Dame un poco más

Incomodar al rival es una virtud. Si a eso le agregamos un poco de juego, Uruguay se metería en la definición de cualquier copa.

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Foto: AUF

Las personas tienden a disimular sus falencias. Lo hacemos todos, de manera más o menos consciente. A los equipos de fútbol le pasa lo mismo. Quizás Darwin debería dedicarle un apartado de la Teoría de la Evolución al fútbol.

Uruguay no sabe/quiere/puede tener la posesión de la pelota. Son horas y horas viendo este proceso y de verdad no sé qué verbo poner. Tabárez dice que existe una renuncia voluntaria a tener la pelota, que lo ha intentado y no ha funcionado.

Yo personalmente le agrego una cuestión genética (volvemos a Darwin) del fútbol uruguayo. Un gen que se despierta cuando juega la selección, porque estos mismos jugadores juegan a otra cosa en sus clubes.

Tener la pelota es la falencia de Uruguay y como buen grupo de personas lo primero que trata de hacer es disimularlo. A veces no le sale, como el primer tiempo de ayer, porque no tener la pelota implica defender bien, y ayer Uruguay tuvo serios problemas por los laterales (otra cuestión genética del fútbol uruguayo).

Aquino lo volvió loco a Palito, Hirving Lozano hizo lo mismo con el Mono, a Guardado le pegaron casi todos y así llegamos al segundo tiempo.

A veces los jugadores necesitan llegar al borde del abismo, retrocediendo, dar un paso atrás y ver que se acaba el suelo, para frenarse. Eso hizo Uruguay contra México, pero también contra Brasil recientemente.

Cuando lo único que queda es dejar de retroceder, porque ya estás perdiendo y con uno menos, se activa algo dentro de los jugadores que suprime la duda. Un jugador deja de especular y arriesga en todas las pelotas.

Por eso Muslera empezaba a correr casi antes de que tiraran el centro y cortaba la pelota más allá del punto penal. Sí, señores, Muslera, el mismo que muchas veces le achacamos que no sale de la línea del arco.

Es Giménez empezándose a barrer varios metros antes, sabiendo que si el jugador engancha quedará fuera de la jugada, pero no se puede especular.

Es Godín parándose casi en el círculo central, anticipando y empezando el contragolpe. Todo eso generó esa sensación durante 10 minutos de que el gol iba a llegar, que era cuestión de tiempo.

En esa situación, no creo que haya mejor equipo en el mundo que Uruguay. También es cierto que la mayoría de las selecciones grandes no lo precisan. Ellas saben tener la pelota, no les es necesario desarrollar este otro aspecto del juego, más bien suele ser la falencia que tratan de disimular.

Ayer Uruguay le empató el partido a México "a prepo", solo con actitud. Un México que juega bien y, por ahora, es la mejor selección de la Copa. Uruguay hizo dudar a jugadores que en el primer tiempo no erraban un pase.

Incomodar al rival es una virtud. Si a eso le agregamos un poco de juego, no mucho, un poco, Uruguay se metería en la definición de cualquier campeonato y partidos como el de ayer no se escaparían.