Dulce hogar
Tsonga y Wawrinka se consagraron en sus países antes de Roland Garros.
Tsonga fue campeón en Lyon, antes de llegar a Roland Garros. Foto: Clive Brunskill/Getty Images
Semana de consagración para los locales en la itinerante travesía de la ATP. Jo Wilfired Tsonga y Stanislas Wawrinka se coronaron en Lyon y Ginebra respectivamente y llegan con renovada dosis de confianza al segundo grand slam del año. Ambos necesitaban rodaje de cara a la cita parisina. El francés derrotó a Tomas Berdych en sets corridos, mientras que el suizo vino de atrás y dio vuelta la historia ante el alemán Mischa Zverev, defendiendo con éxito el título obtenido el año pasado.
Después de una inactividad obligada debido a una lesión en el hombro derecho (no participó en los Masters 1000 de Madrid y Roma), Tsonga despachó a su oponente checo en la final de Lyon con parciales de 7-6(2), 7-5 y a los 32 años obtuvo el primer título sobre polvo de ladrillo de su extensa carrera. En un match sumamente equilibrado, el nacido en Le Mans se apoyó en un servicio impenetrable que lo encaminó a quedarse con el campeonato número 15 de una riquísima trayectoria profesional.
Con un contundente 93% de puntos ganados con su primer saque (39 de 42), el “Alí” del tenis no permitió quiebres en todo el partido y eso fue vital para lograr su tercer trofeo del año (Marsella y Rotterdam los otros dos). El carismático francés se siente muy cómodo jugando como locatario; esta fue la octava ocasión (más de la mitad de sus títulos totales) en que el actual número 13 del ranking gritó campeón jugando con el aliento de su público.
Wawrinka tuvo que sudar más para el desenlace triunfal, pero al final su mayor jerarquía se impuso ante el mayor de los Zverev; 4-6, 6-3, 6-3 el resultado final de una batalla de dos horas y veinte minutos que culminó con la primera copa en lo que va de temporada levantada por “Stan The Man”.
Luego de sufrir eliminaciones prematuras en Montecarlo, Madrid y Roma (en ninguno pasó la barrera de los octavos de final), el dueño del revés más lindo necesitaba imperiosamente horas en cancha y victorias que le permitiesen reconstruir algo del autoestima que lo llevó a ser tres veces ganador de los torneos más grandes (Australia 2014, Roland Garros 2015 y Us Open 2016).
En el momento justo, Wawrinka pisó fuerte en su patria y desempolvó las credenciales de candidato. En el partido definitorio arrancó torcido ante el vistoso juego de saque y volea de Zverev, jugador Old Fashion que se llevó el primer set. Apelando a su potente juego de fondo, el tres del mundo reaccionó, salvando tres oportunidades de break en el primer juego del segundo parcial; momento de quiebre para el encuentro que luego de dicha circunstancia tuvo un único protagonista.
A pesar de solo haber quebrado en 5 de las 18 posibilidades que tuvo, el nacido en Lausanna aprovechó aquel impacto sicológico y se convirtió en dueño y señor de la escena hasta el final. El suizo terminó ganando 14 puntos más que el alemán (100 a 86) y obtuvo el título número 16 de su historial.
Después de una inactividad obligada debido a una lesión en el hombro derecho (no participó en los Masters 1000 de Madrid y Roma), Tsonga despachó a su oponente checo en la final de Lyon con parciales de 7-6(2), 7-5 y a los 32 años obtuvo el primer título sobre polvo de ladrillo de su extensa carrera. En un match sumamente equilibrado, el nacido en Le Mans se apoyó en un servicio impenetrable que lo encaminó a quedarse con el campeonato número 15 de una riquísima trayectoria profesional.
Con un contundente 93% de puntos ganados con su primer saque (39 de 42), el “Alí” del tenis no permitió quiebres en todo el partido y eso fue vital para lograr su tercer trofeo del año (Marsella y Rotterdam los otros dos). El carismático francés se siente muy cómodo jugando como locatario; esta fue la octava ocasión (más de la mitad de sus títulos totales) en que el actual número 13 del ranking gritó campeón jugando con el aliento de su público.
Wawrinka tuvo que sudar más para el desenlace triunfal, pero al final su mayor jerarquía se impuso ante el mayor de los Zverev; 4-6, 6-3, 6-3 el resultado final de una batalla de dos horas y veinte minutos que culminó con la primera copa en lo que va de temporada levantada por “Stan The Man”.
Luego de sufrir eliminaciones prematuras en Montecarlo, Madrid y Roma (en ninguno pasó la barrera de los octavos de final), el dueño del revés más lindo necesitaba imperiosamente horas en cancha y victorias que le permitiesen reconstruir algo del autoestima que lo llevó a ser tres veces ganador de los torneos más grandes (Australia 2014, Roland Garros 2015 y Us Open 2016).
En el momento justo, Wawrinka pisó fuerte en su patria y desempolvó las credenciales de candidato. En el partido definitorio arrancó torcido ante el vistoso juego de saque y volea de Zverev, jugador Old Fashion que se llevó el primer set. Apelando a su potente juego de fondo, el tres del mundo reaccionó, salvando tres oportunidades de break en el primer juego del segundo parcial; momento de quiebre para el encuentro que luego de dicha circunstancia tuvo un único protagonista.
A pesar de solo haber quebrado en 5 de las 18 posibilidades que tuvo, el nacido en Lausanna aprovechó aquel impacto sicológico y se convirtió en dueño y señor de la escena hasta el final. El suizo terminó ganando 14 puntos más que el alemán (100 a 86) y obtuvo el título número 16 de su historial.