"No le hago asco a nada"
Entrevista con Manuel Leindekar, el rugbier profesional más joven de Uruguay.
En los próximos días comenzará a disputarse el Mundial Juvenil B de rugby. Será en Uruguay y hay un solo cupo de ascenso al Mundial Juvenil A. Para conseguirlo, Los Teritos lo tienen bien claro: "Hay que ganar todos los partidos".
Una de las figuras de Los Teritos en Manuel Leindekar, quien también frecuenta ya la selección mayor, y que desde fines del año pasado milita en el Oyonnax, uno de los clubes más importantes de Francia, siendo el jugador profesional más joven en la historia de nuestro rugby.
Mide más de 2 metros, de chico tuvo que darle una oportunidad al básquetbol, pero se quedó con el deporte de la ovalada. "El rugby me dio un millón de amigos", argumenta sin arrepentimiento.
En entrevista con PDA Radio, Leindekar contó de sus inicios y dio detalles de su experiencia europea. "Lo que me cambió más fue el nivel de contacto, la dureza del uno contra uno", asegura, a sabiendas que dejó "mil y una cosas, pero para hacer lo que me gusta, ganar en experiencia y en juego".
Está lejos de su familia, de sus amigos y no tiene muchos compañeros que hablen español. Además sufre un invierno crudo de temperatura bajo cero. "Pero yo no le hago asco a nada", sostiene el nuevo habitante de un pueblo que, según él, "vive del rugby".
Manuel ya jugó un Mundial Juvenil, dando ventaja de edad hace un par de años. "Ahí me di cuenta lo que era la alta competencia y que podía ser un potencial jugador de rugby", confiesa.
Mirá la entrevista completa acá:
O, si querés, escuchala:
Una de las figuras de Los Teritos en Manuel Leindekar, quien también frecuenta ya la selección mayor, y que desde fines del año pasado milita en el Oyonnax, uno de los clubes más importantes de Francia, siendo el jugador profesional más joven en la historia de nuestro rugby.
Mide más de 2 metros, de chico tuvo que darle una oportunidad al básquetbol, pero se quedó con el deporte de la ovalada. "El rugby me dio un millón de amigos", argumenta sin arrepentimiento.
En entrevista con PDA Radio, Leindekar contó de sus inicios y dio detalles de su experiencia europea. "Lo que me cambió más fue el nivel de contacto, la dureza del uno contra uno", asegura, a sabiendas que dejó "mil y una cosas, pero para hacer lo que me gusta, ganar en experiencia y en juego".
Está lejos de su familia, de sus amigos y no tiene muchos compañeros que hablen español. Además sufre un invierno crudo de temperatura bajo cero. "Pero yo no le hago asco a nada", sostiene el nuevo habitante de un pueblo que, según él, "vive del rugby".
Manuel ya jugó un Mundial Juvenil, dando ventaja de edad hace un par de años. "Ahí me di cuenta lo que era la alta competencia y que podía ser un potencial jugador de rugby", confiesa.
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