Aquel lejano oeste

La campaña del peor de la NBA hasta el momento: Dallas Mavericks.

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Una década después de llegar a su primera final de la NBA y a cinco años de aquel anillo de campeón, los Dallas Mavericks viven uno de los peores comienzos de temporada en la historia de la franquicia. Tres victorias en 18 partidos para el que, hasta hace un tiempo, era permanente animador del mejor básquetbol del mundo.

"Si diez años después te vuelvo a encontrar en algún lugar", dice la vieja canción del grupo Los Rodríguez. Los Dallas Mavericks no la bailan, sino que la sufren. Pasaron una decena de temporadas de aquella primera final con derrota frente a Miami Heat y cinco años del único anillo de campeón de la NBA, obtenido en la 2010-2011 frente al mismo rival. Lejos de las marquesinas y luminarias de otros tiempos, en este 2016 el equipo propiedad del excéntrico Mark Cuban está teniendo uno de los peores arranques de temporada en la historia de la franquicia tejana: tan solo tres victorias en dieciocho partidos.

Para colmo de males la mano no varía. En la jornada del miércoles por la noche, el equipo perdió el clásico de Texas ante un disminuido San Antonio Spurs, mientras que el jueves cayó ante los Charlotte Bobcats. Es justo decir también que los Mavericks vienen sufriendo lesiones por doquier y esto ha afectado indudablemente el transcurso de los acontecimientos.

La temporada arrancó con el pie izquierdo para Dallas, que firmó el peor inicio de su historia con un precoz récord de 0 - 5 que de inmediato encendió las luces de alarma. Si bien el año pasado no estuvo ni remotamente cerca de ser el mejor, el equipo se metió en playoffs con el último aliento; de aquel conjunto de jugadores comandados por el entrenador Rick Carlisle (dirige desde 2008 al equipo) hace menos de doce meses, faltan tres piezas fundamentales que se convirtieron en agentes libres a final de temporada.

El pivot Zaza Pachulia se fue a Golden State Warriors, Raymond Felton desembarcó en la ciudad de Los Angeles para defender los colores de los Clippers y el temible tirador Chandler Parsons se sumó al equipo de Memphis Grizzlies. Si bien ninguno de los recién mencionados era estrella, todos aportaban su cuota en el funcionamiento colectivo; Pachulia era vital en la toma de rebotes, mientras que Felton y Parsons aportaban mucho en cuanto a tiro de 3 puntos y juego ofensivo en general.

Han arribado provenientes de Golden State, Andrew Bogut y Harrison Barnes. Mientras que el pivot australiano aún no parece haber encontrado su mejor nivel, Barnes está sacando la cara por el equipo y de esta forma se está transformando en el máximo generador de juego. Goleador con 20.5 puntos de promedio, el ex campeón de la NBA ha pasado de tener un papel muy secundario en un equipo netamente ganador a ser el líder ofensivo de un conjunto que hoy en día tiene el peor récord del campeonato.

Al mismo tiempo, en este 2016 apareció la maldición de las lesiones, que no han permitido al grupo fortalecerse como tal y tampoco dejan encontrar una regularidad en la alineación y, por consiguiente, en el juego. Deron Williams, el puertorriqueño JJ Barea y el alemán Dirk Nowitzki (indiscutible líder espiritual y basquetbolístico), entre otros, han sufrido permanentes problemas físicos y esto genera una merma tanto en el rendimiento como en la experiencia que pueden poner en cancha los Mavericks.

Los Aventureros de Dallas son una franquicia relativamente joven, cuya primer temporada en el mejor básquetbol del mundo data del año 1980, cuando ganaron tan solo 15 partidos de 82. Acostumbrado a las derrotas, en los 90 (desde la 90-91 hasta la 99-00) el equipo jamás se clasificó a la post temporada y tuvo dos campañas calamitosas en las cuales estuvo cerca de batir el récord negativo de Philadelphia 76ers (9-73 en la temporada 72-73); entre los años 1992 y 1994 se perdieron 71 y 69 partidos respectivamente.

Sin embargo, cuando Mark Cuban se convirtió en el nuevo dueño tras pagar 280 millones de dólares, la franquicia tuvo una transformación absoluta. Desde el año 2000 hasta hoy Dallas siempre se ha clasificado a playoffs, exceptuando el torneo 2012-2013. Todo esto incluyendo el inédito título (2011) ya mencionado frente a los Miami Heat; guiados por un Nowitzki en llamas, pero también con jugadores de la talla de Tyson Chandler, Jason Kidd y Jason Terry. O con el boricua Barea (quien hoy sigue en el equipo) y Cory Brewer como revulsivos viniendo del banco.

Por eso luego de conocer las mieles del éxito y codearse mano a mano con los mejores, resulta tristemente novedoso ver a los de Texas en esta posición de último orejón del tarro que hoy les toca ocupar. Habrá que esperar para saber si vuelven a ser el equipo consistente que fueron hasta no hace tanto tiempo. Sin dudas harán falta jugadores sanos, en plenitud física y el granito de arena de todos para disimular los 38 años del gran capitán, a quien cada día que pasa le cuesta más el desequilibrio individual. Cuban, Carlisle y Nowitzki están ante el mayor de los desafíos; reinventarse y refundar aquella sociedad exitosa que en algún momento conoció la gloria.

Un recuerdo de las glorias pasadas