Hace un tiempo, en una premiación interna de un asado de fin de año, sus compañeros eligieron a Federico Burgos como el judoca del pueblo. Un poco en chiste, un poco en serio, los compañeros reconocían así a un compañero querible, a quien siempre daban ganas de tenerlo cerca.

Dicen los que lo conocen que a Federico casi que le gusta más la plena y el carnaval que el judo. Gran percusionista, pero pésimo bailarín, se guardó todos los pasos para el tatami.

Con ellos a cuestas, ha ido ganando torneos nacionales en distintas categorías, venciendo rivales y enamorándose de la disciplina. Perseverante y constante, a aquel cariño le agregó trabajo y entrenamiento.

Con esas herramientas se fue a Cuenca, Ecuador, al Sudamericano junior. Allá redondeó un gran torneo que le permitió llegar a la final, donde finalmente perdió con el local, Edison Vivero. Ahora sigue siendo el judoca del pueblo, pero con una medalla de plata rebotando en el pecho.

Luego de esta consagración, visitó junto a su padre, el conocido periodista y actor Nelson Burgos, los estudios de PDA Radio.

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