios avances como el gimnasio de Canelones y la región viene avanzando también. Se lograron varias plazas de clasificación para los latinos al Preolímpico.
Hablás del gimnasio de Canelones, pero eso no nos pone al nivel de la región todavía.
Nosotros siempre venimos atrás. Cuando nosotros tenemos un gimnasio nuevo, ellos ya tienen dos más. El Cenard de Argentina es del 2002. Hace 13 años que lo tienen y están al lado nuestro. Nosotros no lo tenemos. Vos ahí no solamente tenés la infraestructura, tenés personal médico, técnico, comedor pensado para los deportistas, nutricionistas, salas de fisioterapia y rehabilitación. Acá tenés que moverte vos solo, pedir hora en la mutualista y esperar tres meses.
¿Cuáles son los objetivos para el próximo año?
Ahora vamos a conformar un equipo de cuatro para el año que viene. Víctor Rostagno, Manuel Fernández, Gerardo Cabrera y yo. Se está planificando organizar una selección oficial con Mario Martínez a la cabeza y básicamente avanzar a paso firme con el equipo. Si van cuatro a competir, se toman las tres mejores notas, por lo que si uno falla, puede no sumar ni afectar al rendimiento colectivo.
Se está apuntando entonces a llevar el equipo de cuatro a los Odesur. Para eso hay que clasificar en el Sudamericano del 2017. Antes, en 2016, tenemos el Sudamericano de Lima para empezar a medirnos a nivel internacional e intentar lograr una buena actuación por equipos. Tenemos que aprender a competir como equipo porque si bien la gimnasia es individual, hay que aprender cuándo hay que ayudar al otro y darle para adelante. Eso hace muy distinta a la competencia.
Y en términos de resultados ¿a qué se puede aspirar?
Para el Sudamericano que viene pienso más que nada en el buen desempeño por equipo y trabajar para la clasificación a los Odesur en el del 2017. A nivel individual apuesto a las medallas de mis dos aparatos (salto y suelo) y ponerme en cuatro finales por lo menos. El año que viene es muy especial porque el Sudamericano es después de los JJOO y los Olímpicos van a estar descansando. Van a ir equipos B o equipos enteros que aprovechen la oportunidad.
Para el próximo ciclo olímpico el gran objetivo es clasificar como equipo a los Odesur de 2018. Realmente me veo en condiciones de repetir final all around en los Panamericanos de 2019 en Lima, seguir compitiendo en mundiales y mejorar mi rendimiento cada vez más. En cuanto a medallas por ahora apuesto más que nada a las sudamericanas. En 2018 tendríamos también el Prepanamericano al que pretendemos llegar con equipo.
También está la posibilidad de participar en las Copas del Mundo, que son solo por aparatos. Ahí competís con gente de América, Europa y Asia. Hay que tener la plata para viajar, son muy elitistas. Es una buena oportunidad para empezar a foguearse. A Uruguay le falta eso.
¿El rendimiento del equipo uruguayo es parejo en todos los aparatos?
Lo que estamos intentando es ponernos a la par. Arzones que es lo que nos tira para abajo y tenemos que trabajar mucha base y tener la dificultad necesaria para mejorar la ejecución. Para eso tenemos que consultar a otros entrenadores que son especialistas en eso. Por ejemplo, los colombianos. Allá en Glasgow se hizo mucho contacto y mucha gente nos invitó a entrenar por ejemplo a España. Pero tenés que poner en la balanza si podemos viajar todos a España o es mejor viajar a Chile. El gobierno viene apoyando mucho toda la actividad y si no fuera por eso, capaz yo no hubiera estado en el Mundial. Lo que yo veo es que algo está faltando. ¿Cuántos desearían poder entrenar en España, Europa, Japón?
Eso que falta es la diferencia entre recibir algunos apoyos o ser un profesional.
Vos ves a todo el mundo allá afuera y están llenos de patrocinadores. Acá vas a buscar y te preguntan si sos futbolista. No se quieren meter en otro rollo. Marca la diferencia. No solo recibir apoyo del gobierno sino también de empresas particulares que quieran publicidad o solamente apoyar. En nuestro medio falta. Por ley, existe la posibilidad pero no se da. Está escrito, pero en los hechos no se da fácilmente. Tenés que ser de renombre y tener un medallero de una pared entera para recibirlo. Lo que quieren ver es algo colgado de tu cuello, solamente el resultado, sin darse cuenta de que para llegar al resultado, se precisa un empujón. Es lo que a todo deportista le pasa.
Con ese apoyo del gobierno ¿hay un crecimiento significativo de la gimnasia?
Si yo veo para atrás, claramente se ve el crecimiento lento pero continuo, como dice Mario Martínez (entrenador). Hace quince años no teníamos un gimnasio, no teníamos todo el material que tenemos en la fosa del Olimpia. Tenemos algo más, pero no es suficiente para poder medirnos al nivel que lo estamos haciendo. En aquella época Uruguay no iba a un Sudamericano siquiera. Si queremos ir a Panamericanos o Mundiales, tenemos que entrenar como si estuviéramos ahí.
El gimnasio de Canelones satisface esas necesidades en cuanto a infraestructura, pero lo que tiene es que está sumamente compartido. Todavía no se ha regulado su funcionamiento. Lo están pudiendo usar quienes viven allí. Yo creo que se debe instaurar un reglamento para su funcionamiento óptimo. Regular las horas que pueden repartirse los clubes, porque el gimnasio es de todos, es de toda la federación y sus afiliados. La posibilidad de poder acceder a eso nos pone al nivel de otros países.