Migajas de buen fútbol
Un campeón del mundo alemán ojeando futuros talentos en Montevideo, ¿se precisa más para una buena historia?
Foto FIFA
Entrevista realizada por el programa Música al Ángulo de M24
Pierre Littbarski. ‘Migajita’ para los amigos. En realidad, para los que durante la década de 1980 disfrutaron los apodos del relator colombiano Andrés Salcedo (fútbol alemán, sábados al mediodía por canal 5). Por esos tiempos Littbarski jugaba en el FC Colonia, club donde debutó en febrero de 1979 y jugó hasta 1993 (continuidad en el oeste alemán sólo interrumpida por una temporada en el Racing Club parisino). Para finalizar su carrera jugando algunos años en China.
Nacido en Berlín en 1960, un año antes de que el muro dividiera a Alemania en dos, jugó tres mundiales para la selección alemana federal (¡qué camiseta!). Casi una década entera siendo el número 7 alemán, jugó 18 partidos mundialistas, que incluyen las finales de la Copa del Mundo de 1982 y de 1990, ésta última venciendo a Argentina por 1 a 0.
“Jugaba como sudamericano” dicen quienes lo vieron; y quienes busca en YouTube sus mejores momentos lo pueden confirmar. Un anticipo al Burrito Ortega, a Gambetita Latorre. Es que aunque suene ilógico, este alemán era considerado uno de los mejores dribleadores en una década donde abundaba la técnica individual con Maradona, Zico, Platini, van Basten.
¿ Y qué es de su vida? Hoy, cerca de los 60 años, viaja por el mundo y apunta jugadores a seguir. Hasta el pasado sábado estuvo en Montevideo para observar la Copa Libertadores sub20 (que consagró a Nacional campeón). Sobre sus dos vidas, la de jugador y la de ojeador:
Finalizado el partido, apagó su Tablet, guardó su monocular, rutina que repitió durante once días, y nos habló de su juego particular:
¿Dónde aprendió a jugar así?
Yo jugaba mucho fútbol callejero, y aprendí a proteger la pelota, a jugar en espacios reducidos, desarrollé un estilo un poco sudamericano
¿Qué importancia tenía la imaginación en tu juego?
Yo era un dribleador, necesitaba estar de buen humor, y precisaba la imaginación porque en Alemania jugábamos de una manera muy estricta, pero yo tenía el sueño de jugar un fútbol lindo, diferente al alemán.
¿Hoy el fútbol es más físico y menos mágico?
Sí, puede ser, pero sigue habiendo jugadores mágicos como Neymar, Messi o Ronaldo. Jugadores que pueden hacer la diferencia, que nos hacen sonreír y disfrutar del juego. Pero no hay tantos jugadores como 15 años antes.
¿Qué música escuchaba cuando era jugador?
Era muy de la música para motivarnos, escuchaba rock. Bruce Springstein, Queen, la precisaba para mi motivación, mantenerme relajado, me servía para sentirme motivado a tomar riesgos.
Nota completa aquí
Pierre Littbarski. ‘Migajita’ para los amigos. En realidad, para los que durante la década de 1980 disfrutaron los apodos del relator colombiano Andrés Salcedo (fútbol alemán, sábados al mediodía por canal 5). Por esos tiempos Littbarski jugaba en el FC Colonia, club donde debutó en febrero de 1979 y jugó hasta 1993 (continuidad en el oeste alemán sólo interrumpida por una temporada en el Racing Club parisino). Para finalizar su carrera jugando algunos años en China.
Nacido en Berlín en 1960, un año antes de que el muro dividiera a Alemania en dos, jugó tres mundiales para la selección alemana federal (¡qué camiseta!). Casi una década entera siendo el número 7 alemán, jugó 18 partidos mundialistas, que incluyen las finales de la Copa del Mundo de 1982 y de 1990, ésta última venciendo a Argentina por 1 a 0.
“Jugaba como sudamericano” dicen quienes lo vieron; y quienes busca en YouTube sus mejores momentos lo pueden confirmar. Un anticipo al Burrito Ortega, a Gambetita Latorre. Es que aunque suene ilógico, este alemán era considerado uno de los mejores dribleadores en una década donde abundaba la técnica individual con Maradona, Zico, Platini, van Basten.
¿ Y qué es de su vida? Hoy, cerca de los 60 años, viaja por el mundo y apunta jugadores a seguir. Hasta el pasado sábado estuvo en Montevideo para observar la Copa Libertadores sub20 (que consagró a Nacional campeón). Sobre sus dos vidas, la de jugador y la de ojeador:
Finalizado el partido, apagó su Tablet, guardó su monocular, rutina que repitió durante once días, y nos habló de su juego particular:
¿Dónde aprendió a jugar así?
Yo jugaba mucho fútbol callejero, y aprendí a proteger la pelota, a jugar en espacios reducidos, desarrollé un estilo un poco sudamericano
¿Qué importancia tenía la imaginación en tu juego?
Yo era un dribleador, necesitaba estar de buen humor, y precisaba la imaginación porque en Alemania jugábamos de una manera muy estricta, pero yo tenía el sueño de jugar un fútbol lindo, diferente al alemán.
¿Hoy el fútbol es más físico y menos mágico?
Sí, puede ser, pero sigue habiendo jugadores mágicos como Neymar, Messi o Ronaldo. Jugadores que pueden hacer la diferencia, que nos hacen sonreír y disfrutar del juego. Pero no hay tantos jugadores como 15 años antes.
¿Qué música escuchaba cuando era jugador?
Era muy de la música para motivarnos, escuchaba rock. Bruce Springstein, Queen, la precisaba para mi motivación, mantenerme relajado, me servía para sentirme motivado a tomar riesgos.
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