Espantando fantasmas
Cleveland superó una mala racha breve y sigue líder en el Este.
Después de tres derrotas consecutivas y con la palabra crisis acechando, los Cleveland Cavaliers dieron una muestra de autoridad al vencer a domicilio a Toronto Raptors en la lucha por el liderazgo de la Conferencia Este. Para corroborar lo hecho en Canadá, al otro día aplastaron a los Knicks también a domicilio.
Existe una regla no escrita en la NBA y en el deporte de alta competencia. Cuando te convertís en el mejor las exigencias aumentan y cualquier temblor se agranda cinco veces más de lo que es. Una prueba cabal de ello son los Cleveland Cavaliers, campeones la pasada temporada en el mejor básquetbol del mundo, quienes luego de perder tres partidos en fila escucharon en muchos medios de su país la palabra Crisis.
Sin embargo, típico de los equipos ganadores, cuando las papas quemaban derrotaron a Toronto Raptors como visitantes en un match donde se jugaban el liderazgo de conferencia. Con un Lebron James intratable, el campeón vigente piso fuerte en casa ajena y se afirmó como el de mejor récord del Este (15-5), para cortar de esta forma una racha negativa que ya empezaba a hacer barullo. Encima, después de ese triunfo ratificaron la levantada pasando por encima a los New York Knicks, también en condición de vistantes.
Avalada por las palabras del máximo referente de los actuales monarcas, esta vez la prensa no fue la cupable ni la inventora del mal momento. “La luna de miel se ha terminado”, dijo lleno de ira, el Rey Lebron tras la derrota del 2 de diciembre ante los Chicago Bulls en conferencia de prensa; asumiendo claramente que el equipo estaba en otra cosa y remató enfatizando “el año pasado es el año pasado, tras la noche del anillo se acabó”.
Más allá de que el bajón no haya sido prolongado, los Cavs se habían sumergido en un extraño pozo de tres partidos perdidos en forma consecutiva; dos de ellos como visitantes pero ante conjuntos de nivel inferior como Milwaukee Bucks y los mencionados Bulls, mientras que en el restante cayeron ante Los Angeles Clippers, sin dudas uno de los mejores equipos en lo que va de temporada.
En plena tormenta y con el piso moviéndose, Lebrón y compañía tenían que visitar a los Raptors, quienes estaban a solo un partido de distancia y de ganar escalarían a la cima del Este. Allí apareció la pasta del campeón para sacar las castañas del fuego; victoria a domicilio por 116 - 112, con un James encendido. 34 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias fueron la cosecha de la tremenda actuación que tuvo el líder anímico y basquetbolístico del equipo, considerado por muchos el jugador más influyente de la NBA.
Claro que para derrotar a los Raptors, que venían de seis triunfos al hilo, los otros dos integrantes del Big Three tuvieron que aportar su cuota en la faz ofensiva; Kevin Love con 28 unidades y 14 rebotes y Kyrie Irving con 24 y 7 asistencias se transformaron en el complemento perfecto para el Rey Lebrón, llegando entre los tres a la suma de 86 puntos de los 116 convertidos por los Cavs. Esto habla a las claras de la dependencia del trío estelar y del poco aporte del resto de sus compañeros. Por el lado del equipo canadiense, como suele suceder fue el dúo formado por Kyle Lowry y DeMar DeRozan (24 y 31 puntos respectivamente) el que sacó la cara por los segundos de la conferencia este, pero eso no alcanzó para vencer al dueño de la corona y llegar a lo más alto.
Como para ratificar la salida del bache pronunciado en que habían caído, en la noche del miércoles Cleveland vapuleó a los New York Knicks por 124 - 96 en el Madison Square Garden y se consolidó como el tercero de toda la NBA, detrás de Golden State (20-3) y San Antonio (18-5). Le mojaron la oreja al campeón y este reaccionó como suelen reaccionar los grandes; a pura jerarquía y con el enojo funcionando como motor para el despertar. De todos modos a los dirigidos por Tyronn Lue, si nada raro sucede, los espera una batalla ardua con los Toronto Raptors e incluso hay otros, como el sorprendente Boston, que podrían prenderse en la conversación; la temporada es joven aún y hay mucha tela para cortar antes de llegar a ese mundo aparte llamado Playoffs.
Lo mejor de Cavs vs. Raptors
Existe una regla no escrita en la NBA y en el deporte de alta competencia. Cuando te convertís en el mejor las exigencias aumentan y cualquier temblor se agranda cinco veces más de lo que es. Una prueba cabal de ello son los Cleveland Cavaliers, campeones la pasada temporada en el mejor básquetbol del mundo, quienes luego de perder tres partidos en fila escucharon en muchos medios de su país la palabra Crisis.
Sin embargo, típico de los equipos ganadores, cuando las papas quemaban derrotaron a Toronto Raptors como visitantes en un match donde se jugaban el liderazgo de conferencia. Con un Lebron James intratable, el campeón vigente piso fuerte en casa ajena y se afirmó como el de mejor récord del Este (15-5), para cortar de esta forma una racha negativa que ya empezaba a hacer barullo. Encima, después de ese triunfo ratificaron la levantada pasando por encima a los New York Knicks, también en condición de vistantes.
Avalada por las palabras del máximo referente de los actuales monarcas, esta vez la prensa no fue la cupable ni la inventora del mal momento. “La luna de miel se ha terminado”, dijo lleno de ira, el Rey Lebron tras la derrota del 2 de diciembre ante los Chicago Bulls en conferencia de prensa; asumiendo claramente que el equipo estaba en otra cosa y remató enfatizando “el año pasado es el año pasado, tras la noche del anillo se acabó”.
Más allá de que el bajón no haya sido prolongado, los Cavs se habían sumergido en un extraño pozo de tres partidos perdidos en forma consecutiva; dos de ellos como visitantes pero ante conjuntos de nivel inferior como Milwaukee Bucks y los mencionados Bulls, mientras que en el restante cayeron ante Los Angeles Clippers, sin dudas uno de los mejores equipos en lo que va de temporada.
En plena tormenta y con el piso moviéndose, Lebrón y compañía tenían que visitar a los Raptors, quienes estaban a solo un partido de distancia y de ganar escalarían a la cima del Este. Allí apareció la pasta del campeón para sacar las castañas del fuego; victoria a domicilio por 116 - 112, con un James encendido. 34 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias fueron la cosecha de la tremenda actuación que tuvo el líder anímico y basquetbolístico del equipo, considerado por muchos el jugador más influyente de la NBA.
Claro que para derrotar a los Raptors, que venían de seis triunfos al hilo, los otros dos integrantes del Big Three tuvieron que aportar su cuota en la faz ofensiva; Kevin Love con 28 unidades y 14 rebotes y Kyrie Irving con 24 y 7 asistencias se transformaron en el complemento perfecto para el Rey Lebrón, llegando entre los tres a la suma de 86 puntos de los 116 convertidos por los Cavs. Esto habla a las claras de la dependencia del trío estelar y del poco aporte del resto de sus compañeros. Por el lado del equipo canadiense, como suele suceder fue el dúo formado por Kyle Lowry y DeMar DeRozan (24 y 31 puntos respectivamente) el que sacó la cara por los segundos de la conferencia este, pero eso no alcanzó para vencer al dueño de la corona y llegar a lo más alto.
Como para ratificar la salida del bache pronunciado en que habían caído, en la noche del miércoles Cleveland vapuleó a los New York Knicks por 124 - 96 en el Madison Square Garden y se consolidó como el tercero de toda la NBA, detrás de Golden State (20-3) y San Antonio (18-5). Le mojaron la oreja al campeón y este reaccionó como suelen reaccionar los grandes; a pura jerarquía y con el enojo funcionando como motor para el despertar. De todos modos a los dirigidos por Tyronn Lue, si nada raro sucede, los espera una batalla ardua con los Toronto Raptors e incluso hay otros, como el sorprendente Boston, que podrían prenderse en la conversación; la temporada es joven aún y hay mucha tela para cortar antes de llegar a ese mundo aparte llamado Playoffs.
Lo mejor de Cavs vs. Raptors