
Ama de Chávez
Informe especial sobre la historia de la selección de fútbol de Venezuela y el chavismo. Del éxito al fracaso, siempre de la mano.

"Ha triunfado la democracia" es una frase que se usa mucho para reconocer una derrota en las urnas, porque en política no está muy bien visto perder, y mucho menos decir que se perdió. El domingo esa frase la usó Maduro, alejándose de su propio discurso que hace unos días prometía "candela con burundanga" en las calles si es que le tocaba perder.
El chavismo no pasa un buen momento y casualmente, o quizá no tanto, la selección de fútbol de Venezuela tampoco. Chávez logró que en Venezuela el fútbol compartiera un poco de la popularidad que tiene el béisbol, y bajo sus gobiernos los venezolanos alcanzaron sus mayores éxitos futbolísticos. El fútbol fue una opción más del chavismo para alcanzar al pueblo.
De pelotero a futbolero
Hugo Chávez era hincha de los Bucaneros, el apodo para los Navegantes de Magallanes, equipo de béisbol de la ciudad de Valencia, cerca de su Sabaneta natal. Su ídolo en la infancia era Néstor "Látigo" Chávez, un lanzador que supo jugar en los Navegantes de Magallanes pero también lo hizo en los Giants de San Francisco.
Algunos de los biógrafos de Chávez dicen que fue el entusiasmo por el béisbol lo que lo convenció de enrolarse en el ejército. Hugo jugó en la Academia Militar de Caracas a la que en 1980 regresaría como Instructor Jefe de Deportes.
Fueron los trabajadores estadounidenses de las compañías petroleras que introdujeron el deporte en Venzuela a inicios del siglo XX. El béisbol era el deporte popular, mientras que el fútbol era una actividad más bien vinculada a la clase media y acomodada. Aunque los ingleses ya habían introducido el fútbol en 1876, de la mano de los mineros ingleses de El Callao.
Como si la posición geográfica se evidenciara en la cultura deportiva: la tradición beisbolista del caribe, pero con un gusto por el fútbol más propio de Sudamérica. Los deportes en Sudamérica también responden a su historia colonial.
Chávez asume la presidencia en 1999. La selección venezolana había cerrado el año 1998 en el puesto 129° del ranking FIFA y no era más que un rejuntado de jugadores sin mucho vínculo. El primero en poner orden fue el "Pato" Pastoriza, entrenador argentino que estuvo del 98 al 2000 y profesionalizó varios aspectos.
Luego vendría Richard Páez, con quien Chávez conversaba mucho sobre cómo mejorar el fútbol venezolano. El presidente comenzaba a ver que no se puede construir una patria grande jugando al béisbol.
Páez estuvo del 2001 al 2007, tiempo en el que se produjeron algunas pequeñas grandes hazañas. Por ejemplo, la "Vinotinto" gana por primera vez en la historia un partido de visitante: 2 - 0 ante Chile en el 2001.
En esas Eliminatorias rumbo a Corea-Japón también se dio otro logro: por primera vez Venezuela no terminaba última en la clasificación. Fue novena. Con Páez de entrenador se produjo lo que en Venezuela conocen como el "Centenariazo", el 3 - 0 a Uruguay en el Centenario, último partido de Juan Ramón Carrasco al frente de los celestes.
A Páez lo sucedería César Farías, para algunos el mejor entrenador que tuvo la selección. Siguiendo la proyección, Farías logró la clasificación de la sub 20 a un Mundial, el de Egipto 2009, algo inédito para el fútbol venezolano.
Esa selección, que tenía a Salomón Rondón como figura máxima, cayó en octavos de final contra Emiratos Árabes Unidos. Luego, en 2011, conseguiría el máximo logro de su historia hasta el momento: el cuarto puesto en la Copa América de Argentina. Con este entrenador Venezuela alcanzaría su mayor ranking FIFA: el puesto 36° en el 2013.
Copa América Bolivariana
La mayoría coincide en que si hay que elegir un momento en que el fútbol caló en la población venezolana, ese momento es la Copa América del 2007. Algunos calculan que el gobierno destinó unos 186 millones de dólares en la organización del evento y sirvió para modernizar la infraestructura. Se construyeron tres nuevos estadios: Mérida, Maturín y Barquisimeto.
En Venezuela los estadios pertenecen a la municipalidad o al gobierno central, no a los equipos que los utilizan. Pero el crecimiento fue dispar. Por ejemplo, en Caracas, existen solo dos estadios para seis equipos que juegan en Primera División.
Venezuela fue eliminada por Uruguay en cuartos de final, pero la imagen dejada ante su público fue buena. Hablamos de años de pozos petroleros gordos, PDVSA comenzando a aparecer en varias camisetas y las municipalidades aumentando el apoyo a sus equipos.
Uno de los miembros del comité organizador de la Copa América fue Adelis Chávez, hermano de Hugo y confeso fan de Maradona. En el 2006 Adelis asumió la presidencia del equipo de fútbol de la provincia de Barinas, de donde eran oriundos los Chávez: el Zamora FC.
Fundando en 1974, la Furia Llanera, como se conoce al Zamora, era -previo a la llegada de Chávez- un equipo con un palmarés desierto. En la temporada 2010/11 logra el subcampeonato de la liga venezolana y dos años después lograría su primer título, que se transformó en doblete en la temporada 2013/14.
El entrenador de esos logros fue Noel Sanvicente, actual DT de la selección. Incluso Zamora podría conseguir su tercer título en cuatro campeonatos si se impone en las finales de este año frente a Deportivo La Guaira.
Significativo fue cuando en la campaña presidencial del 2013, Capriles, líder opositor, pronunció su discurso en Barinas con la camiseta del Zamora FC, todo un símbolo si tenemos en cuenta que Hugo Chávez había fallecido hace poco.
Pero Capriles fue más allá. Se lo comenzó a ver con la campera deportiva de Venezuela y luciendo la camiseta del equipo de cada localidad que visitaba. El fútbol definitivamente era parte de la realidad venezolana.
El 2007 también fue el año en que la relación entre Chávez y Esquivel, presidente de la Federación venezolana, cambió radicalmente. En un primer momento el presidente venezolano buscó sacar a Esquivel de la Federación y llegó a tratarlo de corrupto. Pero Esquivel demostró una habilidad típica de los dirigentes de estos lados y transformó a Chávez de enemigo a aliado incondicional.
El chavismo volcó mucho dinero público al desarrollo del deporte en general. Por eso cada victoria era vista como un triunfo patriótico. Así fue la medalla de oro conseguida en Londres 2012, la segunda de su historia.
El esgrimista Rubén Limardo recibió a cambio de su hazaña una réplica de la espada de Simón Bolívar, obsequiada por el propio Chávez. Pero la relación fue más allá y Limardo se postuló como diputado para la Asamblea Nacional por el Partido Socialista Unido de Venezuela, consiguiendo uno de los puestos en las elecciones pasadas.
Volviendo al fútbol, Venezuela tiene el desafío de hacer sostenible el desarrollo de un deporte que gracias a una buena generación logró dejar de ser el último equipo del continente. Cerrará el año 2015 en el puesto 83° del ranking FIFA y cuentan los que viven allá que ya la población se despidió de Rusia 2018.
La selección, como el chavismo, deberá replantearse su andar y también a sus conductores.