En una de las semifinales de ida del fútbol mexicano, el partido entre Tigres y Toluca, el golero del primero, Nahuel Guzmán, se enojó con el juez por cierta complicidad en la demora constante de sus rivales para hacer tiempo.

Cansado de esta situación, durante una de las demoras, el argentino decidió acostarse en el suelo ante la vista de todos simulando estar dormido. Se tiró en el pastito, se acurrucó y, cuando se paró, el juez le sacó amarilla. Ya no se puede sestear tranquilo.

El partido terminó 0-0, pero contó con este hecho curioso: