Volver a ser

Los Celtics se reconstruyen en busca de nuevos años de gloria.

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Boston Celtics busca reencontrarse con los buenos tiempos. Después de la última época dorada vivida de la mano de Doc Rivers y Paul Pierce, el más ganador en la historia de la NBA busca reinventarse. Con un equipo en construcción y liderado por Isaiah Thomas, los de verde intentarán meterse en los playoffs.

Los tiempos cambian dice una de esas máximas tan trillada como real. Lo que hasta ayer era gloria y reconocimiento, hoy se puede transformar en caída estrepitosa. Boston Celtics, el equipo más ganador de la historia con 17 títulos de NBA, es un claro ejemplo de aquellos que buscan la esperanza de un renacer basquetbolero. Ya no están los míticos Larry Bird, ni Bill Russell ni Paul Pierce, y los de la legendaria camiseta verde deben reconstruir una forma de juego que les vuelva a dar una identidad marcada, como para aspirar a retomar el sendero perdido de la victoria.

En la presente temporada 2016-2017, los dirigidos por Brad Stevens aspiran a conseguir un puesto en playoffs y ver si pueden dar algún batacazo más. Ocupan actualmente la quinta posición en la conferencia este con 13 partidos ganados y 12 perdidos, aunque están lidiando con la lesión de Isaiah Thomas, base y figura estelar del equipo.

Después de un ciclo triunfal comandado por Doc Rivers que dio frutos tales como un campeonato (2008) y un subcampeonato (2010), es sabido que desde el 2013 en adelante, la franquicia está llevando a cabo un proceso de metamorfosis, un intento de refundación que no será fácil ni mucho menos. Nada queda de aquel todopoderoso Big Three de la década anterior integrado por Paul Pierce, Kevin Garnett y Ray Allen, secundados magistralmente por el genial Rajon Rondo, el rey de la asistencia.

Ahora la mano viene cambiada y el éxito ya no es sinónimo de Celtics. Este año, liderados por Thomas (goleador con 26 puntos por partido) y con actores protagónicos como Avery Bradley (dominador en la pintura con 7,6 rebotes por match) el dominicano Al Horford o el joven Marcus Smart los de Boston atraviesan una temporada con altibajos pronunciados; tres partidos perdidos (el último ante los Spurs la noche del miércoles) en forma consecutiva es la última referencia de una campaña que parece un electrocardiograma.

Titánica será la lucha para meterse en la post temporada, ya que a la fecha de hoy los Celtics tienen a cuatro rivales pisándoles los talones; Detroit Pistons, Indiana Pacers, Atlanta Hawks y Milwaukee Bucks están todos muy cerquita a tan solo un partido de distancia. De todos modos, para consolidarse en los puestos de vanguardia en la conferencia Este y aspirar a más en un futuro inmediato, deberán recuperar cuanto antes al ya mencionado Isaiah Thomas, quien jugó por última vez el 5 de diciembre en la derrota frente a los Houston Rockets debido a una lesión en la ingle. Al parecer, el talentoso conductor estrella ya está recuperado de su dolencia y volverá a manejar los hilos del equipo este viernes 16 cuando los del estado de Massachusetts reciban a Charlotte Hornets.

Cómo olvidar aquellos clásicos de los años ochenta entre los Celtics de Larry y los Lakers de Magic. Como no pispear los libros de historia y toparnos con aquella dinastía liderada por Bill Russell que ganó nueve de diez torneos en la década del sesenta. 17 anillos de campeón y 21 títulos de conferencia certifican el brillante recorrido de un equipo que conoce de memoria el sabor del triunfo. Hoy los pingos son otros y los objetivos muy distintos.

Veremos si esa infinita tradición y una aureola ganadora generada a lo largo de tanto tiempo logran empujar a los de camiseta verde y blanca hacia un porvenir medianamente alentador que les permita ser competitivos y dar alguna que otra sorpresa. Para ello habrá que reinventarse y buscar la forma de soltar las amarras del pasado para concentrarse en la materia prima del presente. Dejar a un costado la nostalgia y confiar en la construcción de un equipo sólido que disimule la falta de nombres rutilantes.