El arte de defender
El extraño caso defensivo del Burnley en Inglanterra.
El Burnley está ahí, entre el Arsenal y el Tottenham, en el sexto puesto de la liga con mejores ingresos del mundo. Incluso hay noches que duerme en puestos de Champions, y es el único equipo que en esta temporada logra meterse entre los seis mejores planteles: City, United, Chelsea, Liverpool, Arsenal y Tottenham.
Para entender por qué el pequeño equipo de una ciudad pequeña del condado de Lancashire está a la par de los grandes, hay que mirar de cerca, pero sin usar lentes. Antes de explicar a qué juegan los dirigidos por Sean Dyche, hay que sacarse los lentes de ver la realidad, porque hay máximas del fútbol que no se aplican.
Cuenta Rory Smith, periodista de The New York Times, que Dyche, de un parecido físico con Walter White de Breaking Bad, cuando llegó al Burnley en 2012 traía tres DVD.
Uno del Valencia de principios de siglo, aquel que ganó dos ligas y alcanzó dos veces la final de Champions, un equipo en tierra de gigantes. El segundo era del Barcelona de Pep Guardiola, del cual cuenta pasó un año entero estudiando los movimientos sin balón de sus jugadores. Y por último un video de "un equipo argentino", que no quiso contar cuál. Dyche tenía en mente una manera de defender innovadora.
Tomó el equipo en la B, lo ascendió a la Premier, no le fue bien ese año y volvió a descender, pero el club confió en él, y la confianza la pagó saliendo campeón del Championship (como se llama la segunda división en Inglaterra).
En la temporada pasada, la del retorno a la Premier, dejó entrever algunas cosas. No fue nada espectacular, pero se salvó del descenso con bastante aire, y era un equipo que hacía pesar su localía, pero que le costaba sumar de visita.
Este año, esa manera de defender de Dyche se ha hecho arte, y los jugadores la interpretan de una manera casi perfecta. Escucho a Julio Bocca mientras escribo, y el argentino estaría orgulloso de la coordinación que demuestran los jugadores del Burnley.
Empecemos contando que en 18 partidos por Premier solo recibieron 12 goles, mismos números que el United y el City, los tres equipos menos goleados. En la mitad de los partidos termina con el arco en cero, y eso que al cuarto partido se les lesionó Tom Heaton, el arquero titular.
Ahora bien, y es momento de sacarse los lentes, el Burnley lleva 99 tiros bloqueados, mientras que el United lleva 53 y el City solamente 24. Al City no le hacen goles porque le patean muy poco, al Burnley no le hacen goles porque le "patean mal".
"Reducir las chances de oro", esa es una de las consignas del entrenador del Burnley. A nuestro equipo le van a generar jugadas, pero la idea es que a la hora de patear el rival esté tapado, no tenga un buen ángulo. Reducir sus opciones de éxito.
Incluso lo midieron: solamente el 2% de las situaciones que le crean son de un jugador frente al arquero sin un defensa de por medio. Esto implica defenderse muy cerca del arco, con mucha gente, y con una coordinación donde hay jugadores que cumplen roles específicos de obstaculizar tiros.
Jack Cork (volante central) y los zagueros Ben Mee y James Tarkowski encabezan las estadísticas individuales de la Premier en bloqueo de disparos. A eso hay que sumarle un Nick Pope en el arco que se ha mostrado seguro, atajando bajo los palos, reaccionando muy rápido en situaciones donde tiene mucho tráfico por delante.
Sucede que si uno mira un partido del Burnley puede llegar rapidamente a la conclusión que los delanteros rivales no tienen un buen día, que sus tiros salen centrados, o que justo encuentran al arquero bien posicionado.
Pero esa teoría se cae si uno mira más de cerca. No puede ser que todos los delanteros de todos los equipos tengan un mal día justo contra el Burnley. Ahí es que uno se da cuenta del trabajo defensivo. También atacan, lo hacen poco pero bien: han hecho 16 goles que les valen los 32 puntos actuales. Por ejemplo el Tottenham tiene un punto menos en la tabla y lleva 31 goles.
Defender de esta manera es un trabajo en equipo, que necesita una sintonía y un convencimiento muy grande, para algunos sumiller del fútbol le podrá parecer que los Claret (apodo del equipo, palabra inglesa para el tinto de bordeaux) no tiene un buen sabor de boca. Pero para aquellos que vemos cierta belleza en aguantar con éxito el asedio de grandes equipos, el Burnley es una obra de arte.