De las canchas a las tablas
La historia de Fernando Laforia, que pasó de arquero a primo alto en una murga.
"¿Qué es lo que hacen los murgueros, desde marzo hasta febrero?", se preguntaba Contrafarsa en una retirada. Fernando Laforia atajaba, pero en el invierno del 2013 decidió aceptar una invitación de Asaltantes para una gira por Argentina, y por ahora no se ha vuelto a poner los guantes.
¿Por qué dejaste el fútbol cuando estabas en edad de seguir jugando unos cuantos años más y cómo fue que te largaste de lleno al Carnaval?
Yo estaba jugando en River. Carrasco me hace firmar contrato; firmé por cinco años. Cuando me quedaban dos años de contrato viene (Daniel) Fonseca y me pide para representarme. Lo que él quería era comprarme a River (aparte River venía mal, hacía cuatro meses que no pagaba). Él me compró y rescindí contrato porque pasé a ser jugador de él.
Me iba a ir a Suiza. Un 4 de enero viajaba para jugar en Grasshoppers. Me llaman el 2 de enero y me dicen que se cayó el pase. Después pasaron siete meses y Fonseca no apareció; se había ido a Italia.
Y ahí ya empezaron las ganas de dejar. Es difícil de explicarle a la gente porque todo el mundo tiene al fútbol allá arriba, todo el mundo se muere por estar ahí. Pero después que estás ahí adentro, para mí era una rutina; ya no tenía ganas de entrenar, de jugar, de ponerme los guantes, de nada.
Empecé a hablar con mi familia, con mi novia, mis amigos. Empecé a preguntar, a decirles que ya no quería jugar al fútbol, que tenía ganas de dedicarme al Carnaval… Bueno, es difícil hablar de "dedicarse" al Carnaval porque no se vive de esto, pero sí darle tiempo a eso que siempre quise hacer.
Y en eso justo me llaman de Asaltantes con Patente para hacer unas giras por Argentina en invierno, y ahí fui, canté y me di cuenta que era eso lo que quería hacer. Así me di cuenta que quería dejar el fútbol.
También en el Carnaval hay empresarios, hay negocio alrededor del Carnaval. ¿Es parecido al fútbol? ¿Te ha pasado ver que a algún carnavalero "lo dejen tirado"?
Creo que hay similitudes entre el fútbol y el Carnaval. Hoy en día más todavía, que hay mucha gente del fútbol que está metiéndose en el Carnaval. Es un ambiente difícil, es un ambiente de habladores, es un ambiente donde te quieren pisar la cabeza. Tampoco hay que mentirse, es así. Yo hago lo que me gusta, entonces me resbala mucho todo eso.
Pero en ciertos momentos he visto gente en Carnaval a la que han dejado tirada. Igual que en el fútbol. Me parece que en ese sentido son ambientes muy similares. Yo creo que donde hay plata siempre hay problemas, no sé por qué. Es algo que nunca voy a terminar de entender.
También te digo que el jugador de fútbol de acá, el que juega en nuestro medio, ama el deporte. Porque acá no hacés la diferencia. El que juega acá tiene el deseo de irse. Es como el que sale en Carnaval; querés andar bien, en mi caso cantar, y el día de mañana, si bien estoy re contento donde estoy, me parece una murga hermosa (Garufa), también tengo aspiraciones personales. Me gustaría cantar en ciertos lados, con cierta gente. En eso también es como el fútbol: esperar que te vaya bien para poder progresar.
¿Cuál era, o cuál es, el sueño que tenés en el fútbol?
En el 2005 tuve la mala suerte de que mi padre emigrara. Yo jugaba en Quinta en ese momento. Mi sueño, mi meta siempre fue progresar; no quería jugar en Barcelona ni nada, quería hacer una diferencia para traer a mi padre a vivir de vuelta a Uruguay.
Y estar bien; el confort de tener mi casa, estar con mi familia. Esa comodidad. No soy afín de tener muchísima plata porque me parece que es innecesario. Siempre quise eso, me hubiese gustado meter un lindo pase, o que me saliera la posibilidad de jugar en el exterior.
En cuanto a los planteles, al relacionamiento con los compañeros, ¿se parece un equipo a una murga?
En ese sentido no. Capaz que como ya no juego al fútbol la gente puede pensar que yo doy para atrás. Yo en el fútbol encontré mucha gente; que me haya servido para algo, poca. No sé si es por el ambiente, no sé si es que se marean, no sé qué es. Y eso no me pasa en Carnaval. La mayoría de mis amigos de la vida son de Carnaval.
Creo que los grupos humanos son más sanos en el Carnaval que en el fútbol. Y puede ser que sea porque no hay tanta plata como en el fútbol. Cuando hay mucha plata de por medio te pisan la cabeza, te ensucian.
Lo que sí es similar entre fútbol y Carnaval es que le gusta criticar mucho a la gente. Es una lástima, porque uno sube al escenario o entra a una cancha a hacer lo mejor, no vas a querer nunca hacer las cosas mal. Obviamente que está la vida de uno en juego, o sea, el prestigio; si te va bien, si no. Pero bueno, yo me quedo con los grupos de Carnaval.
¿Es posible que una persona juegue al fútbol y al mismo tiempo salga en Carnaval, o son incompatibles?
Es posible si jugás en inferiores. Yo lo hice, cuando jugaba en inferiores, saliendo en Murga Joven y en el Carnaval de las Promesas. Cuando estaba en Nacional salí en los Gummy’s y después en Murga Joven. Ya en Tercera tuve que decidir y postergué un poco el Carnaval, le di al fútbol y ahora ando acá.
¿Algún compañero que te acuerdes que era muy carnavalero, o que cantara bien?
Y… Gonzalo Porras, el "Petete" Correa, hay pila de jugadores que les gustaba. No sé si andaban bien para cantar. Pero, yo qué sé, uno nunca sabe. A mí la gente me dice "a mí me encanta cantar pero soy un desastre". Hay que intentar, hay que hacer lo que uno quiera. Ese es mi pensamiento.
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Fragmento de una nota publicada en la revista La Fatídica, en su edición de febrero 2016. Para leer la entrevista completa y todos los contenidos de esta publicación digital, hacete socio de PDA ingresando acá.