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Cuevas y Bopanna se consagraron campeones en el Erste Bank de Viena.

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Foto: GEPA Pictures/Walter Luger

Al saque Marcelo Demoliner, le toca recibir a Cuevas que devuelve paralelo, Demoliner cruza el derechazo, Rohan Bopanna devuelve cruzado, Querrey ensaya una volea que se va fuera. Ese fue el punto que les dio el campeonato a la pareja indio-uruguaya de Cuevas y Bopanna.

La semana había comenzado con un sencillo 6-2 6-1 frente a Kohlschreiber/Mirnyi, pero ya en segunda ronda les tocaba cruzarse con la pareja sembrada número 1, Marcelo Melo y Lukasz Kubot. Además el brasileño y el polaco son hasta el momento la mejor pareja en lo que va de la temporada.

Fue un partido sumamente parejo, con momentos donde Bopanna demostró tener una muñeca a prueba de nervios, regaló globos y voleas a montones. 6-7 6-4 10-8 fue el score. En ese partido cedieron un set, en el resto del campeonato solamente cederían dos.

La semifinal fue en cancha central contra Khachanov/Pouille, que sorpresivamente habían dejado por el camino a Murray/Soares, especialistas en la materia. En esta ocasión fue Cuevas quien regaló momentos para encuadrar, con un par de golpes entre las piernas. Se llevaron ese partido por 7-6 6-4.

En la final estaban Demoliner y Querrey, la primera vez en su carrera que jugaban juntos. En segunda ronda habían eliminado a los hermanos Bryan, palabras mayores en esto del dobles. Demoliner es un doblista que alcanzaba su tercera final del año, y la sexta de su carrera, hasta el momento las había perdido todas, y en Viena no rompió la racha.

El partido fue extremadamente parejo, 7-6 el primer set a favor de Cuevas/Bopanna. El segundo fue idéntico marcador pero a favor de Demoliner/Querrey. El tercer set se juega en forma de súper tiebreak y fue una locura.

Cuevas no pudo sostener su saque en la primera ocasión y pasaron de ganar 3-2 a perder 3-4. Pero enseguida Querrey cometió una doble falta, que dio un poco de aire para el indio y el uruguayo. Y así siguieron, miniquiebre tras miniquiebre, hasta que Querrey sacaba para partido, con un 9-7 a favor.

Dos match point levantaron Cuevas/Bopanna y luego lograron quebrar el saque de Demoliner. Es el segundo título del año para la pareja, luego del Masters 1000 de Monte Carlo. Cuevas además suma otros dos títulos en dobles en el 2017: Río de Janeiro (junto a Carreño Busta) y Kitzbühel (junto a Guillermo Durán).

Cuenta Rohan que le propuso jugar juntos al final de la temporada pasada y que “por suerte dijo que sí”, además agrega: “Conozco a Pablo desde hace muchos años, me gusta mucho la manera en la que juega. Nos enfrentamos en algunas ocasiones, como rival es muy duro, y me pregunté ¿por qué no jugar juntos y ver cuán lejos podemos llegar?

Las frases de Cuevas:

"Es importante ganar títulos sobre el final de la temporada, te vas a las vacaciones con otro sabor. Durante el año fuimos un poco irregulares".

"Los súper tiebreak son muy particulares, en este estuvimos abajos, estuvimos arriba. No lo jugué muy bien yo, le pegué despacio a la pelota, pero en la primera oportunidad que tuvimos lo pudimos ganar".

"Después de perder en singles cuesta ponerse contento por las primeras victorias en dobles, pero cuando va llegando el fin de semana te vas olvidando un poquito y vas disfrutando lo que está pasando".

"Si bien no es lo mismo, ganar en dobles te da confianza, más allá de los golpes en sí, ganar en cualquier competencia te da confianza".