"Una historia que contar"
Conocé la historia de Alfonsina Maldonado, la amazona uruguaya que irá a los Juegos Paralímpicos de Río.
Llegar a los Juegos Paralímpicos no es una meta más y vaya si Alfonsina Maldonado, representante celeste en para-adiestramiento ecuestre en Río de Janeiro, lo tiene claro.
Un 1° de mayo, en un almuerzo de la familia en casa de unos amigos, cuando tenía seis meses, la vida de Alfonsina cambió para siempre. "Una vela comenzó un incendio y cuando me escucharon llorar, la habitación donde estaba se encontraba prendida fuego. Mi brazo izquierdo se carbonizó y hoy en día es reconstruido", contó a PDA.
Maldonado recordó que "estuve 32 días en coma, viví un año en la incubadora y hasta los cinco años pasaba entre el hospital y mi casa".
"A diferencia de una amputación, el quemado sufre un encogimiento de la piel constante y eso tensiona los músculos y hace que el dolor sea habitual para toda la vida. Hasta en la actualidad me hacen tratamiento y fisioterapia tres veces a la semana, para aguantarlo, porque además tengo artrosis y tendinitis aguda", agregó.
Pero este obstáculo, uno más que sobrepuso en su vida, no le quitaría su sueño olímpico, el cual el pasado 22 de marzo tuvo su recompensa. "Estaba por salir a correr y recibí una mail en inglés confirmando que me habían otorgado el cupo (por wild card, invitación) y como me cuesta un poco ese idioma pensaba que lo estaba leyendo mal, que no podía ser".
"Pero después caí en que era un hecho y no lo podía creer. Fue el premio a tanto esfuerzo, los diez años que estoy lejos de casa. Además en un deporte de los más caros del mundo, recaudando el dinero como se podía para poder ir a las competencias, la mantención del equino, los gastos veterinarios, etc".
"Cuando recibí la noticia que estaba en Río lo que se me vino a la cabeza es que los sueños existen para cumplirse, más allá de las dificultades físicas o económicas", sentenció Maldonado.
El camino que le hizo esquiva su llegada a Londres 2012, comenzaba complicado para Río 2016. "Me empecé a preparar con el equino Zigzag, pero un mes antes de ir a la primera prueba clasificatoria se lesionó", contó.
"Esto hizo que se pusiera todo cuesta arriba, hasta que cinco meses después llegó Da Vinci, un caballo con buenos papeles, una calidad de movimientos espectacular, pero problemático, difícil de montar y sin competencias arriba. Trabajamos muy duro con él para llegar a la penúltima prueba clasificatoria en Italia y el cumplió y nos permitió la nota de ranking para obtener la wild card", explicó la amazona.
En una prueba como el para-adiestramiento ecuestre, donde la precisión, ritmo y equilibrio es todo, el trabajo es clave y Alfonsina Maldonado lo tiene claro. "La preparación para Río es muy dura porque ahora se va a ajustar al detalle, y sobre todo hay que manejar lo psicólogico muy bien, estar centrada, consciente y nunca dejar de sonreír porque esto es lo que amamos".
"Vamos a realizar varias pruebas dentro de Portugal, porque no tenemos los recursos para hacer pruebas internacionales que sería lo ideal, pero confiados en el camino que hemos trazado todo este tiempo".
Consultada sobre las metas que se pone para la cita olímpica, Alfonsina señaló que "cualquier atleta que llega a un Juego no se conforma con simplemente estar".
"El esfuerzo es muy grande, entrenamos cada día para llegar a lo más alto. Nuestro objetivo es estar al menos entre los diez mejores y si se puede más, también. Da Vinci ha mejorado mucho en estos últimos meses, estabilizó su carácter y con su entrenamiento logró un ritmo constante y concentración muy necesarios para la prueba", añadió.
Actualmente Maldonado reside en Portugal, en un pequeño pueblo que se denomina Anadia. "Vivo en la casa de mi entrenador, quien me patrocina también en ese aspecto. Aquí ayudo en la cuadra (barrer, limpiar caballos) y además cuido a Da Vinci personalmente para abaratar costos".
"He golpeado muchas puertas a lo largo de estos años para poder mantenerme y hacer lo mismo con el caballo. Valoro mucho los apoyos recibidos porque con ellos es que hoy llegué a esta realidad".
Por último, Maldonado opinó que "los deportistas paralímpicos no tienen el reconocimiento que merecen aún, siendo que somos héroes reales. No solo tenemos que superar nuestra discapacidad, sino que la exigencia de los entrenamientos es mayor a la media para sobreponerse a ello".
"Hay que aprender a vivir con dolores extremos para poder llevar adelante nuestros deportes y eso muchos no lo saben. Aquí en Europa esta mucho más difundido, varias marcas apuestan a nosotros como imagen. No soy una mujer perfecta, espectacular, 90-60-90, pero capaz tengo una historia y un mensaje que trasmitir que vale más que eso".