Brillando en la sombra
Teddy Riner obtuvo su noveno campeonato mundial consecutivo de judo.
Teddy Riner
El hombre del momento no se llama Messi, ni Lebron, ni Roger. Pesa 131 kilogramos, mide 2 metros 3 centímetros y carece de la popularidad brindada por aquellos deportes que se difunden masivamente. Teddy Riner obtuvo su noveno campeonato mundial de judo consecutivo y sigue agigantando su leyenda, la cual ha excedido el tradicional ambiente de su arte marcial.
Para tomar real dimensión de este francés nacido en Les Abymes, que compite en la categoría de +100 kilos, lleva 134 combates ganados en forma ininterrumpida y su última derrota data del 13 de setiembre de 2010 ante el japonés Daiki Kamikawa. La ciudad de Budapest fue escenario de esta nueva hazaña de piel morena e infinito fuego sagrado; por si hacía falta algo más para consolidarlo dentro del selectísimo grupo en el que convivirán eternamente los mejores deportistas de la historia.
Para tomar real dimensión de este francés nacido en Les Abymes, que compite en la categoría de +100 kilos, lleva 134 combates ganados en forma ininterrumpida y su última derrota data del 13 de setiembre de 2010 ante el japonés Daiki Kamikawa. La ciudad de Budapest fue escenario de esta nueva hazaña de piel morena e infinito fuego sagrado; por si hacía falta algo más para consolidarlo dentro del selectísimo grupo en el que convivirán eternamente los mejores deportistas de la historia.
201 triunfos y 9 caídas es hasta ahora el récord de su carrera gloriosa; la cifra representa un escalofriante 95% de luchas en las que este verdadero mito viviente se terminó imponiendo. Con tan solo 28 años de edad aún tiene mucho camino por recorrer en los tatamis (equivalente al ring del boxeo) y posee el mérito indiscutible de haber llevado esta disciplina de origen japonés a las primeras planas de los diarios en todo el universo, especialmente en el país de la marsellesa, donde es tratado como una estrella de rock.
Si hasta el propio presidente Emmanuel Macron lo elevó al pedestal de la inmortalidad: “!Bravo Teddy Riner! Nueve títulos mundiales, siete años sin derrotas, y tantos récords. Eres una leyenda del judo y del deporte”, dijo el primer mandatario vía Twitter, entre tantos mensajes de reverencia ante el perdurar inoxidable del Oso Teddy, como lo apodan en su tierra.
Además de sus conquistas universales, tiene en su haber dos medallas de oro olímpicas en Londres y Río de Janeiro, a las que debemos sumar un bronce en Beijing cuando era un purrete de diecinueve abriles. Cinco campeonatos europeos, doce primeros puestos en eventos del IJF World Tour (Grand Prix, Grand Slam o Masters) y dos mundiales juniors son parte de un impactante palmarés, en el que acumula 60 preseas (44 doradas, 7 plateadas y 7 de bronce) desde su época como juvenil.
En una categoría donde los participantes suelen tener figuras nada esbeltas, Riner exhibe un físico privilegiado que le permite tener una agilidad muy por encima de la media, técnica depurada o movimientos tan veloces y repentinos como el judoca más liviano. Tras una inactividad de un año (última aparición en Río 2016), tuvo más problemas de los habituales para llegar al desenlace triunfal en la cita mundialista pero, como siempre, terminó prevaleciendo. Más allá de tener que ir al Golden score (tiempo extra) en semifinal y final frente al georgiano Guram Tushishvili y el brasileño David Moura, cinco de sus seis victorias llegaron por ippon, el nocaut del judo.
Aplauso, medalla y beso para un animal competitivo que jamás necesitó a la mega industria mediática para convertirse en dios terrenal.