Fue una de esas jugadas donde hasta el arquero sube a cabecear. La situación lo ameritaba, corría el minuto 93 y Metropolitanos, el equipo de Caracas, estaba descendiendo. El rival era Deportivo Zulia, que había finalizado segundo en la temporada regular de la Segunda División.

La ida del playoff había terminado 2 - 2, un partido que tuvo mucho de telenovela venezolana. Resulta que Metropolitanos y Tucanes de Amazonas empataron en el último puesto con 14 puntos. Por reglamento lo que se usó para desempatar fue el duelo directo, y en ese caso el equipo de Amazonas le había ganado a Metropolitanos, por lo cual este último descendía directo y el otro iba a promoción.

Los Tucanes estaban en el aeropuerto esperando el vuelo para irse a jugar contra Zulia, cuando los llaman desde la Federación para avisarles que Metropolitanos había apelado su descenso directo. Resultado: descendido Tucanes y Metropolitanos al repechaje.

Nada de esto pasaba por la cabeza de los 10 jugadores que esperaban el último córner del partido. En eso la pelota vino, uno de los defensores de Metropolitanos le gana a su marca, cabecea al primer palo, convierte y desata la locura.

El jugador que saltó, cabeceó y salvó a su equipo fue el uruguayo Nelson Semperena, que vive su segunda experiencia en Venezuela. Sobre fútbol, la gente, los estadios y las idas al supermercado, PDA conversó con el popular "Teto".

¿Cómo es la organización del fútbol en Venezuela?

En general la organización del fútbol venezolano no está mal. El caos más grande se produce en Caracas, ya que hay 6 equipos en Primera y solamente hay dos estadios. Ahí se generan muchos problemas para la organización de los partidos. Pero nada demasiado anormal.

¿Y en materia de infraestructura?

En cuanto a la infraestructura quedé muy sorprendido en 2011 porque los estadios todavía estaban bien mantenidos de lo que había sido la Copa América 2007 y se veían muy bien. Hoy en día creo que ha habido una falta de mantenimiento y ya no están tan bien, sobre todo el piso de las canchas.

El problema en Caracas es la infraestructura para entrenar. Los clubes no tienen complejos, entonces se la tienen que arreglar con canchas en universidades y ahí te encontrás mayoritariamente con sintético. A nosotros este semestre nos tocó entrenar en sintético y jugar en césped natural.

En el interior cambia la realidad, la mayoría de los equipos tienen su estadio y se consiguen fácilmente canchas con césped natural para entrenar.

¿La gente va a los estadios?

Con respecto a la gente me tocó vivir las dos caras de la moneda. Ahora estoy en un equipo que no lleva gente. El equipo que mueve gente en la capital es el Caracas FC, Metropolitanos no lleva más que familiares. Todavía Caracas es más pelotera que futbolera.

En cambio con Zamora, que es de una zona donde no hay equipo de béisbol ni básquetbol, el pueblo barinés se volcaba al fútbol. Ahí se lleva muchísima gente, promedio de 5 mil personas, y cuando nos tocó salir campeones llenamos varias veces el estadio de 23 mil personas.

Otro equipo que lleva mucha gente es el Deportivo Táchira. Te dicen que es lo más parecido a como se vive el fútbol en el resto de Sudamérica, por el ambiente, la gente de Pueblo Nuevo.

¿Cómo fue la experiencia en Zamora?

La experiencia en Zamora fue una de las más lindas de mi carrera hasta el momento. No solamente porque a los seis meses de llegar salimos campeones y jugamos la Libertadores, sino también por la calidad de gente que me encontré en ese grupo. Con algunos de ellos sigo en contacto hasta el día de hoy.

¿Cómo se ve al jugador uruguayo en Venezuela?

El jugador uruguayo es muy respetado en el ambiente. También se le tiene mucho respeto y admiración al momento que pasa Uruguay con la selección. El uruguayo también le toma cariño a estas tierras, he conocido varios uruguayos que luego de haber jugado acá se quedaron a vivir.

El caso del Toto Peruena, gran personaje y gran jugador; Rubén Benitez, que fue ayudante técnico en Zamora; y varios más que andan por acá. No solamente está el respeto que le tienen al uruguayo, sino que también el uruguayo se ha encariñado con estas tierras.

¿Cómo es la vida en Caracas?

No es fácil vivir en Caracas. Hay una escasez de productos muy grande. En los supermercados hay góndolas que no tienen casi productos o encontrás una solo opción de un producto. Por ejemplo si en Montevideo encontrás 10 tipos de harinas diferentes, acá -si encontrás- encontrás una sola y tratá de comprarla rápido porque te las sacan de las manos.

El agua es otro problema. Se consigue por bidones que reparten camiones, en los supermercados no se consigue agua. En relación a la nafta, el agua cuesta como 100 veces más. Acá la nafta es realmente muy barata, demasiado, y el agua es muy cara.

Es muy difícil encontrar productos básicos: carne, harinas, leche, jabones. Es casi imposible encontrarlos. Existen acá los días de productos regulados, que es cuando el gobierno habilita la posibilidad de comprar un producto.

Esos días tenés que ir con la cédula y por el último número de la cédula tenés la posibilidad de comprar. A cada día le corresponde un número diferente y tenés que ligar que ese día esté el producto que vos necesitás. Eso también pasa en las farmacias.

En Caracas supuestamente es donde se consiguen más fácilmente productos, más que en el interior, que es más difícil que lleguen. Las colas que se forman en los supermercados llegan a ser enormes. Tuve la experiencia de hacer esas colas, estuve dos horas para comprar papel higiénico. Existen los reevendedores, que hacen la cola, compran el producto regulado y lo venden a un precio mayor.

Otro tema muy nombrado es la inseguridad…

Tenemos la suerte con mi señora que no hemos sufrido ningún hecho de inseguridad, pero se ve en el ambiente que es un tema que preocupa. Tenemos muchos amigos y gente conocida que nos cuentan de experiencias que han tenido ellos. Lo primero que te dicen cuando llegás es que no salgas de noche y que no ostentes joyas ni auto. El tema del secuestro express se utiliza mucho.

¿Cómo se vivieron las elecciones?

Con respecto a lo político es todo muy distinto a lo que estamos acostumbrados en Uruguay. Desde el tema publicidad, por ejemplo, el oficialismo abarca los canales nacionales y la oposición no puede pautar su campaña en los medios nacionales. Tiene que recurrir a los canales de cable. El oficialismo hace su campaña en la calle, regalando cosas, productos básicos.

De repente en la semana previa a la elección ves gente con bolsas llenas de productos. De repente se escucha alguna marcha de la oposición y aparecen militares en la calle y ese mismo día se forma una contramarcha del oficialismo. Como para marcar presencia y cortar la difusión de la oposición.