Dedo Santo

Esta es la historia de Santo Condorelli, un nadador canadiense que le levanta el dedo a su padre antes de cada carrera.

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Así saluda este nadador a su padre antes de cada carrera.
Les presentamos a Santo Condorelli, nadador canadiense. ¿Por qué lo presentamos? Porque es medio delirante. El Santo de la gente, tiene una cábala bastante particular. 

Condorelli tiene 21 años y en los recientes Juegos Panamericanos disputados en su país, en Toronto, consiguió cuatro medallas: dos de plata y dos de bronce. Además también fue medallista de bronce en la posta 4x100 del mundial de Kazan en 2015. 

La cuestión es que Santo no es ningún idem. Resulta que antes de saltar a la piscina en cada competencia importante, su cábala es la de mostrarle el dedo mayor a su padre. Donde sea que éste se encuentre en la tribuna, para ahí mira el pequeño Condorelli y le dedica el curioso gesto a su progenitor. Todo un irrespetuoso.



Su padre, para no ser menos que el atrevido este, le devuelve el gesto y parece que con eso se quedan contentos los dos. Una curiosa forma de demostrar apoyo, digna del análisis de Sigmund Freud. 

La historia es que el pequeño Santo no crecía. Entonces antes de cada carrera miraba a sus costados y se encontraba con rivales mucho más grandes. Hasta que un día su padre le dijo "Se acabó. Cuando te subas al cubo tenés que despejar tu mente y nadar como si no hubiera nadie alrededor tuyo". El hijo le preguntó cómo podría hacer eso y el padre respondió: "Bueno, decís -fuck it-. Entonces me miró a la tribuna y nos dimos el dedo el uno al otro. Desde entonces empezó a ganar carrera tras carrera y no miramos hacia atrás".

Una historia llena de picaresca y amor paternal. 

Mirá la carrera de 100 metros libres donde fue plata en Toronto