Desde el calentamiento se veía que Pablo Cuevas no estaba en su mejor condición física. "Estoy destruído", le dijo a Raúl, un sauceño que desvío su viaje a Budapest para pasar por Viena y poder ver a Cuevas. 

El primer set comenzó con quiebre de Joao Sousa y todo comenzó a ser cuesta arriba para el uruguayo. Un bajo porcentaje en los puntos ganados con el primer saque (53%) y algunos errores no forzados fueron agranando al portugués que llegaba a todas las pelotas.

El primer set se cerró con un 6-3 para Sousa. Ni bien comenzado el segundo el uruguayo pidió asistencia médica y se veía que el revés le costaba mucho por los dolores en su rodilla izquierda. A partir de ese momento el final era anunciado. Aguantó lo que pudo Cuevas, Sousa lo quebró dos veces y en el cuarto game dijo basta.

El miércoles tenía planificado jugar dobles con el serbio Viktor Troicki, en unas horas se verá si puede enfrentar ese compromiso. Por delante le queda el Masters 1000 de París para cerrar una gira sobre cancha dura en la que no ha tenido buenos resultados.