Antes de que cumpla 80
La historia detrás del actual líder de la Bundesliga y el deseo de su dueño.
Foto: mundodeportivo.com
Los viajes a Tailandia cambian a las personas. Bien lo puede decir Leonardo Di Caprio, que estaba buscando una isla secreta y encontró una plantación de marihuana ilegal (ver película La Playa).
Dietrich Mateschitz es un austríaco que trabajaba en el área de marketing de Blendax, una compañía alemana de cosméticos. En uno de sus viajes laborales se fue a Tailandia, hablamos de los primeros años de la década del 80.
Ahora Mateschitz posee el 49% de una empresa que factura más de 4 mil millones de euros al año, tiene una isla en Fiyi que le costó 7 millones de libras esterlinas y es el dueño del equipo que va primero en la Bundesliga. Todo gracias a ese viaje a Tailandia.
Pero volvamos al momento en que el bueno de Dietrich estaba en Tailandia. Allí conoció una bebida llamada Krating Daeng, consumida principalmente por boxeadores y camioneros tailandeses para mantener la energía.
La bebida fue desarrollada por Chaleo Yoovidhya, que la bautizó así en honor a los búfalos de agua tailandeses (Krathing). Y todos sabemos que si algo tiene energía en este mundo son los boxeadores, los camioneros y los búfalos de agua tailandeses.
El austríaco y el tailandés fundan Red Bull y adaptan la bebida tailandesa a los gustos occidentales, todo un éxito. El imperio Red Bull tiene una imagen asociada a los deportes de riesgo, incluido el automovilismo.
En la Fórmula 1 posee al Red Bull Racing, fundado en 2005 y un equipo filial llamado Toro Rosso, donde los pilotos jóvenes adquieren experiencia para luego en algunos casos pasar a Red Bull. Pero de un tiempo a esta parte la empresa austríaca comenzó a hacerse un nombre en el mundo del fútbol.
RB Leipzig
Fue en el año 2009 que Red Bull desembarca en el futbol alemán. A esa altura ya eran dueños del Red Bull Salzburg, New York Red Bull, Red Bull Brasil (con sede en Campinas, San Pablo) y Red Bull Ghana (equipo de segunda división que funciona como academia).
Para eso compraron la licencia del SSV Markranstädt, un club de Leipzig que militaba en la quinta división alemana. Comenzó la transformación. Markranstdädt se convirtió en un club rojiblanco (los colores de Red Bull), pero hubo un pequeño inconveniente: en Alemania los equipos de fútbol no pueden llevar por nombre el de una empresa, salvo dos excepciones: Bayer Leverkusen (laboratorios Bayer) y Wolfsburg (Volskwagen).
En respuesta le pusieron por nombre Rassen Ballsport Leipzig y, si de las dos primeras palabras que significan "pasto" y "deporte del balón", usamos solo las iniciales llegamos al RB Leipzig, que muchos lo llaman -por error- Red Bull Leipzig.
El equipo de la ciudad sajona comenzó su camino hacia la Bundesliga. Hace dos temporadas se había quedado en la puerta, en parte por culpa del St Pauli que lo venció en las jornadas finales y lo dejó sin chances de ascenso. Pero la temporada pasada logró meterse en la Bundesliga, solo siete años después de su creación.
Toda la maquinaria de equipos de Red Bull está puesta al servicio del Leipzig. En la plantilla actual hay seis jugadores que provienen de su club hermano de Salzburg, que a su vez recibe jugadores de sus academias en Ghana y Brasil.
El responsable del crecimiento deportivo es Ralf Rangnick, su director deportivo y encargado de conformar la plantilla. La política es clara: se gasta mucho dinero, pero en promesas a futuro, no en jugadores consagrados.
Por ejemplo, pagaron 15 millones por el extremo escocés Oliver Burke de 19 años, la misma cantidad que desembolsaron por Naby Keita del Red Bull Salzburg, y que es la sensación de este comienzo de temporada.
Dietrich Mateschitz desea ver a su RB Leipzig campeón de Alemania antes de que cumpla 80 años. El dueño de Red Bull tiene 73 y su equipo lidera la tabla con tres puntos de ventaja sobre el Bayern Munich. Ya sabemos que el RB Leipzig tiene alas, ahora parece que estaría remontando vuelo.
Dietrich Mateschitz es un austríaco que trabajaba en el área de marketing de Blendax, una compañía alemana de cosméticos. En uno de sus viajes laborales se fue a Tailandia, hablamos de los primeros años de la década del 80.
Ahora Mateschitz posee el 49% de una empresa que factura más de 4 mil millones de euros al año, tiene una isla en Fiyi que le costó 7 millones de libras esterlinas y es el dueño del equipo que va primero en la Bundesliga. Todo gracias a ese viaje a Tailandia.
Pero volvamos al momento en que el bueno de Dietrich estaba en Tailandia. Allí conoció una bebida llamada Krating Daeng, consumida principalmente por boxeadores y camioneros tailandeses para mantener la energía.
La bebida fue desarrollada por Chaleo Yoovidhya, que la bautizó así en honor a los búfalos de agua tailandeses (Krathing). Y todos sabemos que si algo tiene energía en este mundo son los boxeadores, los camioneros y los búfalos de agua tailandeses.
El austríaco y el tailandés fundan Red Bull y adaptan la bebida tailandesa a los gustos occidentales, todo un éxito. El imperio Red Bull tiene una imagen asociada a los deportes de riesgo, incluido el automovilismo.
En la Fórmula 1 posee al Red Bull Racing, fundado en 2005 y un equipo filial llamado Toro Rosso, donde los pilotos jóvenes adquieren experiencia para luego en algunos casos pasar a Red Bull. Pero de un tiempo a esta parte la empresa austríaca comenzó a hacerse un nombre en el mundo del fútbol.
RB Leipzig
Fue en el año 2009 que Red Bull desembarca en el futbol alemán. A esa altura ya eran dueños del Red Bull Salzburg, New York Red Bull, Red Bull Brasil (con sede en Campinas, San Pablo) y Red Bull Ghana (equipo de segunda división que funciona como academia).
Para eso compraron la licencia del SSV Markranstädt, un club de Leipzig que militaba en la quinta división alemana. Comenzó la transformación. Markranstdädt se convirtió en un club rojiblanco (los colores de Red Bull), pero hubo un pequeño inconveniente: en Alemania los equipos de fútbol no pueden llevar por nombre el de una empresa, salvo dos excepciones: Bayer Leverkusen (laboratorios Bayer) y Wolfsburg (Volskwagen).
En respuesta le pusieron por nombre Rassen Ballsport Leipzig y, si de las dos primeras palabras que significan "pasto" y "deporte del balón", usamos solo las iniciales llegamos al RB Leipzig, que muchos lo llaman -por error- Red Bull Leipzig.
El equipo de la ciudad sajona comenzó su camino hacia la Bundesliga. Hace dos temporadas se había quedado en la puerta, en parte por culpa del St Pauli que lo venció en las jornadas finales y lo dejó sin chances de ascenso. Pero la temporada pasada logró meterse en la Bundesliga, solo siete años después de su creación.
Toda la maquinaria de equipos de Red Bull está puesta al servicio del Leipzig. En la plantilla actual hay seis jugadores que provienen de su club hermano de Salzburg, que a su vez recibe jugadores de sus academias en Ghana y Brasil.
El responsable del crecimiento deportivo es Ralf Rangnick, su director deportivo y encargado de conformar la plantilla. La política es clara: se gasta mucho dinero, pero en promesas a futuro, no en jugadores consagrados.
Por ejemplo, pagaron 15 millones por el extremo escocés Oliver Burke de 19 años, la misma cantidad que desembolsaron por Naby Keita del Red Bull Salzburg, y que es la sensación de este comienzo de temporada.
Dietrich Mateschitz desea ver a su RB Leipzig campeón de Alemania antes de que cumpla 80 años. El dueño de Red Bull tiene 73 y su equipo lidera la tabla con tres puntos de ventaja sobre el Bayern Munich. Ya sabemos que el RB Leipzig tiene alas, ahora parece que estaría remontando vuelo.