No te duermas

Hay mucho tenis para ver en la ciudad que nunca duerme. Nueva York ya recibe el US Open y repasamos a los favoritos.

usopen17.jpg
Este lunes arranca el Us Open y junto a él, muchos sueños de coronarse en la ciudad que nunca duerme. Esta edición número 137 pondrá en juego 50.400.000 dólares de premios totales, 2000 puntos para los ganadores del título y, sobre todo, el prestigio de consagrarse en Nueva York. 

Flushing Meadows permanece fiel a su vieja costumbre, cultivada desde 1978 cuando el torneo se jugó por primera vez en el USTA National Tennis Center (llamado Billie Jean King desde 2006), de ser ese lugar en el mundo donde el público exterioriza sentimientos y participa del juego sin tabúes. Piedra en el zapato de los que defienden las tradiciones más conservadoras del denominado deporte blanco, la gran manzana vuelve a tornarse epicentro entre el 28 de agosto y el 10 de setiembre cuando vestimentas coloridas y ruido ensordecedor ganen la escena.   

Dueño de una historia llena de peculiaridades, el Abierto de los Estados Unidos ha transitado por tres superficies diferentes: césped de 1881 a 1974, polvo de ladrillo de 1975 a 1977 y canchas duras desde 1978 hasta la actualidad. El origen fue en Newport (1881) y el nombre era Us National Singles Championship. Seis años más tarde participaron mujeres por primera vez, pero en Filadelfia. Transcurría 1968 cuando los cinco eventos (singles masculinos y femenino, dobles femeninos, masculinos y mixtos) se unificaron en Forrest Hills y el certamen se instaló en suelo neoyorquino.

Otra singularidad radica en ser el único campeonato mayor que define con tie break el quinto set. Mientras en Australia, Francia e Inglaterra el parcial definitivo puede ser eterno, en el norte de Queens se han desafiado los cánones sagrados, resguardando el físico de los players.

Máximos vencedores de la era abierta (1968 hasta hoy) en la rama masculina son el suizo Roger Federer y los locales Jimmy Connors y Pete Sampras con cinco títulos. Por el lado de las damas, Serena Williams y Chris Evert (también estadounidenses), han sido las más laureadas, levantando el trofeo en seis oportunidades.     

Hablando de mujeres, con la ausencia de Serena por maternidad, la WTA tiene su reinado vacante y niguna parece lista para ocupar el trono. La venezolana nacionalizada española Garbiñe Muguruza llega como favorita luego de sus consagraciones en Wimbledon y Cincinnati, pero tendrá rivales de fuste como Simona Halep, Angelique Kerber (campeona defensora) o Karolina Pliskova, actual líder del ranking.

En el cuadro de varones, faltarán cinco de los diez mejores del mundo:  Djokovic, Murray, Wawrinka (último ganador), Raonic y Nishikori integran la lista de ausencias estelares. Candidato y pico será Alexander Zverev, comandante en jefe de la nueva generación, quien viene de triunfos consecutivos en Washington y Montreal. Otros que van tras la gloria son Grigor Dimitrov (rey en Cincinnati) y Nick Kyrgios. Sin embargo, los dos que se llevan titulares y flashes son figuritas repetidas de la última década.         

Rafa y Roger protagonizarán un nuevo capítulo en la lucha por el número uno y el estadio Arthur Ashe podría ser testigo de la enésima batalla en semifinales (único grand slam en el que no se han enfrentado). No hay escenario mejor para semejante thriller de suspenso, ni un clima que se adecue más a la historia de las leyendas en cuestión. Mientras la garra española acumula 7365 puntos en la carrera hacia Londres, el maestro suizo persigue de cerca con 7145 y aún queda mucha tela por cortar. Un condimento más para asistir a este ritual anual de pasión desbordante que promete días soleados y noches mágicas. Luz, cámara y acción para una metrópolis en llamas.