Mañana, puede esperar

La vieja guardia domina el tenis masculino y todavía no deja paso a las nuevas generaciones.

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Foto: piodeportes.com
Experiencia, divino tesoro. La frase retumba sobre las canchas en este 2017 hecho a medida de los que sobreviven al tiempo. Aquellos a quienes algún desprevenido podría acusar de estar pasados de moda. El ranking mundial de la ATP nos muestra que los cinco mejores del mundo son señores treintañeros: Andy Murray (30), Rafael Nadal (31), Roger Federer (36), Stanislas Wawrinka (33) y Novak Djokovic (30).
 
Desde el 2005 en adelante, se disputaron 51 torneos de Grand Slam, de los cuales solo tres no fueron conquistados por los players antes mencionados (Del Potro, Safín y Cilic los intrusos). Un dato elocuente que refleja el perdurar de los hoy mal llamados veteranos. Pero el aroma a estilo vintage que se respira en el mundo de las raquetas no se reduce a una elite fuera de serie. 23 de los mejores 50 del planeta cargan con treinta o más primaveras sobre el lomo.
 
Transcurrida más de la mitad del año calendario, se han puesto en juego 49 títulos. Los menores de 25 años de edad ganaron once de esos trofeos, aquellos que tienen entre 25 y 29 obtuvieron tan solo diez, mientras los que tienen 30 o más han acaparado los restantes veintiocho.
 
Sobrados ejemplos hay de viejitos piolas recorriendo con éxito el circuito en estos siete meses. Los zurdos Gilles Muller (34) y Feliciano López (35) pasaron el mejor cuarto de hora de sus vidas profesionales en cuanto a resultados. El luxemburgués ganó los dos únicos torneos de su vasta trayectoria (Sidney y Hertogenbosch, además de tener su mejor actuación en grand slam en Wimbledon, tras arribar a los cuartos de final) y Feli levantó el trofeo más importante de su carrera en el tradicional pasto de Queens.
 
Jo Wilfried Tsonga o John Isner, ambos de 32 pirulos y extenso recorrido en el tour, también han sido campeones múltiples. El francés se consagró en Rotterdam, Marsella y Lyon, mientras que el norteamericano gritó campeón como locatario en Atlanta y Newport. Nombres ilustres y de los otros conforman esta nómina de inoxidables victoriosos durante este período. David Ferrer (35), Philipp Kohlschreiber (33), Victor Estrella (37) o Steve Johnson (34), entre tantos.
  
Hablando del porvenir, hay dos excepciones que confirman la regla de este imperio old fashion. Alexander Zverev (20 años y cinco títulos) y Dominc Thiem (23 y ocho)  son realidades con pasta de campeón. Aunque les falte dar el zarpazo en los certámenes más prestigiosos, donde se escribe la historia grande, son los números siete y ocho del ranking. Tanto el austríaco como el alemán son las grandes esperanzas para tapar, en cierta medida, el hueco que dejarán los cracks actuales. Kyrgios, Kachanov y Pouille encabezan una extensa lista de talentosos que aún están lejos de la madurez.
 
La batalla por el número uno sigue consolidando esta era intimidante para los purretes que asoman. Roger y Rafa, fieles representantes de una especie obstinada en resistirse a las agujas del reloj, llegan a la recta final con mucha ventaja sobre el resto. Se han repartido calidad y cantidad en los últimos tiempos; ganadores de los tres campeonatos grandes (Australia y Wimbledon para el suizo, Roland Garros para el español) y coronados en cuatro de cinco Masters 1000 (Indian Wells y Miami para el diestro, Montecarlo y Madrid para el zurdo), son máximos exponentes de esta apología de lo retro que acecha los courts del planeta. El mañana puede esperar.