Este año no
Cleveland le dijo que no a Boston y lidera la Conferencia Este.
Paliza de Cleveland a Boston como visitante y victoria fundamental en la lucha por el número uno del Este. Después de un mes de marzo nefasto y ya con Kevin Love recuperado de su lesión, el vigente campeón parece estar calentando motores con los playoffs a la vuelta de la esquina.
No subestimes el orgullo de un campeón herido. La máxima es vieja y le calza como anillo al dedo a los Cleveland Cavaliers (51-27) en esta previa de los playoffs. En la noche del miércoles, los actuales campeones de la NBA aplastaron a Boston Celtics (50-28) por 114 - 91 jugando como visitantes, y además de quitarle momentáneamente el número uno de la Conferencia Este, le dio un baño de realidad al 17 veces campeón, que se ha transformado con méritos de sobra en la revelación de este 2016-2017.
La temporada regular está llegando a su fin y se vienen las de a peso; la impiadosa post temporada, la que no perdona el error y te manda a casa a la primera de cambio. Es allí donde los dirigidos por Tyronn Lue la saben lunga y se sienten como pez en el agua debido a la experiencia acumulada a lo largo de estos años posteriores al regreso de Lebron James.
Durante la velada en la que se discutía ni más ni menos que la primera posición de conferencia, en una de aquellas pruebas que marcan a fuego, Cleveland Cavaliers le demostró a su rival directo por la cima que aún tiene un largo camino por recorrer. A la hora señalada, en un encuentro que puede marcar mucho más que un anecdótico resultado, los Cavs pisaron fuerte en rodeo ajeno y sacaron de la cancha a los Celtics, en un trámite que tuvo cierta paridad en el primer cuarto y se quebró definitivamente en el segundo. Una amplia ventaja de 16 puntos cuando fueron al descanso largo selló la suerte de un duelo tan esperado como desilusionante para el conjunto locatario.
El defensor del título tuvo una tarea colectiva brillante y un ejemplo de ello es que los cinco jugadores titulares terminaron con diez o más puntos anotados; dato que habla a las claras de un nivel sumamente parejo, donde el que se destacó por encima de la media fue el enorme Lebron James, quien culminó el match con 36 puntos y 10 rebotes. Más allá de este triunfo amplio y rotundo, el equipo no puede ni pestañear, ya que su escolta está a tan solo un juego de distancia y aún restan cuatro partidos de temporada regular; el itinerario consiste en dos enfrentamientos ante Atlanta Hawks (uno de local y otro de visita), luego habrá que viajar a Miami para verse las caras frente al Heat y finalmente cerrar la campaña de 82 partidos en casa, ante Toronto Raptors.
Después de un mes de marzo para el olvido, en el que perdió 10 de 17, Cleveland parece estar volviendo a su mejor nivel y ha hilvanado cuatro victorias en fila cuando se viene la hora de la verdad. Para colmo de bienes, Kevin Love ha retomado su ritmo basquetbolísitico, tras la lesión de rodilla (operación incluída) que lo tuvo más de un mes alejado de las canchas.
Es un hecho que si Lebrón, Irving y compañía tienen aspiraciones de repetir el anillo, deberán tener la compañía indispensable del número 0 en perfecto estado de salud, de cara a unos playoffs que pintan más exigentes que los anteriores respecto a potenciales rivales. Boston deberá apostar a que Isaiah Thomas sostenga el nivel exhibido y no sentir la falta de experiencia de un equipo joven en este tipo de instancias. La paliza basquetbolera de este miércoles deberá servir como una nueva lección aprendida en este paulatino proceso de aprendizaje en busca de la gloria que los Cavalliers ya conocen.
No subestimes el orgullo de un campeón herido. La máxima es vieja y le calza como anillo al dedo a los Cleveland Cavaliers (51-27) en esta previa de los playoffs. En la noche del miércoles, los actuales campeones de la NBA aplastaron a Boston Celtics (50-28) por 114 - 91 jugando como visitantes, y además de quitarle momentáneamente el número uno de la Conferencia Este, le dio un baño de realidad al 17 veces campeón, que se ha transformado con méritos de sobra en la revelación de este 2016-2017.
La temporada regular está llegando a su fin y se vienen las de a peso; la impiadosa post temporada, la que no perdona el error y te manda a casa a la primera de cambio. Es allí donde los dirigidos por Tyronn Lue la saben lunga y se sienten como pez en el agua debido a la experiencia acumulada a lo largo de estos años posteriores al regreso de Lebron James.
Durante la velada en la que se discutía ni más ni menos que la primera posición de conferencia, en una de aquellas pruebas que marcan a fuego, Cleveland Cavaliers le demostró a su rival directo por la cima que aún tiene un largo camino por recorrer. A la hora señalada, en un encuentro que puede marcar mucho más que un anecdótico resultado, los Cavs pisaron fuerte en rodeo ajeno y sacaron de la cancha a los Celtics, en un trámite que tuvo cierta paridad en el primer cuarto y se quebró definitivamente en el segundo. Una amplia ventaja de 16 puntos cuando fueron al descanso largo selló la suerte de un duelo tan esperado como desilusionante para el conjunto locatario.
El defensor del título tuvo una tarea colectiva brillante y un ejemplo de ello es que los cinco jugadores titulares terminaron con diez o más puntos anotados; dato que habla a las claras de un nivel sumamente parejo, donde el que se destacó por encima de la media fue el enorme Lebron James, quien culminó el match con 36 puntos y 10 rebotes. Más allá de este triunfo amplio y rotundo, el equipo no puede ni pestañear, ya que su escolta está a tan solo un juego de distancia y aún restan cuatro partidos de temporada regular; el itinerario consiste en dos enfrentamientos ante Atlanta Hawks (uno de local y otro de visita), luego habrá que viajar a Miami para verse las caras frente al Heat y finalmente cerrar la campaña de 82 partidos en casa, ante Toronto Raptors.
Después de un mes de marzo para el olvido, en el que perdió 10 de 17, Cleveland parece estar volviendo a su mejor nivel y ha hilvanado cuatro victorias en fila cuando se viene la hora de la verdad. Para colmo de bienes, Kevin Love ha retomado su ritmo basquetbolísitico, tras la lesión de rodilla (operación incluída) que lo tuvo más de un mes alejado de las canchas.
Es un hecho que si Lebrón, Irving y compañía tienen aspiraciones de repetir el anillo, deberán tener la compañía indispensable del número 0 en perfecto estado de salud, de cara a unos playoffs que pintan más exigentes que los anteriores respecto a potenciales rivales. Boston deberá apostar a que Isaiah Thomas sostenga el nivel exhibido y no sentir la falta de experiencia de un equipo joven en este tipo de instancias. La paliza basquetbolera de este miércoles deberá servir como una nueva lección aprendida en este paulatino proceso de aprendizaje en busca de la gloria que los Cavalliers ya conocen.