El centrojá de la banda

Si una banda fuera un equipo de fútbol, ¿Qué músico sería el volante central? ¿Hay bajistas Ruso Pérez y bajistas Busquets?

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Foto: Muscana
Entrevista realizada por el programa Música al Ángulo de M24

“Mayoritariamente uno está tocando bases o notas fundamentales para que los otros instrumentos puedan tocar otra cosa, su función es darle seguridad al resto”. Así el bajista uruguayo Federico Righi definía su función en la banda, concordando con la idea de Felipe Castro, de que el volante central de un equipo es el bajista de la banda.

Y como nos gustó la idea, fuimos a buscar más opiniones. Acá la charla con otro gran bajista: Roberto Heredia (bajo, entre otros, de Pa’ntrar en Calor y de Ana Prada).


Planteamos la hipótesis que el número cinco de la música es el bajista, ¿estás de acuerdo?

La analogía que están manejando es tal cual. Mi primer profesor de bajo me contaba, y yo estoy totalmente de acuerdo, que el bajo por definición es el instrumento que hace el ensamble armónico y rítmico. Por un lado, en cualquier propuesta musical tenés a la gente que hace ritmo, los ‘golpes’, y por otro lado quienes hacen notas. Lo que hace el bajo es golpear notas, por eso es el encargado de escuchar lo que pasa de un lado, del otro, y tratar de que combinen las dos partes. Si pensás en la línea de fondo y la gente de adelante, si no conectas esas dos líneas para que el juego fluya podes tener grandes delanteros, vistosos y virtuosos, o defensas que en todo momento le estén salvando la plata al equipo pero como equipo no anda, y justamente el bajista tiene ese rol. Por eso a veces nos catalogan como los malos de la película, porque tenemos que estar 50% tocando los instrumentos y 50% metiendo oreja a todo lo que pasa. Y después les decimos ‘Acá te olvidaste de este arreglo’, porque yo estoy tocando algo en función a que vos metas este pique, y si no lo metes, me matás. Estamos tocando en tal clave, 3-2, si vos tocas 2-3 me complicas porque yo toco en función del que está haciendo la rítmica entonces si vos tocas en esta otra estructura no vamos a encajar. Ese juego lo hacemos constantemente, circular el contacto entre ambas partes.
 
Entre defensa y ataque

Totalmente. Y generalmente, cuando uno va entendiendo más de fútbol entrás a descubrir y disfrutar del rol de esa persona. Creo que en el inicio siempre nos llama más la atención el goleador, la estrella, o el gran zaguero o el arquero, pero esa gente que está en la transición de repente no tiene un rol que brille tanto. O hay equipos, como España, en que brillan los volantes porque salen ya de un formato estándar a un talento increíble, entonces ya te mueven el juego de otra manera
 
Decía Busquets: “Yo disfruto, de verdad, vigilando qué lateral sube para darle cobertura, si el interior llega a la presión o no… Me paso el partido pensando y calculando cuántos hay a la izquierda, cuántos a la derecha… En el fondo, el juego del mediocentro ha de ser muy lógico. ¿Qué requiere la situación? Eso hago. No hay muchas más preguntas. Es una posición en la que debes estar los 90 minutos concentrado. A nivel defensivo, mi juego es pura coherencia, es muy simple”
 

Claro. Como la gran mayoría de los bajistas arranqué tocando la guitarra. A partir que se armaba la primera banda y faltaba, como siempre, el bajo, me ofrecía para tocar. Una vez que descubrí el rol que cumple el bajista, me enamoré y no lo solté más. No es muy objetivo que lo diga yo, pero sé que soy uno de los que hace bailar a la gente, aunque nadie nunca vea el bailar como responsabilidad del bajista. ¡Pero entonces uno entra a disfrutar tanto de ese rol! Otro de los profes me decía que tocar el bajo es mitad la técnica del instrumento y la otra mitad saber qué rol debes cumplir, a veces podés tocar un montón, pero a veces la situación te pide que le pegués de punta para arriba porque eso es lo que limpia el juego. En una banda, vos podés ser un fenómeno pero a veces te tenés que limitar a meter dos notas porque eso es lo que se necesita para que todo funcione. De repente arranca el solo de Fulano y tenés que estar atrás para que la gente siga bailando o siga moviendo la cabeza siguiendo la música, mientras quien se está luciendo ese Fulano.
 
Cuánto más seguridad tenga el número 5, el bajista, más libertad le va a dar al resto

Sí. Y hasta la confianza de saber que uno puede sacar la mano porque capaz le estás pifiando, pero sabes atrás hay un respaldo. Además, te la podés jugar un poco más en el instrumento, también está ese mal concepto, que de igual manera estaba con el número cinco tradicional, de que lo único que debe hacer es raspar y pegarle de punta para arriba. En realidad pasa con los estilos de música: cuando uno se mete un poco más y descubre que la cosa es mucho más que eso y empezás a arriesgar en lo que son las bases, por eso es tan poco habitual los solos de bajo porque no es un instrumento que en definitiva sea para solear, los bajistas que tienen propuestas que hacen solos generalmente tienen otro bajista que le está haciendo base a él, por ejemplo la banda del Popo Romano, que solea pero tiene a otro bajista que le hace base. ¿Qué pasa entonces, cuando haces el juego de salirte un poco de la línea? Nunca podés dejar de perder de hacer base incluso cuando haces el solo, eso es una gran diferencia con otros instrumentos, que te permiten manejar pausas, silencios, entrar y salir, pero en el bajo nunca podés dejar que se pierda una base rítmica aunque estés soleando por esa misma dinámica que necesita el juego del instrumento. Y para mí el cinco también es así.
 
Pero también como hay 'cincos' que han arriesgado, ¿qué bajista en la historia cambió?

Es igual que en el fútbol, depende del estilo, del estilo musical, del tiempo. El primero que empezó a abrir la cancha fue Jaco Pastorius, es el gran referente. Porque si te pones a pensar el bajo es un instrumento bastante nuevo, se inventó en los ‘50. Entonces como instrumento todavía tiene kilómetros para desarrollar, cosas nuevas para tocar, diferente al piano o al violín, que ya viene con cientos de años de historia gente que tocó, experimentó y lo agotó. Entonces siguen apareciendo bajistas así, Pastorius fue el primero y surgió en la década de 1980. Hoy hay un americano, Victor Wooten, que es un infierno, logra hacer todo, no podés dejar de mover la cabeza cuando lo escuchás, tiene una idea de la melodía increíble y cuando te la tiene que meter en el ángulo y solear te parte la cabeza. Incluso ha desarrollado una forma de tocar el bajo que es de él, que tiene algunas cosas particulares de la técnica y es lo que marca la diferencia. Cuando tenés un futbolista que innova en alguna cosa hace jugar al equipo de otra manera, creo que vemos a Valverde haciendo determinadas cosas que no están habituadas al ojo del cinco, pero tampoco nadie puede decir que lo que hacía Obdulio estaba mal. Eran estilos de juego que funcionaban y hacían que el equipo fuera sólido, y ahí está la clave del asunto.