El primer trabajador
Si se trata de ladrillo, Nadal sabe hacer su trabajo como nadie.
1º de mayo. Día del trabajador. En el tenis, más allá de gustos y preferencias, todos podemos coincidir en que no existe un obrero más obrero que Rafael Nadal a la hora de salir a la cancha y laburar los partidos. Su juego tenaz y perseverante se está volviendo a imponer en la arcilla que tanto ama; este domingo, el gran Rafa se adjudicó el torneo de Conde de Godó por décima vez en su extensa carrera, tras vencer al austríaco Dominic Thiem en sets corridos y sigue gritándole al mundo con hechos que es el favorito casi absoluto para ganar Roland Garros esta temporada. 6-4, 6-1 fue el resultado final que refleja la superioridad abrumadora del número cinco del mundo sobre el pobre austríaco, quien luchó durante una hora y media pero nada pudo hacer ante la contundencia del rey del polvo.
Tal como viene ocurriendo en todo este 2017, el ex número uno del ranking estuvo extremadamente sólido con el servicio; tan solo dio un opción de quiebre en el primer juego del partido (la cual salvó) y nunca más vio su saque amenazado. Este es el segundo título consecutivo que gana el español (se consagró la semana pasada en Montecarlo) y, de esta manera, estiró su racha triunfal a 10 partidos seguidos ganando.
A través del camino hacia su campeonato número 51 sobre polvo de ladrillo y antes de la definición ante el joven talento austríaco, el dirigido por Carlos Moya no tuvo demasiados obstáculos que le hayan complicado la existencia; derrotó a Rogerio Dutra Silva, Kevin Anderson, Hyeon Chung y Horacio Zeballos respectivamente sin siquiera ceder un solo set. Solidez, regularidad y golpes picantes, conforman la receta infalible del mejor jugador de la historia sobre tierra.
Otro dato que resulta escalofriante y habla a las claras de la supremacía ejercida por Nadal en Catalunya a lo largo de los últimos años es que en las diez finales disputadas, el mallorquín solo perdió un parcial y para encontrar el mismo hay que remontarse al año 2008 frente a su compatriota David Ferrer.
¿Quién puede pelearle a Rafa el trono en Paris? Con Andy Murray recuperándose de problemas físicos, Novak Djokovic atravesando una crisis mental difícil de comprender y Roger Federer tomando un prolongado descanso después de un comienzo de año tan feliz como agotador, la respuesta no aparece clara ni se vislumbra en el horizonte. Stan Wawrinka es un peligro andante y mucho más cuando llega la hora de los torneos grandes; sin embargo, sus últimos resultados no son los mejores y el nivel de juego exhibido está lejos de ser el mejor. El propio Thiem y Kei Nishikori son otros aspirantes a dar la sorpresa; sin embargo, el europeo parece estar un poco verde para dar el salto cualitativo que significaría ganar un grand slam, mientras que al japonés no lo dejan en paz las lesiones.
Así dadas las cosas, el zurdo de Manacor parece tener el panorama despejado para alzarse una vez más con la Copa de los Mosqueteros y completar la decena de títulos en Roland Garros, su eterna segunda casa.
Tal como viene ocurriendo en todo este 2017, el ex número uno del ranking estuvo extremadamente sólido con el servicio; tan solo dio un opción de quiebre en el primer juego del partido (la cual salvó) y nunca más vio su saque amenazado. Este es el segundo título consecutivo que gana el español (se consagró la semana pasada en Montecarlo) y, de esta manera, estiró su racha triunfal a 10 partidos seguidos ganando.
A través del camino hacia su campeonato número 51 sobre polvo de ladrillo y antes de la definición ante el joven talento austríaco, el dirigido por Carlos Moya no tuvo demasiados obstáculos que le hayan complicado la existencia; derrotó a Rogerio Dutra Silva, Kevin Anderson, Hyeon Chung y Horacio Zeballos respectivamente sin siquiera ceder un solo set. Solidez, regularidad y golpes picantes, conforman la receta infalible del mejor jugador de la historia sobre tierra.
Otro dato que resulta escalofriante y habla a las claras de la supremacía ejercida por Nadal en Catalunya a lo largo de los últimos años es que en las diez finales disputadas, el mallorquín solo perdió un parcial y para encontrar el mismo hay que remontarse al año 2008 frente a su compatriota David Ferrer.
¿Quién puede pelearle a Rafa el trono en Paris? Con Andy Murray recuperándose de problemas físicos, Novak Djokovic atravesando una crisis mental difícil de comprender y Roger Federer tomando un prolongado descanso después de un comienzo de año tan feliz como agotador, la respuesta no aparece clara ni se vislumbra en el horizonte. Stan Wawrinka es un peligro andante y mucho más cuando llega la hora de los torneos grandes; sin embargo, sus últimos resultados no son los mejores y el nivel de juego exhibido está lejos de ser el mejor. El propio Thiem y Kei Nishikori son otros aspirantes a dar la sorpresa; sin embargo, el europeo parece estar un poco verde para dar el salto cualitativo que significaría ganar un grand slam, mientras que al japonés no lo dejan en paz las lesiones.
Así dadas las cosas, el zurdo de Manacor parece tener el panorama despejado para alzarse una vez más con la Copa de los Mosqueteros y completar la decena de títulos en Roland Garros, su eterna segunda casa.