En la ciudad de Shanghai, China, se disputó la segunda fecha del campeonato mundial de Fórmula 1. Esta carrera vino precedida de un espectáculo un poco aburrido en Australia, pero que nos dejó a un piloto no Mercedes liderando el campeonato por primera vez desde el 2013. En esa ocasión coincidía el responsable, pero en aquel momento se encontraba en Red Bull: hablamos de Sebastian Vettel.

El fin de semana empezaba enrarecido debido a que las prácticas libres 1 y 2 de los viernes prácticamente no se pudieron realizar. La primera permitió girar apenas a 14 pilotos de los 20 que integran la grilla, pero con resultados que no habilitaban a realizar mayores evaluaciones.

La segunda práctica directamente no se pudo realizar. En ambos casos el problema fue el estado del tiempo que no permitía que el helicóptero médico pudiera despegar, requisito de seguridad excluyente para realizar cualquier actividad de pista.

El sábado la situación climática cambió, sumado a que se tomaron previsiones desde el punto de vista sanitario, equipando mejor otro centro médico más cercano y al que se podía acceder rápidamente en ambulancia. Esto aseguró la realización de las prueba libre 3 y la clasificación.

En esta última, y por segunda vez en el año, se repetían las dos primeras filas de largada: Hamilton, Vettel, Bottas y Räikkönen. El tiempo de Hamilton destrozó el récord del circuito instalado por Michael Schumacher en 2004 en cerca de medio segundo (1:31.768 contra 1:32.238).

Lo increíble de esta tanda fue la diferencia entre Vettel y Bottas, que fue de una milésima de segundo. El centro de estudios estadísticos de PDA indican que esta diferencia es equivalente, en distancia física, a aproximadamente 5,9 centímetros. Algo así como lo que dice Bottas en la conferencia de prensa.



La carrera propiamente dicha nos dejó todas las emociones que a Australia le faltaron. Ya desde la largada pudimos ver una gran remontada de Max Verstappen, quien no había logrado clasificar siquiera entre los primeros 15 por un problema de software en su motor Tag Heuer, pasando desde la posición 16 hasta la 7 en una vuelta. Esto en una pista que se encontraba un poco húmeda, condiciones que hicieron que casi todos los pilotos optaran por comenzar con neumáticos intermedios.

Unas vueltas más adelante, exactamente en la 4, Antonio Giovinazzi tuvo un accidente en plena recta que hizo que saliera el safety car, momento en que casi todos los pilotos aprovecharan y cambiaran por neumáticos de piso seco.

En su objetivo de poner los neumáticos en temperatura luego de su parada, Bottas realiza un trompo que lo deja en la posición 12. Vettel, quien había parado durante un virtual safety car desplegado por un accidente entre Stroll y Pérez, estaba sexto.

El piloto alemán de Ferrari, desde ese punto, comenzó a batallar y luego de superar brillantemente tanto a Räikkönen como a Ricciardo, a este último con un movimiento espectacular por fuera, logra consolidarse en la segunda posición.

Ya a partir de la segunda mitad de la carrera tanto Hamilton como Vettel se despegan del resto dejando prácticamente la carrera definida. El británico logra su primera victoria de la temporada y deja el campeonato con una punta compartida con el alemán. El campeonato de constructores lo pasó a liderar Mercedes, apenas un punto por encima de Ferrari (66 a 65).

La próxima fecha será en 7 días cuando Bahrein reciba a la Fórmula 1.